Von der Leyen anuncia 200.000 millones de euros para la inteligencia artificial europea

Cumbre en París

El vicepresidente norteamericano Vance reclama el liderazgo de EE.UU. en la IA y alerta que “un exceso de regulación matará a la industria"

Von der Leyen anuncia 200.000 millones de euros para la inteligencia artificial europea
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Von der Leyen anuncia 200.000 millones de euros para la inteligencia artificial europea

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha asegurado este martes, en contra de los temores  que suelen expresarse, que “Europa no llega tarde” a la inteligencia artificial (IA) y que hay planes para invertir más de 200.000 millones de euros en una iniciativa sin precedentes de cooperación público-privada, la  Champions Initiative, que agrupa a más de sesenta empresas. Von der Leyen ha realizado el anuncio durante la cumbre sobre la IA celebrada en el restaurado Grand Palais, enA París.

De los 200.000 millones de euros, 150.000 serán aportados por empresas e inversores. Von der Leyen dijo que la UE añadirá otros 50.000 millones a ese esfuerzo gigantesco por competir con Estados Unidos, China y otros actores.

En este pulso entre cifras cada vez más colosales para no quedarse atrás,  la jefa del Ejecutivo comunitario explicó que, dentro del montante global, se destinarán 20.000 millones de euros a gigafactorías. Von der Leyen subrayó que la vocación de la IA europea es ser “cooperadora” y “reunir talentos de diferentes países, sectores y procedencias”.

El vicepresidente de Estados Unidos, J.D. Vance, precedió a Von der Leyen en la tribuna y reclamó, con vehemencia y un punto de  agresividad, el liderazgo mundial de su país en el desarrollo de la IA, al tiempo que advertía de que “una excesiva regulación matará una industria transformadora”. Fue un mensaje duro, en las antípodas de otros participantes.

El vicepresidente J.D. Vance, durante su discurso en la cumbre

El vicepresidente J.D. Vance, durante su discurso en la cumbre

LUDOVIC MARIN / AFP

Para Vance fue su primer viaje al extranjero desde que asumió el cargo el pasado 20 de enero. El número dos de Trump, que abandonó la conferencia poco después de su intervención y no sumó su firma a la declaración final, fue muy claro sobre la ambición de la nueva Administración en Washington. El objetivo es “asegurar que la IA estadounidense es el patrón oro a nivel mundial" de esta tecnología a nivel global, aunque la primera potencia está dispuesta también a colaborar con otros países. Vance comparó lo que está sucediendo con la invención de la máquina de vapor.

La IA estadounidense debe ser “el patrón oro a nivel mundial” de la nueva tecnología, según el número dos de Trump

El vicepresidente estadounidense hizo hincapié en que su misión en París no era hablar de seguridad sino de “oportunidades”. Reconoció que se necesita un régimen regulatorio “para promover la creación de IA, pero no algo que la estrangule”.   La libertad de expresión será asimismo una prioridad de EE.UU.  “La Administración Trump garantizará que los sistemas de IA desarrollados en Estados Unidos están libres de prejuicios ideológicos”, sostuvo Vance, quien descartó cualquier medida que limite la libertad de expresión de los ciudadanos. Según él, debe evitarse que se aplique “una censura autoritaria” sobre los contenidos.

“La Administración Trump está molesta por las informaciones de que algunos gobiernos extranjeros están planteando apretar los tornillos a compañías estadounidenses con presencia internacional”, dijo Vance, en alusión implícita a la UE, y avisó que “Estados Unidos no puede aceptar ni aceptará eso y pensamos que es un tremendo error, no solo para EE.UU. sino para sus propios países”, agregó, dirigiéndose a los líderes presentes.

El tono de Vance contrastó con el del primer orador y copresidente de la cumbre, el primer ministro indio Narendra Modi, quien recalcó la necesidad de construir “una tecnología democrática”, muy abierta y accesible que ayude al desarrollo.  “El sentido de la responsabilidad debe guiarnos”, dijo, y recordó que su país ha creado una infraestructura digital a la que tienen acceso 1.400 millones de personas, con un gran potencial económico y de reforma del Estado.

La disparidad de sensibilidades se hizo evidente de nuevo cuando el secretario general de la ONU, el portugués António Guterres, expresó el temor de que “la creciente concentración” en pocos países de las capacidades en IA agudice “las divisiones geopolíticas”. El discurso de clausura del presidente francés, Emmanuel Macron, estuvo en la misma línea y apeló a un “multiculturalismo plural en la IA” que evite la fragmentación, sin que ello frene el impulso innovador de la tecnología.

La declaración final subrayó la voluntad de los reunidos en desarrollar una IA integradora, ética, que reduzca las desigualdades, respete del derecho internacional, la igualdad de género, la protección de los consumidores y la diversidad lingüística. Hubo sesenta signatarios, desde el Vaticano a China, de Nigeria a Japón. Estados Unidos y Gran Bretaña prefirieron no firmar. Un portavoz británico argumentó que el texto no era claro en cuestiones de gobernanza global y seguridad nacional. Washington ni siquiera se molestó en justificarse.

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