Los estudios de David Carrillo (25 años, Barcelona) están atestados de matrículas de honor. Se tituló en Medicina en el campus del hospital Clínic de la UB y obtuvo el primer puesto de Catalunya en el examen MIR (tercero de España) entre 15.000 aspirantes y ha elegido especializarse en Dermatología –no se podía saber– en el Vall d’Hebron. Metges de Catalunya le ha obsequiado con una afiliación gratuita durante los cuatro años de residencia.
¿Por qué estudió Medicina?
Desde niño lo tenía más o menos claro. Al principio decía que quería ser psiquiatra. Después, hubo una época en la que era bastante aprensivo a la sangre y se me pasó un poco, pero al final, mira, la idea que tenía desde niño se consolidó.
Tenía que llevar buena nota del bachillerato.
Medicina es una carrera de fondo. Ya tienes que trabajar muy fuerte durante el bachillerato para poder acceder. Después tienes que seguir porque ya te has encarado al MIR, y el MIR es lo que decide lo que podrás hacer después. Son casi diez años de estudiar muy intenso.
Dermatología
“Es una especialidad muy completa y ofrece una buena calidad de vida a los profesionales”
¿Es demasiado?
A mí se me ha hecho largo y duro, sobre todo el hecho de que es muy difícil compaginar con trabajar. Son muchos años sin trabajar, de estudio puro e intenso.
¿Ha quedado aliviado?
Sí, clarísimamente. La etapa más dura para mí ha sido en el último año y medio, la preparación del MIR... Es una época en la que te fuerzas a ser solitario, porque es que tienes que estudiar muchísimas horas al día. Desde que terminó el examen (principios de enero) hasta ahora ha sido la mejor época de mi vida.
¿Qué ha hecho en estos meses?
He viajado bastante, tanto en familia a Egipto como con varios grupos de amigos a Tailandia, a China y a Rumanía. También muchos planes sociales, de volver a verte con amigos que hacía tiempo que no veías.

A principios de junio comenzará la residencia en el Vall d'Hebron
¿Esperaba su buena nota?
Sí, salí del examen contento y eso fue atípico, porque mucha gente salió muy descolocada. Ha sido de los MIR más difíciles. Salir contento en un mar de gente que salía triste e incluso llorando, pues ya me dio buenas sensaciones. Sabía que probablemente entraría Dermatología, que es lo que yo quería.
Tenía clara la especialidad.
Lo tenía claro desde quinto, o sea, hace dos o tres años. Una vez tocas la especialidad y haces las prácticas ya me quedó claro que era lo que quería. Entonces trabajé duro para poder acceder.
¿Por qué Dermatología?
Es una especialidad, muy completa. Tiene todos los tipos de patologías distintas. Tienes el cáncer cutáneo, tienes enfermedades inflamatorias como la psoriasis, tienes enfermedades genéticas... Todo el espectro de la patología, lo tienes. También tienes el espectro de máxima patología médica a máxima patología quirúrgica. Entonces, tú puedes ser desde totalmente cirujano a totalmente médico y con el espectro que tú quieras, y crear ese equilibrio. También es una especialidad que destaca por una buena calidad de vida. En primer lugar, las guardias dejan de ser obligatorias a partir de uno o dos años de empezar el MIR. Después, una vez te has hecho la especialidad, hay muchas oportunidades de trabajo en todas partes, también en la sanidad pública como en la privada. Tiene unas condiciones laborales muy buenas, un aspecto que considero importante.
“Importamos muchos médicos de otros países, la salud no quedará desatendida”
¿Cómo se imagina dentro de diez años?
Me veo, obviamente, trabajando de médico o de dermatólogo, pero también me planteo poder irme fuera unos años. Y entonces, posiblemente, dentro de diez años me vea trabajando en otro país, al menos durante una temporada.
¿Algún país en concreto?
No, debería planteármelo. Tengo unos amigos que se han ido a Irlanda, entonces les preguntaría qué tal están. Otros conocidos han ido a Alemania, también les preguntaría qué tal. Países nórdicos, también podría ser una temporada. La investigación médica de los países nórdicos es muy buena.
¿Sería una experiencia con la idea de regresar?
Nunca se sabe. Aquí se vive muy bien y me gustaría vivir aquí y jubilarme aquí. Pero debería valorar también otras cosas, remuneraciones, es evidente que en otros países se cobra mucho mejor que aquí.
¿Los médicos jóvenes tienen menos vocación?
“No creo que la vocación esté comprometida. Cuando miras a un paciente, lo tratas y sentir que mejoras su vida, llena muchísimo. Lo he sentido durante las prácticas y sé que lo sentiré a partir de que empiece. Es verdad que hemos cambiado algunas prioridades, y especialidades que son muy guapas pero dan una calidad de vida inferior pierden tirón. Cuando la vocación está garantizada, la gente elige pensando que la medicina también es un trabajo, y un trabajo ha de dar dinero y conciliación”.
¿Cómo les va a sus compañeros de carrera?
El MIR ha ido muy bien. De las 100 personas, seis han quedado en el top 100, algo excepcional. La gente piensa más o menos como yo. Es decir, cada uno ha escogido de especialidad que más le ha gustado: un compañero ha escogido Hematología, otra Neurocirugía, otra también Dermatología. Por lo general, especialidades muy chulas, muchas con buena calidad de vida también. Si me pregunta por la parte de marchar fuera, yo diría que un global de la gente, al menos, se lo plantea.
Esto al sistema debería preocuparle.
No creo que aquí nos quedemos sin médicos. Importamos muchos de otros países. La salud no quedará desatendida. Pero es verdad que la gente que saca mejores notas entra en especialidades con mejor calidad de vida o se plantea marchar fuera. El sistema debería querer que los médicos que se forman aquí se queden aquí, que en la formación nos centramos en las patologías que son aquí más frecuentes y otros países se centrarán las patologías donde son más frecuentes en sus países.
¿Qué problemas tiene la profesión?
En primer lugar, sobrecarga laboral en especialidades la medicina de familia o la pediatría. Con muchos pacientes al día no puedes dedicar el tiempo que te gustaría a cada uno. Sientes que no llenas la vocación porque no ayudas suficientemente, porque no tienes tiempo para ayudar. Y eso quema mucho. También las guardias queman muchísimo, trabajar 24 horas seguidas una vez por semana. Y también existe un tema de retribuciones, que en este país se cobra bien pero no se puede comparar con otros. Nadie pide aquí cobrar los sueldos de Alemania, pero si hay algo competitivo, como por qué cruzar una frontera no implique multiplicar el sueldo por cinco. Entonces, existe este triple problema de las guardias, la sobrecarga de trabajo y las retribuciones.
¿Qué puede hacer en esto el Estatuto Marco de la profesión médica, ahora en negociación?
Hay esperanza, pero hasta cierto punto. No creo que sea determinante ni que cambie de forma revolucionaria la situación. También pienso que es positivo que los médicos tengan su propio estatuto, al fin y al cabo es algo bastante diferencial con la mayoría de profesionales. Ahora mismo, hay hospitales que no respetan todavía las entregas de guardias. Teóricamente, cuando sales a las ocho de la mañana, debes librar; es decir, vas a casa y vuelves a trabajar a las ocho del día siguiente. Pero hay hospitales en los que todavía ni siquiera les respeta la libranza; es decir, cuando terminas la guardia después de 24 horas tienes que hacer tu turno de nuevo, y al día siguiente, vuelve a trabajar. Teniendo en cuenta que hay cosas que no se respetan y que realmente la guardia es algo excepcional, estaría bien que hubiera un estatuto que lo regulara.
“La carrera es dura, es larga, son muchos años y tienes la esperanza de que acabe y empezar a trabajar”
¿Qué es lo mejor y lo peor de nuestro sistema de salud?
Lo mejor es la cobertura universal. Aquí la gran mayoría de cosas están financiadas y las coberturas son buenas. Obviamente, siempre se podrían mejorar algunas cosas concretas, pero por lo general es muy bueno comparado con otros países. Cosas negativas, sobre todo, la sobrecarga de los profesionales. Creo que merecen más los profesionales.
¿En la facultad se habla de esto?
Sí, sí. Se habla mucho. La carrera es dura, es larga, son muchos años y tienes la esperanza de que acabe y empezar a trabajar y que las cosas mejoren, pero a veces ves que las cosas no mejorarán. Yo tenía claro que quería formarme aquí. El modelo de residencia es bueno, aprendemos mucho, acabamos siendo buenos especialistas. Una vez ya tienes el título de especialista es cuando realmente me plantearé las opciones que ofrecen aquí y allá. Unos amigos de mi promoción se han ido a Irlanda y como residentes de primer año estarán cobrando más de lo que yo voy a cobrar aquí cuando acabe la residencia. Han hecho el MIR, pero al mismo tiempo aplicaron a Irlanda y como han entrado en Irlanda renuncian aquí y se marchan.
¿Esto es frecuente?
Sobre todo es frecuente al terminar la residencia, con el título de especialista, no tanto antes del MIR, porque aquí la formación es buena, y aunque sabes que tendrás unas malas condiciones laborales durante unos años sabes que después terminas con un buen título de especialista y bien valorado aquí en todas partes.

David Carrillo ha estudiado en el campus Clínic de la UB
¿Nos hemos dejado algo?
Solo que tengo muchas ganas de empezar y de que, por fin, los pacientes que he visto mientras he estudiado, ser su médico. Eso me llena mucho, que seas tú el que mira a los ojos del paciente, no el médico que tienes al lado. Me hace mucha ilusión y tengo muchas ganas de aprender y mejorar.
¿Qué aficiones tiene?
Me gustan muchas cosas. Me gustar hacer ejercicio, me gusta el gimnasio, jugar a tenis, a pádel, la natación. Luego también me gusta la música. También me interesa mucho la historia de la música. Compositores del barroco, romanticismo y clasicismo. Me gusta mucho escuchar y aprender nuevas piezas. También me gusta la historia del arte, me gusta mucho ir a museos. Me gusta el cine, una vez por semana, el día del espectador, me gusta ir al cine con los amigos. El debate con la familia, el debate político, tengo muchos intereses.