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Nos divorciamos (y nos casamos) cada vez menos

Corazones rotos

España registró el año pasado diez veces menos separaciones que en 1989

Unos recién casados, a la salida de la iglesia 

Ana Jiménez

Nos casamos y nos divorciamos menos. Y además nos separamos judicialmente menos, concretamente, diez veces menos que en 1989. Un día después de que la Conferencia Episcopal anunciara que los matrimonios ante la Iglesia bajan en España (33.500 el año pasado; 34.747, en el 2022), ha hablado el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Las disoluciones matrimoniales también descienden, dice el órgano de gobierno de la magistratura .

El CGPJ ha repasado las cifras del tercer trimestre del año pasado y ha llegado a la conclusión de que el número total de demandas de disolución matrimonial descendió un 1,4% (las bodas religiosas descendieron un 5%). Hay muchos tipos de rupturas sentimentales, pero tres son las judiciales: nulidad matrimonial, separación y divorcio. La nulidad implica que el matrimonio jamás existió por falta de requisitos legales.

El divorcio, por el contrario, supone que sí hubo matrimonio y que se le ha puesto fin. La separación significa que los cónyuges dejan de convivir, aunque formalmente siguen casados, es decir, a diferencia de lo que ocurre con las figuras anteriores, aquí no se extingue ni se rompe el vínculo entre la pareja. En el periodo analizado por el Poder Judicial disminuyeron todas las demandas de disolución o nulidad matrimonial.

De octubre a diciembre del 2023 se presentaron 7.463 peticiones de divorcio no consensuado, un 0,8% menos que en el mismo periodo de hace un año. Mayor descenso incluso experimentan las 186 demandas de separación no consensuada, un 17% menos que las del tercer trimestre de 2023. Por lo que respecta a las demandas consensuadas, los divorcios de mutuo acuerdo (11.189) se redujeron en un 1% y las separaciones consensuadas (474), un 13%.

Rupturas de mutuo acuerdo o no 

CGPJ

La media es de 39,6 demandas por 100.000 habitantes. Por encima están Canarias (49,7), Comunidad Valenciana (44,1), La Rioja (43), Baleares (42,8), Andalucía (42,5), Castilla-La Mancha (40,4) Murcia (40,2) y Galicia (39,8). Catalunya, donde solo una de cada diez bodas es religiosa, está casi un punto por debajo de la media, con un 39, aunque a mucha distancia del País Vasco, la zona menos proclive a estos pleitos (32,1).

Los datos del tercer trimestre del 2023 refuerzan la curva descendente que reflejan los registros históricos del CGPJ (que comenzaron a elaborarse hace más de 40 años y a los que se puede acceder desde aquí). El caso más llamativo es el de las separaciones (ya sean consensuadas o no). En 1989, los tribunales superiores de justicia registraron 34.672 de estas rupturas, que fueron diez veces menos el año pasado: 3.408.

Máximo histórico

El 2006 fue el año récord de los divorcios (consensuados o no): 141.000 demandas

Dicen los escépticos que la estadística es esa ciencia según la cual si José no come nada y Juan se come un pollo, entre ambos se han comido medio pollo. Si mantenemos 1989 como punto de partida (las recopilaciones comenzaron en 1981) no todo baja. Los divorcios no consensuados fueron entonces 13.128, muy lejos de los 36.082 del año pasado. Y lo mismo pasa con los consensuados: de 9.935 han crecido hasta 52.803.

Pero los números reflejan una tendencia a la baja constante (e ininterrumpida en Catalunya) desde el 2006, cuando los divorcios alcanzaron su máximo histórico: 55.672 los no consensuadas y 85.645 los de mutuo acuerdo (más de 141.000 en total). También las nulidades viven un significativo descenso y han pasado en 35 años de 83 a 51. El año pasado solo hubo seis en Catalunya. Y ni una en Canarias, Comunidad Valenciana, La Rioja y Navarra.

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