Miguel Ángel Valero, el inolvidable 'Piraña' de Verano Azul, visitó el plató de Y ahora Sonsoles para revivir la serie que cambió su vida y la de millones de espectadores. Con la serenidad de quien ha transitado muchos caminos desde aquellos veranos de Nerja, el hoy doctor en Telecomunicaciones habló con emoción sobre la muerte de Chanquete, uno de los momentos televisivos más icónicos de la historia de España. “Fue muy intenso el rodaje porque Mercero creó un clima de despedida, un clima de tristeza. Lo vivimos de verdad”, confesó.
Un verano que cambió sus vidas
Miguel Ángel Valero recuerda cómo el director creó un clima de despedida para rodar la muerte de Chanquete
Con solo nueve años, Valero formó parte de un fenómeno que reventó audiencias y se convirtió en mito. Durante la entrevista, explicó que en el set se motivaba a los niños para que conectaran con la pérdida real de alguien querido. “Mercero nos pidió que pensáramos en alguien que ya no está. Entre unos y otros nos contagiamos esa emoción. Fue una escena muy especial”. Aquel capítulo, el de la muerte de Chanquete, se emitió en febrero de 1982 y llegó a paralizar el país. En Nerja, incluso, se izó una bandera negra a media asta.

La escena más dura: el equipo recuerda el día que rodaron la muerte de Chanquete, entre lágrimas reales y despedidas simbólicas
“Verano Azul fue moderna, muy valiente. Hablaba de temas como la contaminación, la separación, la muerte, pero desde la naturalidad”, destacó Valero, quien ahora es padre de tres hijos. Reconoce que ellos han visto la serie varias veces y que la sienten como parte de su historia. “Es bonito que mis hijos puedan ver a su padre con nueve años, me parece un regalo”, dijo con una sonrisa.
Durante la conversación, también se refirió con humor a su popularidad como el niño comilón de la serie. “Siempre he tenido buen saque, pero nunca me afectó tener barrigota. Había mucha gente que se veía identificada conmigo y eso me encantaba”, comentó. El apodo de Piraña, lejos de molestarle, es un recuerdo que lleva con cariño: “Nunca me ha importado que me llamen así”.
Hoy, con 54 años, Valero ejerce como profesor universitario y mantiene vivo el espíritu de aquel niño despierto, simpático y entrañable que se ganó el corazón del público. La muerte de Chanquete, ese momento en el que España entera contuvo el aliento, sigue resonando como una lección de televisión emocional, de esas que no se olvidan nunca.