Mónica Naranjo no tiene dudas. Su hermano Enrique sigue con ella. No lo dice como una metáfora ni como un pensamiento reconfortante, sino como una certeza. “La sensación de que él está conmigo. O sea, yo a mi hermano Enrique lo recuerdo todos los días y lo puedo oler”, contó en El Hormiguero, dejando al plató en un silencio absoluto.
La visita de la artista catalana al programa de Antena 3 tenía como objetivo hablar de su trayectoria y de sus próximos proyectos musicales. Sin embargo, la conversación fue por otros derroteros cuando Trancas y Barrancas le preguntaron si había vivido alguna experiencia paranormal. No dudó en responder y recordó el día en que despidió a su hermano.
Última despedida
La experiencia que marcó a Mónica Naranjo
Era noviembre y el viento soplaba con fuerza. Junto a su familia, esparcía las cenizas de Enrique en el mar cuando algo sorprendente ocurrió. “Hacía una tramontana tremenda y estábamos en el mes de noviembre y, de repente, cuando empezamos a deslizar sus cenizas en el mar, en el polvito que salía empezaron a revolotear un montón de mariposas”, explicó. Para ella, no fue una coincidencia. En ese instante, supo que su hermano estaba en paz.
El tema conectó con muchas personas, y Barrancas mencionó que a menudo se asocia la presencia de seres queridos con señales de la naturaleza. La artista catalana no lo dudó: “Es que no se van, están ahí. Siempre están”. Antes de despedirse, quiso enviar un mensaje especial: “Me gustaría mandar un saludo a mi mamá. No sabemos lo orgullosa que estoy de ti. Te amo”.
Así, en una noche dedicada a la música, Mónica Naranjo terminó abriendo su corazón con un recuerdo íntimo que marcó el programa y dejó claro que el vínculo con los suyos va más allá de cualquier lugar o momento.