Un ciudadano británico de 38 años perdió la vida en Turquía justo antes de someterse a un injerto capilar. El hombre, identificado como Martyn Latchman, falleció en Estambul, lo que ha llevado a las autoridades a iniciar una investigación por presunta negligencia médica.
Latchman, quien trabajaba como profesor e informático, había viajado a la capital turca para completar la segunda parte de un tratamiento capilar en una clínica privada llamada Dr. Cinik, ubicada en la zona de Beşiktaş. El procedimiento tenía un costo aproximado de 1.750 euros y ya se había sometido a la primera fase con éxito a principios de 2024.
El fallecido ya se había sometido a la primera fase con éxito a principios de 2024
Antes de comenzar la intervención, el paciente manifestó sentirse indispuesto. El equipo médico decidió trasladarlo de inmediato al Hospital Universitario de Estambul. Lamentablemente, su estado empeoró rápidamente y falleció esa misma noche, según la versión ofrecida por la clínica.
No obstante, algunos medios turcos han reportado que la muerte se produjo después de cinco horas en el quirófano, contradiciendo la versión oficial. Esta discrepancia ha provocado dudas sobre cómo ocurrieron realmente los hechos y ha generado un intenso debate sobre la seguridad en este tipo de procedimientos.
A raíz del incidente, las autoridades turcas han puesto en marcha una investigación por posible homicidio por imprudencia. El cuerpo de Latchman fue remitido al Instituto de Medicina Forense para realizar una autopsia y esclarecer las causas exactas del fallecimiento.
Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores del Reino Unido ha confirmado que está ofreciendo asistencia a los familiares de la víctima y está colaborando activamente con las autoridades turcas durante el proceso de investigación.