Primero Meta, ahora TikTok. Una extrabajadora de Majorel, una empresa subcontratada para la moderación de contenidos en la red social china y que cuenta con unos 600 empleados en Barcelona, ha presentado una querella contra las dos compañías por los trastornos psiquiátricos que desarrolló a resultas de su trabajo filtrando vídeos de contenido perturbador.
Se trata de la primera demanda que afronta ByteDance (la empresa china propietaria de TikTok) en España, donde hay abiertos varios procesos judiciales similares contra Meta y su subcontrata, Telus.
La empleada debía visualizar “todo tipo de contenido altamente sensible y perturbador”
La querella por daños y perjuicios, presentada esta mañana ante el Juzgado de Instrucción de Barcelona y a la cual ha tenido acceso La Vanguardia, acusa a Majorel y a ByteDance de un delito continuado contra los derechos de los trabajadores, de lesiones por imprudencia grave y contra la integridad moral. También cuentan como querellados cinco directivos de Majorel, incluido su director general en España y el gerente de operaciones.
La empleada, de origen alemán, trabajó para Majorel entre el 2019 y marzo del 2023, cuando fue despedida por ausencia injustificada del puesto de trabajo, después de haber encadenado varias bajas por trastornos psiquiátricos.
El contrato era de turno de fin de semana, de 8 a 16 horas, durante el cual debía visualizar “todo tipo de contenido altamente sensible y perturbador, incluyendo vídeos de asesinatos, decapitaciones, descuartizamientos, violaciones, zoofilia, pornografía infantil, abusos a menores, desmembramientos, suicidios en directo, torturas, terrorismo, etc.”, según la querella.
Al ser contratada, subraya el texto, la empresa no le requirió estudios, solo conocimiento del alemán y del inglés, ni tampoco la formó “a nivel preventivo frente a los riesgos psicosociales inherentes al puesto de trabajo”.
Solo contaba con cinco minutos de descanso visual cada hora, que no siempre podía disfrutar debido a la carga de trabajo.
La querella, presentada por el abogado Francesc Feliu, del despacho Espacio Jurídico Feliu Fins, describe las condiciones laborales de gran presión a las que son sometidos los moderadores: debía visualizar y decidir si los contenidos incumplía la normativa de TikTok, entre 800 y 1.200 vídeos al día, lo que suponía que no podía tardar más de 16 segundos en cada uno de ellos. Pese a la dureza del contenido visionado, solo contaba con cinco minutos de descanso visual cada hora, que no siempre podía disfrutar debido a la carga de trabajo. Si al final de la jornada no había cumplido con el preceptivo descanso, la empresa modificaba el registro manualmente, asegura el texto de la demanda.
En el 2021 Majorel implantó un servicio de bienestar para dar apoyo psicológico a los moderadores que lo necesitaran. Sin embargo, quienes prestan esta asistencia no son psicólogos clínicos habilitados para diagnosticar enfermedades mentales, sostiene la querella. Además, aunque teóricamente los empleados podían asistir a sesiones individuales una hora a la semana durante la jornada laboral, la realidad es que “quienes asistían recibían presión por parte de sus team manager por tener impacto en su productividad”. Durante los cuatro años que trabajó en Majorel, “la querellante participó únicamente en tres sesiones de relajación”.
La querella se apoya en un informe de Inspección del Trabajo y de la Seguridad Social, que en diciembre del 2024, tras examinar el caso, impuso una acta de infracción contra Majorel al considerar que había una relación causa-efecto entre la omisión de medidas preventivas por parte de la empresa y las secuelas psíquicas sufridas por la trabajadora.
La querella subraya que no se trata de un caso aislado
La querella subraya que no se trata de un caso aislado, y que tanto Majorel como ByteDance afrontan procesos judiciales en otros países como Kenia o Estados Unidos por las enfermedades psicológicas y psiquiátricas desarrolladas por sus moderadores. Actualmente la querellante sigue bajo tratamiento y ha sido diagnosticada de trastorno depresivo, de ansiedad y de estrés postraumático.
Aunque la moderadora estaba contratada por Majorel, desde sus oficinas en la calle Tánger de Barcelona, la querella se dirige también contra la empresa china porque, argumenta, “tanto el número de vídeos a ver al día como el ritmo de trabajo están registrados y controlados por el cliente ByteDance Ltd (...) que ostenta el poder de dirección y control sobre la querellante”.
Las demandas contra Telus, la empresa que modera los contenidos de Facebook e Instagram, también se han dirigido contra Meta. Precisamente Telus anunció la semana pasada que va a despedir a sus 1.600 moderadores de contenido en Barcelona al haber perdido el contrato con Meta.



 
                                            