La repentina muerte ayer de un infarto de Enric Morist Güell, presidente de la Taula del Sector de Catalunya y respetado referente de los movimientos en defensa de los más vulnerables, ha consternado a la gran familia de las entidades sociales. Morist, de 59 años, se ha ido con una fecunda trayectoria de compromiso contra las desigualdades y de apoyo a los colectivos que sufren pobreza, a los migrantes y a los refugiados.
Tras la triste noticia difundida esta mañana en un comunicado por la Taula del Tercer Sector Social, las reacciones de dolor y de pésame no se han hecho esperar. Desde las palabras del presidente de la Generalitat, Salvador Illa, que ha mostrado su desolación por la pérdida de un “defensor de los derechos sociales y una persona comprometida con el diálogo” a las de su predecesor, Pere Aragonès, y también de Carles Puigdemont.
Morist, nacido en Igualada, era un generador de empatía, un hombre que siempre luchó por el bien común y de talante conciliador. En esta última etapa estaba muy ilusionado en la Fundació Ajuda i Esperança, de la que era director. Hace menos de una semana, el pasado lunes, presidió la presentación del Baròmetre del Tercer Sector en Barcelona. En el acto, alertó de que desde el 2022 los ciudadanos atendidos por las entidades habían aumentado en más de 100.000 superando los dos millones, mostró su apoyo a los voluntarios y reivindicó el valor de este sector para mitigar las desigualdades. Para Morist una de las prioridades era la Ley del Tercer Sector, que volvió a registrarse en el Parlament el pasado mes de marzo, para conseguir establecer un marco legal que reconozca la labor esencial que desarrollan las organizaciones sociales. Otra de sus preocupaciones era la mejora de las condiciones laborales de los trabajadores y equipararlas a las del personal contratado por las administraciones.
“Su muerte representa un golpe muy duro”, ha manifestado la Taula en un comunicado. “Perdemos una figura de referencia y una voz clara y comprometida en la defensa del papel del tercer sector y del voluntariado en la sociedad”.
Enric Morist, colegiado en Educación Social, ha tenido vínculos con numerosas entidades. Empezó en Creu Roja como voluntario y después ocupó durante veinte años el cargo de coordinador en Catalunya. Fue una de las personas clave en el engranaje de la atención a los refugiados que llegaban de Ucrania, después de la invasión rusa en febrero del 2022. A pesar del estrés del momento, de la urgencia por encontrar alojamiento a los recién llegados, Morist transmitía siempre tranquilidad y atendía con exquisita cordialidad a los demandantes de información. Era la cara amable. Después pasó a dirigir la fundación que gestiona el Teléfono de la Esperanza. También era uno de los patronos de las fundaciones Àuria y de la de la Federació Catalana de Futbol. Su vinculación con la Taula del Tercer Sector Social se remonta al 2013, año que asumió la vicepresidencia hasta que en noviembre del 2024 pasó a ser el presidente en sustitución de Francina Alsina.
A las muestras de pésame se sumaron numerosos representantes del mundo social y político. La consellera de Drets Socials, Mònica Martínez Bravo, ha manifestdo: “El vacío que deja es inmenso, pero también lo es la inspiración que nos transmitió y que nos empujó a continuar defendiendo aquello en lo que creía”.
La ceremonia de despedida tendrá lugar el lunes a las 10 horas en el oratorio de Funerària Anoia, en Igualada.



