Pelayo Díaz acabó en el suelo, sin apenas moverse, mientras el equipo médico cruzaba la arena con rapidez. Fue el momento más tenso de la jornada en Supervivientes 2025. Durante una de las pruebas del programa, el estilista perdió el equilibrio tras intentar colocar un cubo en lo alto de una torre construida por su equipo y cayó desde una altura considerable. La emisión en directo tuvo que ser interrumpida temporalmente para que el personal sanitario pudiera atenderle.
Pocos minutos antes, el tono del programa era completamente distinto. El equipo luchaba por una recompensa grupal que, esta vez, consistía en churros con chocolate. Para conseguirlos, debían mantener una torre de cubos sin que se derrumbase durante diez segundos.
Todo por ganar
Una recompensa dulce que llevó la tensión al límite
El reto obligó a los concursantes a subirse unos sobre otros para alcanzar la parte más alta. Joshua Velázquez se encaramó sobre los hombros de Damián Quintero. Y Pelayo, sin pensárselo demasiado, se apoyó sobre Joshua. La estructura humana funcionó... hasta que dejó de hacerlo y cayó con todo su peso.
El golpe provocó que la preocupación se extendiera rápidamente por todo el plató de Telecinco, desde donde se seguía la prueba en directo, y la playa hondureña. Laura Madrueño, pidió a los médicos que evaluaran a los tres implicados pese a que el mayor golpe se lo llevó Pelayo.
En ese momento, según se vio en pantalla, dijo: “Por favor, ¿cómo estáis? Joshua te va a ver el doctor, a ti también Pelayo”. Poco después, se comunicó que el asturiano se encontraba fuera de peligro.
Recuperados
Un desenlace tranquilo que cerró el susto en directo
Antes de anunciar cuál de los dos equipos se había hecho con la victoria, Madrueño se dirigió brevemente a la audiencia para tranquilizar los ánimos tras lo sucedido: “Sobre todo para que os quedéis tranquilos, están bien”.
Las cámaras enfocaron entonces a todos los participantes de pie, agrupados en torno a la presentadora, lo que ayudó a transmitir cierta calma tras lo ocurrido minutos antes, un golpetazo que no fue tanto como el que se llevó Makoke semanas antes.