Xavi Bundó da el salto en la televisión. El director y presentador de Via lliure de RAC1 debuta en la pequeña pantalla con L’any que vas néixer , que se estrena el próximo martes en La2 Cat, en el primer prime time de la nueva etapa del canal de RTVE. Una mirada al pasado en un recorrido íntimo, histórico y emocional.
¿Como define L’any que vas néixer ?
Es un viaje a los recuerdos de dos invitados nacido el mismo año, que contrasta sus memorias con lo que proyectaba el NO-DO en aquel momento. El programa abarca de 1943 a 1981, los años de emisión del NO-DO. Gracias a TVE, tenemos acceso libre a este archivo. Una maravilla.
¿Cuál es su papel en el programa?
El director, Enric Lucena, dice que hago de DJ, y es bastante acertado. De hecho, más bien soy como un vídeo jockey: en vez de poner música, lanzo imágenes del NO-DO a los invitados para provocar sus reacciones. Hago de mediador y entrevistador, como si estuviéramos sentados en el sofá mirando la tele y comentándola juntos.
El espacio combina entretenimiento, memoria y humor.
No es un programa de divulgación histórica, sino de entretenimiento a través de entrevistas que utilizan la historia como herramienta. Yo mismo he aprendido muchísimo y espero que el espectador también. Sobre todo, sobre qué explicaba el franquismo, qué ocultaba y cómo lo explicaba.
Viaje al pasado
“Hay invitados que ríen, otros lloran y algunos se indignan. Se pasa por muchas emociones, y eso me satisface”
¿Cómo se ha trabajado el contraste entre el relato oficial del NO-DO y la memoria de los invitados?
El NO-DO, para mi generación, siempre ha sido visto como un material tóxico, fruto de una dictadura. Pero ahora podemos mirarlo también como un documento visual extraordinario. Ver cómo cambian las ciudades, los transportes, las tiendas, la gente... es fascinante. Siempre con mirada crítica y contextualizada, pero con la conciencia de que tiene un gran valor patrimonial.
¿Por lo tanto, cree que el NO-DO es patrimonio colectivo?
Sí. Entiendo que para mucha gente sea doloroso, pero también es memoria del país. Durante más de diez años, hasta que llega TVE, toda la documentación audiovisual de España era el NO-DO. Y todavía después, hasta mediados de los sesenta. sigue siendo el gran notario visual del país.
¿Cómo reaccionan los invitados al revivir sus recuerdos?
Hay gente que se emociona hasta llorar, otros ríen mucho, y algunos se indignan. El programa pasa por muchas emociones y eso me satisface. También tiene un punto de riesgo, porque nunca sabes cómo reaccionará el invitado delante de aquello que ve, y aquí entra el juego de saber acompañarlo en tiempo real.
El periodista es director y presentador de 'Via lliure' de RAC1 desde hace 12 temporadas
¿Quiénes son los primeros invitados?
Gema Nierga y José Corbacho, nacidos en 1965. Aunque el programa se centra en un año concreto, en realidad es un traje a medida para cada pareja de invitados. Más adelante tendremos también Lita Claver, la Maña , y Rosa Maria Calaf (1945), Mònica Terribas y Miqui Puig (1968), Justo Molinero y Toni Sevilla (1949), Mercè Arànega y en Quimi Portet (1957) o Antoni Bassas y Sílvia Soler (1961).
Es su debut en la televisión. ¿Tuvo dudas antes de aceptar?
Yo soy un profesional de radio y seguiré siéndolo. Es mi medio. Había recibido ofertas antes para hacer televisión y siempre había dicho que no porque no la domino. Pero esta propuesta venía de TVE y Minoria Absoluta, y el formato me sedujo. Tenía mucho de radio: una conversación a tres, con vídeos en lugar de audios, y una estructura clásica y estática que me hizo sentir cómodo.
Estrena el prime time de la nueva La2 Cat. ¿Cómo lo vive?
Con mucha ilusión, más que con nervios. No ha habido presión de audiencia por parte de nadie. Sabemos dónde está La 2 Cat y vamos con ambición, pero también con humildad. El programa está grabado y ahora solo queda que el espectador decida si quiere jugar. No venimos a reventar audiencias ni a sacar público a nadie. Venimos a sumar.
En la radio lleva 12 años al frente de Via lliure, liderando desde hace casi 10. ¿Cuál es la clave del éxito?
Hago el programa que me gustaría escuchar. Y tengo el privilegio que, con siete horas cada fin de semana, puedo tocar todas las teclas: divulgación, entretenimiento, anécdotas banales, entrevistas duras, reportajes... Creo que conectamos con un público que no quiere renunciar a nada. La naturalidad es clave: no hacemos una radio impostada, cometemos errores, pero también somos como la gente.
¿Por cierto, de qué año es usted?
De 1984. El NO-DO ya había desaparecido hacía tres años. ¡No podría ser invitado de mi programa! (río).
¿Y qué recuerda de su infancia?
Crecí en Sabadell y guardo un recuerdo casi perfecto. Una infancia de amor y tranquilidad. Vivimos la transformación de la ciudad: de oír los telares camino de la escuela a verla convertirse en ciudad dormitorio. No me di cuenta de ello entonces, pero con el tiempo lo ves claro.

