Conocidas ya las identidades de los tres trabajadores fallecidos tras el derrumbe en una nave agrícola en Coaña (Asturias), las historias personales comienzan a aflorar. La Nueva España recoge que uno de los muertos en el accidente, Félix Manuel Arias Díaz, de 60 años, ya había sufrido un accidente laboral en una mina.
Arias Díaz, tractorista en el lugar del suceso, residía en Tineo por motivos laborales. El accidente laboral que sufrió fue lo suficientemente grave como para que abandonara la mina y buscara otro futuro. Al margen de su desempeño como tractorista, tenía una pequeña granja de vacas y yeguas. Tenía dos hijos, y en Villapedre, donde residía, los vecinos lamentan su pérdida: “Era un buenazo”.
Pablo González era otro de los fallecidos. De 46 años, instalaba equipos de ordeño. En esta actividad le sorprendió el derrumbe de la nave de Coaña. Era natural de La Ren, donde aprendió de su padre —que viaja a Irlanda y Países Bajos para enterarse de las novedades en el sector ganadero— a amar la ganadería.
El tercer fallecido, conducía la hormigonera que quedó atrapada bajo el escombro, donde perdió la vida. A sus 52 años, acababa de cambiar de empleo, de la firma La Caridad a la empresa Hovalsa, donde se hizo cargo de la obra de Coaña.
La Guardia Civil continúa investigando lo ocurrido en Coaña y por qué se derrumbó la construcción.