Un máster puede abrir nuevas oportunidades, actualizar conocimientos y dar impulso a la carrera profesional. Pero también representa una inversión importante que no siempre garantiza un retorno proporcional. Por eso, cursar uno —y elegir cuál— debe ser una decisión informada, consciente y bien motivada.
Una oferta amplia que invita a la reflexión
Las universidades catalanas ofrecen más de 700 másters oficiales que abarcan ámbitos diversos. Según AQU Catalunya, el paro entre las personas tituladas con un máster es inferior al 5%, una situación cercana al pleno empleo. Este dato indica que cursar un máster mejora las opciones de inserción laboral. Algunos dan acceso a profesiones reguladas, como la abogacía o la docencia, y son imprescindibles para obtener la habilitación profesional. La mayoría, sin embargo, están orientados a la especialización, y es importante elegirlos en función del propio proyecto profesional. No hay másters buenos o malos, sino más o menos adecuados al momento y los objetivos de cada persona.
Cursar un máster debería ser el resultado de un proceso de autoconocimiento: saber qué nos motiva, qué recorrido queremos hacer, cuál es nuestro proyecto profesional. A partir de ahí, hay que contrastar con la demanda del mercado laboral: cuáles son los requisitos de acceso al puesto que deseamos y, en consecuencia, identificar los conocimientos y competencias que necesitamos y determinar qué opción nos permitirá adquirirlos. El máster no siempre es la respuesta.

Carol Lorenzo, directora de Orientación Profesional. Barcelona Activa
Barcelona Activa ha lanzado recientemente el portal Barcelona Activa Treball (www.barcelonactiva.cat/ treball), que recoge un catálogo de 1.700 ocupaciones con información actualizada sobre los conocimientos y competencias que demanda el mercado de trabajo local.
La vía para alcanzar el objetivo profesional
Un máster puede representar una ventaja competitiva para acceder a puestos de trabajo especializados, ya que permite adquirir las competencias técnicas necesarias. Ámbitos como el derecho, la salud, las finanzas o la tecnología son buenos ejemplos.
También es una buena opción si se desea promocionar hacia posiciones de responsabilidad, al permitir adquirir habilidades específicas de funciones directivas. Es una vía habitual para profesionales de las ciencias sociales, las humanidades o la ingeniería enfocados al management.
También puede ser clave para quienes quieren hibridar su perfil. Un perfil híbrido combina conocimientos de diferentes ámbitos, una opción cada vez más valorada por el mercado laboral, ya que responde bien a las necesidades complejas y transversales de muchas organizaciones. Además, al conectar distintas disciplinas, amplía las oportunidades profesionales y facilita la reorientación hacia nuevos sectores. Son buenos ejemplos los perfiles de comunicación con conocimientos tecnológicos, o los profesionales de las ciencias sociales con competencias en análisis y ciencia de datos.
Más allá del conocimiento, las 'soft skills'
Un perfil profesional competitivo no depende solo de las competencias técnicas, sino también del desarrollo de habilidades transversales ajustadas al puesto deseado. El Foro Económico Mundial destaca entre las más valoradas el pensamiento crítico, la adaptabilidad, la resolución innovadora de problemas o la capacidad de influencia. Desarrollarlas es imprescindible.
Los servicios de empleabilidad y orientación profesional de las universidades, así como entidades como Barcelona Activa, pueden acompañarte en este proceso con la ayuda de orientadores expertos que te guiarán a lo largo de tu trayectoria laboral.
Cómo elegir el máster más adecuado
Barcelona Activa propone cuatro pasos previos antes de tomar una decisión:
Haz una aproximación antes de lanzarte del todo. Valora si es realmente el proyecto profesional que quieres seguir. Los másters son más efectivos cuando ya se cuenta con algo de experiencia: así se toman decisiones más fundamentadas sin retrasar la entrada al mercado laboral. Además, las universidades ofrecen otras opciones formativas como las microcredenciales, ideales antes de comprometerse con un máster completo.
Contrasta con profesionales que sean un referente para ti. Analiza perfiles profesionales que puedan servirte de inspiración, identifica sus competencias, observa sus trayectorias. Conecta con ellos y contrasta puntos de vista para obtener una visión de primera mano del sector. También los alumni pueden ser una fuente muy valiosa.
Analiza la calidad del máster. La reputación del centro, la actualización de los contenidos, el nivel del profesorado, la posibilidad de hacer prácticas y los vínculos con el mercado laboral son factores decisivos. Un máster reconocido en el sector aporta también una red de contactos profesionales de calidad.
Valora la inversión económica y de tiempo. Contrástala con tu disponibilidad. Infórmate sobre las opciones de financiación o becas y elige el formato que mejor se adapte a tu situación: presencial, online o híbrido.