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Las baterías en red, punta de lanza para un modelo energético descentralizado

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El almacenamiento de energía renovable es un ejemplo de cómo es posible contribuir a mitigar el calentamiento y disponer de un componente para tener una red fiable

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Las baterías domésticas de autoconsumo están siendo también punta de lanza para apoyar al sistema eléctrico. No solo son una herramienta para impulsar un modelo energético más descentralizado, sino que pueden contribuir a ser un respaldo para la red.

Se trata en suma de dar salto, de manera que con ellas se consiga no solo que el ciudadano pueda alcanzar una alta independencia energética (del 80% o más) sino que puedan hacer una contribución esencial a la red y puedan ponerse al servicio de esta; algo especialmente relevante en estos momentos. 

Sin embargo, la actual regulación concibe en España las baterías domésticas como un mero elemento para el autoconsumo fotovoltaico.

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Los expertos sostienen que las baterías repartidas por la geografía podrían servir para dar una respuesta a la red, especialmente vulnerable en épocas del año en que se da mucha producción con renovables y poco consumo (por ejemplo, primavera y otoño), teniendo en cuenta que el sistema eléctrico español apenas cuenta con tecnología para almacenar toda esa energía. 

Una opción (que ya es una realidad en muchos países) es que los ciudadanos reservan un 10 o un 15% de la energía de estas baterías domésticas para ponerla a disposición de la red eléctrica, en caso necesario.

Los desequilibrios en la red a causa de desajustes en la tensión o en la frecuencia de la energía quedan subsanados con las baterías.

Las baterías distribuidas están “mirando” la red eléctrica, y cuando se desvía de los 50 Hz, reaccionan y se cargan o se descargan para ayudar a estabilizar dicha frecuencia

Una opción es reservar un 10 o un 15% de la energía de las baterías domésticas para dar soporte a la red

Así, en momentos en que hay un exceso de producción en la red, en lugar de dar la traumática orden de parar las plantas de generación, se activan las baterías para consumir esa energía excedentaria. Y cuando hay mucha más demanda de energía eléctrica que producción, esa reserva del 10 o 15% en las baterías se pone a disposición de la red.

Actualmente, cuando se produce un desequilibrio en la red eléctrica (por desajustes, por ejemplo, entre un exceso de la oferta de renovables y la demanda) y ello ocasiona problemas de tensión y de frecuencia, la Red Eléctrica (el operador del sistema) echa mano a sistemas sincronizados de respaldo que están al ralentí para mantener la inercia del sistema, de modo que pueden entrar a operar de manera inmediata la hidráulica, las térmicas o la nuclear (aunque esta no ofrece una respuesta tan rápida).

Sin embargo, ciertas circunstancias que hacen vulnerable la red abren la puerta a que la opción de las baterías pueda ser una fórmula muy eficaz y segura, según Franc Comino, director general de Sonnen Ibérica, fabricante de baterías alemanas. “Disponemos de un software que hace que nuestras baterías, hoy unas 3.500 repartidas por toda España, puedan entregar en la red en dos segundos unos 50 MW de inercia”, señala Franc Comino.

Batería de una instalación solar fotovoltaica

LV

 “El desarrollo de este sistema permitiría entregar en segundos el equivalente a la potencia de una nuclear, 1.000 MW”, añade. Por eso, reclama que las administraciones acepten la entrada de las baterías en la llamada regulación primaria y pueden acogerse a la retribución correspondiente para atajar riesgos del apagón ‘ipso facto’”. 

La ‘revolución de las baterías’ no ha llegado a España, en donde hay unos 689 MWh instalados mientras que en Alemania suman 15.000 MWh con las baterías residenciales ya instalados (potencia equivalentes a 15 centrales nucleares).

“Las redes descentralizadas ofrecen una respuesta inmediata. Este es un ejemplo de cómo un sistema inteligente de almacenamiento doméstico contribuye a mitigar el calentamiento y actúa como componente para tener una red fiable”, añade Comino.

Esta moderna tecnología de estas baterías domésticas provee la inercia que necesita el sistema eléctrico para mantenerse estable (en casos de desajustes o desequilibrios), ya que están dotadas de un sistema de ‘grid forming’, que permite hacer el seguimiento de la frecuencia en la red.

Esta moderna tecnología provee la inercia que necesita el sistema eléctrico para mantenerse estable

Esta fórmula propicia el cambio de modelo energético, ya que, en lugar de utilizar las grandes eléctricas, el hogar (los autoconsumidores) se convierte en proveedor de energía, en centrales eléctricas

“Y quienes participan en este almacenamiento colectivo pueden compartir la electricidad entre ellos o formar parte de una central eléctrica virtual y participar en el mercado de la energía”, añade Comino. Esto ya está ocurriendo en Alemania, Italia, Reino Unido y gran parte de Europa, así como en Australia o Norteamérica.

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