Las PAU penalizarán con el 10 % de la nota las faltas de ortografía: estos son algunos errores frecuentes

PAU 2025

Unos 300.000 jóvenes se examinarán de selectividad  en las próximas dos semanas: los errores ortográficos penalizarán hasta el 10% de la nota de los exámenes y un 20% los de lengua

Estudiantes preparando la selectividad en la biblioteca Sagrada Familia.

Estudiantes preparando la selectividad en la biblioteca Sagrada Familia.

Xavi Jurio / Propias

Una falta ortográfica que antes era considerada un descuido, ahora penaliza en las pruebas de acceso a la universidad (PAU) con hasta un 10% de la nota del examen. Esto que ya era así en algunas comunidades, como en Catalunya, es ya extensivo en todas lo que añade una exigencia más a los estudiantes que se presentan a las pruebas.

La mayoría de los 300.000 jóvenes que se han matriculado a Selectividad tienen entre 17 y 18 años y están plenamente adaptados a la cultura digital de los mensajes abreviados, emojis y audios, lo que les aleja de la escritura formal. Antes de la era digital, esta escritura estaba en cualquier soporte textual. Ahora, en muchos casos, redactar con coherencia y sin faltas queda relegado al espacio escolar. Y no es algo que se pueda improvisar con unas cuantas horas de estudio.

En todo caso,  la inseguridad a la hora de redactar va a pesar en esta selectividad que ya de por si será un poco más exigente pues reduce la opcionalidad de los exámenes. 

Se penalizarán un error de concordancia, una tilde olvidada o una construcción mal planteada

Las comunidades autónomas incorporan por primera vez un criterio común de corrección que evaluará de forma específica y cuantificable aspectos como ortografía, gramática y coherencia textual en todos los ejercicios que requieran redacción. Un error de concordancia, una tilde olvidada o una construcción mal planteada podrán restar hasta un 10 % de la nota en cualquier ejercicio redactado y hasta un 20 % en los exámenes de lengua.

Una reciente prueba de nivel ortográfico del Centro de Investigación Nebrija en Cognición, en la que han participado más de 56.000 personas desvela que los menores de 20 años obtienen peores resultados que los mayores de 50 años. Los primeros sacan, de media, un bien, mientras que el segundo colectivo, un notable. 

Los resultados no muestran diferencias por origen geográfico ni por sexo, aunque las mujeres fueron más rápidas al responder que los hombres. 

Respecto a edades, los menores de 20 años tienen una nota media de 'bien' (un 63%), mientras que la calificación va mejorando de modo gradual hasta los 50 años, cuando la puntuación alcanza el 84%, y se mantiene estable hasta los 70 años.

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Los psicopedagogos de la editorial Rubio, famosa por sus cuadernos de ortografía, han elaborado una lista de los fallos ortográficos más frecuentes por si los estudiantes quieren dar un repaso antes del examen. Si los estudian, al menos estos fallos ya no los comenten: 

“A ver” y “haber”

Una cosa es querer comprobar algo (a ver) y otra, que haya algo que hacer (haber). No es lo mismo decir “A ver qué pasa” que “Tiene que haber una solución”. ¿Un truco? Probar a cambiarlo por “veamos”.

“Hay”, “ahí” y “ay”

Ay, ay, ay, a ver si me equivoco ahí. “Hay” es lo que hay, así de simple: “Hay un examen mañana”. “Ahí” denota un lugar: “Deja el folio ahí” y “Ay” suelta emoción: sorpresa, susto o risa.

“Echar” 

Una de las faltas más frecuentes, según la editorial Rubio, es escribir “hechar” con hache cuando en realidad, el verbo echar nunca la lleva. Lo primero que se echa es la hache. Lo correcto es: “Voy a echar un vistazo a este examen”. Un recordatorio más emocional sería:  “Te echo de menos”. 

“Llendo” o “Yendo”

El gerundio del verbo ir se escribe siempre con i griega: yendo. “Estoy yendo al examen” es la forma correcta. No hay más reglas, simplemente “llendo” no forma parte del idioma.

“Valla” y “vaya”

“Vaya examen” no es lo mismo que la valla que rodea el edificio de las PAU.  La primera pertenece al verbo ir o forma parte de una exclamación, mientras que la valla es una cerca.

“Porque”, “por qué”, “porqué” y “por que”

”Vaya con los porqués”. Suenan igual, pero no se usan igual. “Porque” (junto y sin tilde) es la respuesta (“Voy porque quiero”). “Por qué” (separado y con tilde) es la pregunta (“¿Por qué te fuiste?”). “El porqué” (junto y con tilde) es el motivo (“No entiendo el porqué”) y “por que” (separado y sin tilde) se usa en estructuras más complejas (“Luchamos por que se haga justicia”).

“Halla”, “haya”, “allá” y “aya”

“Halla” es encontrar (“Halla las cinco diferencias”), “Haya” puede ser un árbol o del verbo haber (“Espero que haya suerte”), “Allá” indica lugar (“Allá en la montaña”) y “aya”… sí, también existe: es quien cuida a los niños.

“Si no” y “Sino”:

Cuando va junto se usa para contraponer: “No estudia, sino que trabaja”. Cuando va separado plantea una condición: “Si no estudias, suspendes”. ¿Un truco? Si puedes meter un “entonces” en la frase, van separadas: “Si no estudias, entonces suspendes”.

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