Identificada una joven fallecida hace 34 años en un homicidio en Asturias

Caso resuelto

La desaparición de la víctima, de 24 años, se denunció cinco años más tarde

Identificada una joven fallecida hace 34 años en un homicidio en Asturias
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La Guardia Civil identifica el cadáver de la joven asesinada hace 34 años en Avilés, Asturias

La Guardia Civil ha logrado identificar a una joven de 24 años y vecina de Avilés, que falleció en un homicidio ocurrido en 1991 y cuya desaparición se denunció cinco años más tarde. La denuncia de la desaparición la puso en 1995 la madre de la desaparecida, después de no saber nada de ella desde 1990. La mujer aseguró que llevaba cuidando de su nieta desde hacía cinco años.

Según ha explicado la Guardia Civil en nota de prensa, las primeras gestiones que realizaron los agentes no llevaron a ninguna línea de investigación para dar con el paradero de la joven, quedando registrada en los archivos policiales de personas desaparecidas, que son revisados regularmente cuando se aporta alguna pista o indicio nuevo que permitan la localización de los mismos.

Retrato robot de la joven desaparecida hallada 43 años después en Asturias

Retrato robot de la joven desaparecida hallada 43 años después en Asturias

Guardia Civil

En una de estas revisiones llevada a cabo en mayo del pasado año y fruto de la evolución del análisis de nuevos métodos de identificación, los agentes contactaron con la familia para tomar muestras de ADN para aportar algún dato nuevo que permitiera cotejarlo con algún cadáver sin identificar o posteriores identificaciones. Posteriormente, en junio, los agentes volvieron a tomar una muestra de ADN a la hija de la desaparecida, ya que la abuela había fallecido.


El asesinato se produjo en Barros (Langreo) y fue apuñalada y enterrada en cal viva

Paralelamente a este proceso, los agentes llevaron a cabo gestiones y un estudio pormenorizado del caso, lo que les derivó a una noticia de un periódico regional en la que se relataba el homicidio de una mujer en Barros (Langreo), apuñalada y enterrada en cal viva, con identidad desconocida. Este suceso, conocido como el 'crimen de Reyes' y ocurrido el 6 de enero de 1991, lo investigó la Policía Nacional de Langreo. Se detuvo a una persona de dicha localidad, cuando la pareja del homicida, tras una discusión, confesó los hechos a la Policía.

Al ser detenido por los agentes manifestó que aquella noche había recogido a la víctima cuando se encontraba haciendo auto stop en Oviedo y que esta había intentado robarle, lo que provocó un forcejeo entre los dos, momento en que él la acuchilló. Seguidamente la metió en el maletero y circuló hasta Barros, donde le contó lo sucedido a su pareja, comprobando entre ambos que la víctima había fallecido desangrada en el maletero. Asustada la pareja, decidieron enterrar su cuerpo en cal viva, permaneciendo oculto hasta octubre de 1995. 

El cuerpo de la mujer no pudo ser identificado hasta el 2024

Debido al deterioro de los restos de la víctima encontrados, no fue posible su identificación, pero sí se pudo realizar un retrato robot que fue publicado en los medios de comunicación. Fruto de ellos, la Guardia Civil comenzó a atar cabos entre ambos hechos. El cotejo del retrato robot de la víctima del homicidio y una foto aportada por los familiares de la desaparecida tenían ciertas características que podían confirmar una correlación entre ambas.

Asimismo, la colaboración de los agentes de la Policía Nacional que participaron en la investigación del crimen, y el aporte de todo tipo de documentación existente, en sus archivos, permitieron dar con los restos existentes de la fallecida, que se hallaban en el Departamento de Biología del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de Madrid, donde fueron remitidos en su día.

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Debido a que la técnica de análisis de ADN realizada en el año 1995 y la que se realiza hoy en día es diferente, fue necesario un nuevo análisis de ADN de estos restos. De los nuevos análisis llevados a cabo por el Instituto de Toxicología y Ciencias Forense de Madrid, se determinó que los restos óseos hallados en 1995 se correspondían con los de la persona desaparecida.

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