El hombre que mató a un joven en una fiesta chemsex: “Aún no me siento responsable”

Juicio Barcelona

El acusado, Aaron James Rainbow, de 50 años,  relata ante el jurado popular que apuñaló a la víctima al creer que le estaba tendiendo una trampa 

El acusado de matar a un hombre durante una fiesta 'chemsex' en una masía de Vallgorguina (Barcelona) en febrero de 2023

El acusado de matar a un hombre durante una fiesta 'chemsex' en una masía de Vallgorguina (Barcelona) en febrero de 2023

TSJC / Europa Press

Aaron James Rainbow, piloto de helicóptero británico acusado de acabar con la vida de un hombre de 38 años durante una fiesta chemsex, ha asegurado que no se siente responsable de lo que hizo. En respuesta al abogado de la familia, Ignacio García Vituri, el procesado ha justificado que, tres años después de los hechos, no haya pedido disculpas a los familiares del fallecido ni haya aceptado pagar un solo euro de la fianza de 720.000 euros que le fue impuesta, porque todavía no se siente vinculado a lo ocurrido. “Tengo la sensación de que no he sido responsable de esto”, ha afirmado.

El acusado clavó seis cuchilladas a la víctima el 17 de febrero de 2023. Ambos pasaban la noche en una vivienda de Vallgorguina. Rainbow había contratado los servicios de Óscar, que ejercía puntualmente como escort, y voló desde Londres expresamente para la cita. Acordó pagarle 285 euros por las drogas y 300 por los servicios sexuales. A las 2:45 h, Óscar murió desangrado en plena calle mientras intentaba huir del hombre que lo había apuñalado.

—¿Se siente usted como una víctima? —le ha preguntado el letrado de la familia.

—Sí —ha respondido el acusado.

Intentó defenderse de una agresión inexistente

El acusado ha alegado acuchilló a la víctima pensando lo iba a violar junto a otras personas

Durante el interrogatorio, Rainbow se ha presentado ante el jurado como una persona asustada. Ha explicado que, tras consumir varias sustancias, comenzó a sentirse amenazado ante el temor de que la sesión sexual pudiera estar retransmitiéndose en directo por internet. En la vivienda había una cámara de videovigilancia que la víctima había instalado por motivos de seguridad y que fue desconectada antes de que empezaran las relaciones sexuales. En las imágenes recopiladas por los Mossos d’Esquadra se observa cómo transcurre la velada hasta que Óscar se levanta del sofá y apaga la cámara para preservar su intimidad. Sin embargo, este hecho ha sido utilizado por el acusado para intentar justificar su reacción violenta.

Ha explicado que, mientras estaba en el sofá, escuchó un ruido y pensó que había alguien más en el salón observando la escena. Luego creyó que la víctima se comunicaba con otras personas a través de las cámaras. Toda aquella situación, ha dicho, le provocó una angustia intensa hasta el punto de pensar que iban a entrar en la vivienda para violarlo. “Me di cuenta de que esa habitación era una trampa. Me dieron drogas sin mi consentimiento y tenía razones para pensar que iba a ser víctima de un delito sexual”, ha argumentado.

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Las pruebas recopiladas por la policía desmienten esta versión. La cámara del interior estaba apagada y solo registró los momentos previos a la agresión. Una cámara exterior, que se activó con el movimiento, captó a la víctima huyendo despavorida con varias puñaladas en el pecho y la espalda, mientras detrás de él aparecía el acusado blandiendo un cuchillo y gritando fuera de sí. Además, no había nadie en el exterior. De lo contrario, habrían socorrido o defendido a la víctima.

Dos días antes del crimen

El fiscal alude a un episodio previo de Chemsex en el que el acusado se volvió violento

Rainbow ha insistido en que su comportamiento fue una reacción a la actitud del fallecido. Ha relatado que, después de coger un cuchillo en la cocina, Óscar no le hacía caso y se acercaba a la puerta. Él pensaba que la abriría para dejar entrar a los supuestos agresores. En realidad, la víctima intentaba huir, pero el acusado se lo impidió. “Me volví violento cuando le dije a Óscar que se estuviera quieto y no me hizo caso. Tenía intención de llegar hasta la puerta y por eso utilicé esa fuerza. Intenté controlarlo físicamente, pero cuando se liberó todo cambió”, ha explicado.

El fiscal Félix Martín ha recordado al acusado un episodio previo en el que también se volvió violento tras consumir drogas. Ocurrió dos días antes del crimen, durante otra noche de chemsex en Londres con un bailarín nigeriano llamado Vitori. Este le reprochó al día siguiente, a través de WhatsApp, que se hubiera comportado de forma agresiva: “Pensaba que cogerías un cuchillo para matarme”, le escribió. Vitori declarará el próximo lunes como testigo. El acusado ha asegurado que su pareja sexual exageró en aquel mensaje y ha negado haberse mostrado violento aquella noche.

El jurado popular deberá decidir si Rainbow era consciente de sus actos pese a la ingesta de numerosas sustancias. Sin embargo, la existencia de un testigo que relatará un episodio similar podría suponer un giro en el caso, ya que demostraría que el acusado sabía cómo reaccionaba a las drogas y, por tanto, no podría alegar una eximente. “¿En ningún momento, cuando venía en el avión, se planteó —después de lo que le había pasado en ese episodio anterior— que era mejor no tomar drogas en Barcelona o, al menos, hacerlo con más precaución, o incluso informar a Óscar de lo ocurrido?”, le ha preguntado el fiscal. “No lo valoré”, ha respondido Rainbow.

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