En TardeAR (Telecinco), el experto en catástrofes y situaciones de emergencia Ignacio Ortega no dejó lugar a matices. A la pregunta de si España está preparada para afrontar grandes contingencias, respondió: “Absolutamente no está preparada, pero vamos, ni siquiera un 5 %”. Añadió acto seguido: “¿Y eso de quién es la culpa? Yo tampoco quiero echarle la culpa a nadie, pero nosotros tenemos que tener una autosuficiencia y ser responsables también de nuestras decisiones”.
Un país sin preparación y con medios desbordados
Ignacio Ortega alerta de la falta de planes efectivos y reclama previsión real desde los municipios hasta las familias
Ortega subrayó que la primera línea de defensa empieza en casa y en los ayuntamientos: “No le podemos echar la culpa tanto al Gobierno ni a agentes externos, cuando lo primero que tenemos que prever es que si estamos en una situación de riesgo, ya sea dana o incendio, tenemos que poner medios como cortafuegos y como previsión de que eso va a volver a suceder”. Insistió en que “siempre hay responsables municipales, regionales o como los llamamos, que deben de prever y hacer planes de peligrosidad ante un incendio, ante una avenida de agua, como sucedió en Valencia”.
El contexto le da la razón. 2025 se ha disparado como uno de los peores años de incendios forestales: si el Gobierno cifraba 138.000 hectáreas quemadas hasta el 10 de agosto, una semana después el balance se ha multiplicado. Los datos del sistema europeo Copernicus (EFFIS) elevan la superficie calcinada a más de 340.000 hectáreas a 18 de agosto, lo que sitúa la temporada como la más devastadora de las dos últimas décadas.

Ignacio Ortega, durante una intervención en 'TardeAR', advierte que España “no alcanza ni un 5 % de preparación” frente a emergencias
La estadística oficial del MITECO y sus “avances informativos” corroboran que estos repuntes súbitos —alimentados por olas de calor e incendios simultáneos— explican por qué una campaña que parecía moderada en primavera ha acabado desbordada en pleno verano.
En el terreno jurídico y operativo, España cuenta con un armazón que obliga a planificar y prevenir. La Ley 17/2015 del Sistema Nacional de Protección Civil y el Plan Estatal General de Emergencias (PLEGEM) fijan la arquitectura de la respuesta y la coordinación entre administraciones; además, las comunidades deben aprobar planes anuales de prevención, vigilancia y extinción de incendios, tal como recoge el RDL 15/2022.
En la práctica, municipios y propietarios tienen obligaciones concretas: desde fajas y cortafuegos, gestión de la biomasa y limpieza de parcelas hasta campañas informativas vecinales, como reflejan planes locales de prevención.
Ortega aterrizó ese deber en ejemplos cotidianos: “Y si tú tienes una casa en el campo, tú tienes que prever que todas las hierbas que en primavera están muy bonitas, pero luego en verano son prácticamente un polvorín de incendio, eso hay que limpiarlo”. Y enlazó con un segundo aviso: “Los organismos como los bomberos de seguridad y rescate que tenemos en España… no hay bomberos para tanto… Es que esa es otra”. Su conclusión operativa: más prevención y más gente formada para no desbordar los dispositivos cuando llegan los picos.
Preguntado por la coordinación, admitió que “siempre hay responsables municipales, regionales… que deben de prever y hacer planes” y resumió la filosofía que enseña desde su escuela: “La mejor supervivencia, como decimos en la escuela española, [es] la que no se tiene y para eso hay que establecer planes de prevención.” De hecho, recordó su labor divulgativa: “Ya llevamos más de 20 años impartiendo cursos. Ahora mismo estoy en la zona de Guadalajara impartiendo el curso número 226 y el incremento de personas y familias es muy, muy alto”.
La mejor supervivencia es la que no se tiene y para no tenerla hay que preverla”
Para dimensionar el riesgo hídrico que citó, queda la referencia reciente más dolorosa: la DANA del 29 de octubre de 2024 en la Comunidad Valenciana, con registros récord de 771 l/m² en 24 horas en Turís (AEMET) y más de 200 víctimas mortales oficialmente confirmadas en los meses posteriores, lo que la sitúa como una de las peores catástrofes hidrológicas en la historia de España.
Ortega cerró con la hoja de ruta que propone a familias y municipios: “Enseñamos a la gente primero a prever qué tipo de supervivencia vas a afrontar… Hay que hacer un estudio en concreto de a qué riesgo nos enfrentamos y preverlo, porque la mejor supervivencia es la que no se tiene y para no tenerla hay que preverla”. Y, aun así, si ocurre: “Cuando suceda hay que estar preparado. Tienes que tener el entorno de la ciudad, del municipio o de tu vivienda protegido”.