Carles Porta vuelve esta semana a la pequeña pantalla en dos frentes. El periodista y creador de Crims estrena este lunes un nuevo caso de tres episodios en TV3 y en la plataforma 3Cat sobre un doble crimen que se produjo hace más de 20 años en el barrio de Bellvitge de L'Hospitalet de Llobregat, y el próximo jueves estrena en Movistar Plus+ Missing in Murcia , la primera de tres nuevas historias producidas también junto a True Crime Factory y Goroka.
En el Festival de Sitges, Porta presentó una compilación de los tres capítulos que conforman Crims: el doble crimen de Bellvitge , centrado en un suceso que sacudió a L’Hospitalet de Llobregat en 2004. El 5 de octubre de ese año, los bomberos encontraron en un piso del barrio los cuerpos de dos mujeres con múltiples heridas de arma blanca. Eran dos agentes en prácticas del Cuerpo Nacional de Policía.
En esta nueva entrega, Crims da voz por primera vez a las familias de las víctimas, que han decidido contar su historia después de dos décadas de silencio. “Las familiares querían explicarse”, asegura Porta. “Encontrar el equilibrio entre relatar unos hechos tan duros y respetar el dolor de las familias ha sido lo que más nos ha costado”, añade. El primer episodio se estrena este lunes, seguido de los dos restantes en semanas consecutivas. Según Porta, esta trilogía pone el foco “en la memoria, la justicia y la fuerza de las familias por explicar lo que vivieron”.
Apenas tres días después de este estreno, Porta volverá a las pantallas con Missing in Murcia, el primero de los tres true crime que ha dirigido en esta ocasión para Movistar Plus+. El caso reconstruye el asesinato de la jugadora de voleibol holandesa Ingrid Visser y de su pareja, Lodewijk Severein, ocurridos en Murcia en 2013. Porta destaca de este caso que “tiene giros muy interesantes” y que uno de los aspectos que más les interesó era “tener a uno de los personajes clave de la historia”. El periodista reconoce también la dificultad de rodar un caso con dimensión internacional: “Nos ha complicado un poco la vida porque no es tan fácil acceder a las personas, a las familias de las víctimas, cuando están lejos… pero al final todo ha funcionado muy bien”.
El siguiente caso es Muerte en el hotel (20 de noviembre), centrado en la misteriosa muerte de un empresario estadounidense en Madrid. “Es un caso en el que la sumisión química, que es un elemento que se ha tratado mucho mediáticamente, pero poco en crímenes, nos pareció muy interesante”, avanza. Ambientada en el emblemático Hotel Palace de Madrid, la historia también plantea cuestiones sociales y de diversidad sexual: “El enfoque de un true crime puede ayudar a cuestionar prejuicios y estereotipos”, afirma el periodista. “Hay una frase en un momento en el que dice: abandoné mi copa, perdí de vista mi copa… en ambientes de confianza esto no pasa nada, pero si no hay confianza, igual hay que pensar antes de emborracharse o emborracharse pensando”.
Por último, Crimen por encargo (27 de noviembre) aborda el caso de una joven cubana atrapada en una relación obsesiva que acabó en doble asesinato. “Tiene muchísima historia detrás de la ejecución de dos personas y muchos giros; ahí tienes claro qué pasa cuando la policía tiene muy claro quién es el culpable, pero no sabe cómo demostrarlo”, comenta Porta. En cuanto al tratamiento del relato, subraya la importancia de mantener la ética narrativa: “La realidad no tiene sensibilidad, pero nosotros sí. Debemos tener muy en cuenta el no generar más daño del que ya se hizo. Rigor, respeto y ritmo narrativo”.

