Christian Gálvez es uno de los presentadores más conocidos de la televisión en España, en particular durante los últimos 20 años. El oriundo de Móstoles fue la cara insignia de Pasapalabra durante su etapa en Telecinco, doce años de transición entre épocas en Atresmedia. Más allá de este proyecto, el comunicador ha tenido la oportunidad de conducir otros concursos, como la versión de Cuatro de ¡Boom! o Alta Tensión.
Este último es un claro ejemplo de la reinvención de ideas a lo largo de los años. El formato original llegó a la pequeña pantalla en 1998, de la mano de Constantino Romero y Antena 3. Su segunda vida llegó entre 2006 y 2008 en Cuatro, presentado por Luis Larrodera; antes de pasar a Veo TV en 2011 con Ivonne Reyes. Entre 2021 y 2022, Gálvez trasladó el proyecto a Mediaset, pero tras no lograr las audiencias deseadas en Telecinco regresó a Cuatro.
Christian Gálvez, en la presentación celebrada en el FesTVal
Sin embargo, la cadena de color rojo tampoco encontró la fórmula para levantar el proyecto, que acabó cancelado. Tras un período de descanso, Gálvez finalizó su contrato con Mediaset el pasado 31 de marzo, siendo ahora el presentador de Las tardes de Telemadrid. En este momento de transición de la televisión privada a la pública, el comunicador ha concedido una entrevista a El Confidencial, en la que ha desgranado cómo se siente tras decir adiós a Fuencarral.
“Son cosas que tienes que aceptar, no te queda otra, pero lo vives con resignación. Te lo digo sin pelos en la lengua, cuando colocaron Alta tensión frente a Pasapalabra, nos iban a dar muchísimo tiempo y aguantamos 4 días. Nos quitaron un jueves haciendo un 14% de share. Tanto Alta tensión como 25 palabras tenían que dejar hueco a otros formatos, y aquí no me quiero meter... porque si no ya la lío parda”, comentaba, bromeando con sus últimas palabras.
Christian Gálvez con Víctor Parrado en '25 Palabras'
Puntos de vista opuestos
“Sé el porqué, pero no entiendo por qué había que dejar paso a otras productoras y a otros formatos que necesitaban tener más sangre o más vida, mientras que nosotros fuimos los sacrificados porque éramos el equipo pequeño del concurso. Es una apuesta y, en el momento en el que la tomaron, era la mejor apuesta que ellos creían que podían tomar. Yo he vivido de todo, pero siempre he sentido una enorme gratitud. A veces, te pagan por entregar tu talento al servicio de un programa y otras veces te pagan para que no regales tu talento a otra cadena”, insistía.
“Ellos hacen un ejercicio de confianza y te pagan una pasta, por lo que siempre pongo la gratitud por delante. Yo era de los pocos presentadores de una cadena privada que no había pasado por un periodo de inactividad. Desde el punto de vista personal, te entran miedos porque ves que van entrando nuevas personas a la plantilla de la cadena y, si contratan a un perfil parecido al tuyo, aumentan tus inseguridades y te planteas si todavía vales para esto”, recalcaba.


