Matar por la tierra

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La crónica negra española contiene una larga lista de crímenes rurales y episodios violentos vinculados a lindes de fincas, propiedades rústicas y antiguas afrentrentas vecinales

Siega y empaque del forraje en Palafrugell.

La tierra ha sido históricamente un motivo de disputas en las poblaciones 

Miquel Galceran

La tierra ha sido en ocasiones la razón de fuertes disputas en el campo español. Esas tensiones por los lindes y las herencias han tenido su peor reflejo en violentos sucesos, en algunos casos con resultado de muertes. El uso del plural no es una casualidad. Algunos de los episodios vinculados al mundo rural se asocian a abultadas matanzas. El fenómeno del minifundio en el norte del país ha sido terreno abonado para suspicacias entre vecinos decididos a no perder de ni palmo de tierra. La picaresca ha tenido en ocasiones terribles consecuencias. El apego al terreno y su uso derivó en 1980 en la localidad de Liermo en un asesinato masivo del que Dossier Negro se ha encargado de relatar en su última entrega.

Sant Martí de Sesgaioles, un pequeño pueblo de la provincia de Barcelona que en la actualidad no llega a los 500 habitantes, fue escenario en 1991 de un crimen en familia que se cobró cuatro muertes. Las víctimas eran parientes de la esposa del asesino y todo tenía que ver con una parte de la herencia por una casa de la que el criminal se creía con derecho. Armado con una escopeta de caza acabó con su cuñado, la esposa de este, una hija de la pareja y el padre del primero.

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Momento de la detención de Antonio Izquierdo tras huir de Puerto Hurraco 

Terceros

· Maldito honor. Rencillas ancestrales motivadas por amores no correspondidos y afrentas entre vecinos nunca resueltas motivaron la matanza en el ámbito rural más conocida de la crónica negra española. Los hermanos Izquierdo la emprendieron a tiros de escopeta contra sus antiguos vecinos de Puerto Hurraco, provocando nueve muertos y más de una decena de heridos. Ocurrió en 1990. 

· Llegar a la locura. Un vecino de Chantada, una localidad de Lugo, mató con un cuchillo de sacrificar cerdos a seis vecinos después de quedar muy contrariado al saber que unas propiedades que daba por hecho que había heredado no habían sido todavía inscritas a su nombre. Al parecer, aquello le generó una frustración aguda que le llevó a cometer los crímenes. Después se suicidó al prender fuego a su casa con él dentro.

· A tiro limpio.  Unos grandes propietarios de tierras abrieron fuego en 1979 contra unos vecinos que trataban de impedir que estos terratenientes trabajaran unas tierras que el resto de los habitantes del pueblo de Pinillos de Esgueva creían que no eran de su propiedad. Ese litigio se encontraba en los juzgados. Cinco autores de los disparos fueron detenidos y los heridos por perdigones fueron una decena.

· Morir en el cortijo. Tres trabajadores y dos de las esposas de estos empleados del cortijo de Los Galindos fueron asesinados en 1975 en la localidad sevillana de Paradas. El crimen nunca fue resuelto y, aunque ha habido varias teorías, la mayoría de ellas apuntan a una cuestión económica vinculada a la propiedad de la explotación agropecuaria. Un reciente documental da cuenta de las diferentes hipótesis.

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