Perdonar para obtener la paz

La Jornada Mundial de la Paz 2025 del día 1 de enero tenía como tema principal propuesto por el papa Francisco “ Perdona nuestras ofensas, concédenos tu paz”. Se inspira en el Padrenuestro, la plegaria fundamental para los cristianos, y remarca la necesidad de reconciliación, de perdón y de paz en un mundo cada vez más dividido y lleno de conflictos y enemistades. Se pone el acento en dos aspectos centrales: el perdón como camino hacia la paz, recordando que la verdadera paz no se puede alcanzar sin el reconocimiento de los errores propios, la capacidad de perdonar y el esfuerzo por curar las heridas del pasado. Y la paz como don divino: porque la paz no es solo el resultado de los esfuerzos humanos, sino también una gracia que hay que pedir con fe y confianza.

Este mensaje llega en un momento histórico en que muchos conflictos bélicos, tensiones políticas y desigualdades sociales han puesto en riesgo la convivencia pacífica entre naciones y pueblos. Y concuerda con los esfuerzos del Papa por promover una cultura del diálogo, la justicia y la reconciliación. El Jubileo del 2025 es tiempo de esperanza y de justicia. El Papa subraya la necesidad de escuchar el grito de la humanidad amenazada por injusticias, como las desigualdades, el trato inhumano a las personas migrantes, la degradación ambiental y las inversiones en la industria militar. Y propone tres acciones para restaurar la dignidad de las poblaciones y promover esperanza:

El Papa pide la condonación de la deuda externa a los países más pobres

1. Condonación de la deuda externa. Lo reclama a los países más ricos para que, reconociendo la deuda ecológica, condonen las deudas de los países que no pueden devolverlas.

2. Respeto por la dignidad de la vida humana. Insta a eliminar la pena de muerte en todas las naciones del mundo, afirmando que esta práctica compromete la inviolabilidad de la vida y destruye toda esperanza de perdón y renovación.

3. Propone una inversión en el desarrollo sostenible, destinando un porcentaje fijo de los fondos dedicados a armamento para crear un fondo mundial que elimine el hambre y promueva actividades educativas en los países pobres, favoreciendo el desarrollo sostenible y combatiendo el cambio climático.

El Papa expresa el deseo de que el 2025 sea un año donde crezca la paz, real y duradera que nace de un corazón desarmado, dispuesto a perdonar y trabajar por un mundo justo y fraterno. Se recoge así la aspiración a la conversión y reconciliación, ya que solo a través del perdón es posible acceder a una paz duradera y auténtica, que es un don para el mundo, y manifiesta una consonancia natural con el significado bíblico y eclesial del Año Jubilar. Podrán surgir elementos que conduzcan a un cambio espiritual, social, económico, ecológico y cultural muy necesario. Solo a partir de una auténtica conversión –personal, local e internacional– podrá florecer la verdadera paz, no solo en el cese de los conflictos, sino también en una nueva realidad en la que se curen las heridas y se reconozca la dignidad de toda persona.

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