El arzobispo de Urgell, Joan-Enric Vives (Barcelona, 1949), se ha despedido este fin de semana de su diócesis, en la que ha permanecido los últimos 24 años. Desde que el pasado 31 de mayo, el papa León XIV aceptó su renuncia al cargo, le sucede Josep-Lluís Serrano Pentinat (Tivissa, 1977), que se ha convertido en el obispo más joven de España con 48años.
En su adiós ante los feligreses, Vives, que también ha ejercido como copríncipe de Andorra durante las dos últimas décadas, tuvo francas palabras de agradecimiento hacia todos aquellos (presbíteros, diáconos, religiosas y religiosos, seminaristas y laicos y laicas) que le han mostrado confianza “incluso cuando las cosas no han sido fáciles”.
El futuro
Dice que en esta etapa de jubilación, le gustaría disfrutar de alguna experiencia misionera y de voluntariado con preso o gente mayor
“Todo lo que he vivido en Urgell y en Andorra me ha enseñado más que cualquier libro: sois vosotros quienes me habéis hecho obispo”, dijo Vives este sábado desde el altar de la Catedral de Santa Maria de La Seu d’Urgell, que se llenó en su adiós a la diócesis en la misa de acción de agracias por su ministerio episcopal. “Soy vuestro y lo seguiré siendo”, indicó Vives que, antes de ser nombrado obispo titular de la Seu d’Urgell (2003-2025) fue entre 2001 y 2003 obispo coadjutor. Anteriormente ejerció durante ocho años como obispo auxiliar de Barcelona.
A partir de ahora, Vives arranca un periodo nuevo en su vida, el de la jubilación, durante la cual aseguró que se pone a disposición de la diócesis pero “de otro modo”. El emérito indicó que no quiere desvincularse por completo del día a día ya sea “ayudando a las parroquias cuando sea necesario, poder escuchar y estar cerca, con discreción y paz”. Ante esta nueva etapa que se le abre tras 32 años de obispo, entre Barcelona y Urgell, afirma que le gustaría “tener alguna experiencia misionera y de voluntariado con presos o gente mayor, con voluntarios de Cáritas”, si la salud así se lo permite.
He sido un obispo débil y limitado, pero nunca he dejado de intentar amar y servir a la Iglesia con pasión
El hasta ahora arzobispo de Urgell también pidió perdón, hizo autocrítica y se autodefinió como “un obispo débil y limitado” aunque “nunca he dejado de intentar amar y servir a la Iglesia con pasión”. “Os pido perdón porque no siempre he sabido escuchar lo suficiente, o porque no llegué a todo el mundo como era necesario o por las decisiones que quizás no fueron las mejores”.
El ya obispo emérito de Urgell se pone a disposición de Josep-Lluís Serrano Pentinat, que fue nombrado obispo coadjutor de la diócesis en julio de 2024. Subrayó que “aportará una mirada joven, su corazón de pastor y su propia manera de hacer”. De él dijo que tiene “todo mi respeto y obediencia” y pidió a la diócesis que lo acoja como lo hicieron en su momento con él y con los otros obispos que le han precedido. “Amadlo y acompañadlo. Él continuará, como yo mismo he intentado hacer, la gran tarea de anunciar a Jesucristo, presente y activo en medio de nuestro pueblo”.
Al acto de este sábado estuvieron presentes, entre otros, el presidente del Parlament de Catalunya, Josep Rull; el alcalde de La Seu d’Urgell, Joan Barrera; la ministra d’Afers Socials del Principado de Andorra, Trini Marín; el diputado en el Congreso, Amador Marqués y el director general d’Afers Religiosos de la Generalitat, Ramon Bassas.


