El próximo mes de julio se cumplirán 31 años del ingreso en prisión de Pablo Ibar en una cárcel de Estados Unidos; dieciséis de ellos en el corredor de la muerte y en todo este tiempo si un día de libertad. Tiene 52 años (es hijo del pelotari vasco de cesta punta Cándido Ibar y sobrino del legendario boxeador José Manuel Ibar 'Urtain') y fue encerrado como autor de un triple crimen cometido en Miami. ¿Las víctimas? El dueño de un club y dos modelos, acribilladas a tiros.
Desde el primer día Pablo Ibar ha defendido su inocencia. En estas tres décadas el caso se ha juzgado hasta en tres ocasiones. Lo máximo que sus abogados han conseguido hasta ahora es que la pena de muerte se conmutara por una cadena perpetua.
Hoy el caso ha dado hoy un nuevo vuelco. Los letrados del condenado han informado en una rueda de prensa que han logrado localizar a un testigo de aquel triple crimen que puede demostrar la inocencia del hispano estadounidense.

El español pasó 16 años en el corredor de la muerte, antes de conmutarle el máximo castigo por la cadena perpetura
La defensa de Pablo Ibar asegura tener plenamente localizada a esa persona -así se lo ha hecho saber ya al tribunal que lleva el caso- que podría sacar a Ibar de la prisión. Ese testigo asegura conocer al verdadero autor material de esos asesinatos; un hombre que se parecía en aquella época mucho a Pablo Ibar y que vivía cerca del escenario del triple crimen. Habla también de una segunda persona y asegura que escuchó cómo los dos, con antecedentes por allanamiento de morada, comentaron que habían estado en la casa de las tres personas asesinadas.
La defensa tiene una declaración jurada de ese testigo, que señala al autor material y a otra persona que le acompañaba
El actual letrado de Pablo Ibar anuncia que ha presentado ya en los juzgados de Broward County “una declaración jurada de ese informante que acusa a esa otra persona de ser la autora material de los disparos que hace 31 años acabaron con las vidas de esas tres personas cerca de Miami”.
Ese abogado anuncia que las identidades del nuevo sospechoso y de la persona que le acompañaba “han sido puestas en conocimiento de la Justicia estadounidense”. Y recalca que el autor de los disparos “tenía en la fecha de los hechos un gran parecido físico con la persona que fue captada por la cámara de seguridad instalada en casa donde se perpetró el triple asesinato”. Ese vídeo ha sido, en todos los juicios contra Pablo Ibar, una de las principales pruebas para inculparle, a pesar de que las imágenes son borrosas.
Un proceso caótico
Tres juicios con similar resultado
1997.- El primer juicio no se celebró hasta tres años después de los crímenes. Las sesiones arrancaron en mayo de 1997 y concluyeron ocho meses después sin que el jurado llegase a un acuerdo, así que la vista fue declarada nula.
2000.- En abril de 2000 se señaló la segunda vista contra Pablo Ibar. “Fue caótico para la defensa” del español de origen vasco, recuerda el entorno de condenado. En el transcurso de la vista su abogado, Kayo Morgan, pidió la suspensión. Adujo estar aquejado de una fuerte dolencia hepática, si bien el juez rechazó la solicitud. “Fue una defensa totalmente ineficaz”, añaden estas fuentes. Ni siquiera presentaron los peritajes que tenían pagados y preparados para el juicio. Dos meses después, el jurado declaró a Pablo Ibar culpable y le condenó a pena de muerte. La votación para la pena capital tuvo lugar el 24 de julio de 2000.
2016.- Tras el desastroso trabajo letrado en ese segundo juicio, la defensa fue asumida por el abogado estadounidense Peter Raben, el mismo que en 2000 consiguió la exculpación del también español Joaquín José Martínez, condenado a muerte en Florida. De la mano de Raben, Pablo Ibar recurrió la sentencia ante el Tribunal Supremo de Florida. Sustentó la petición en que el tribunal que lo había juzgado tomó decisiones erróneas basadas en pruebas circunstanciales que minaron la fiabilidad del procedimiento. Tampoco prosperó, a pesar de reconocerse irregularidades, y esas imágenes borrosas del vídeo volvieron a considerarse determinantes. En 2019 se conmutó la pena de muerte por cadena perpetua
Ante esta nueva prueba, la Asociación Pablo Ibar-Juicio Justo solicita la colaboración de las instituciones y la ciudadanía “para hacer frente a la nueva fase que se abre tras la sorprendente revelación de ese testigo”. Se pide la reapertura del caso y la celebración de un nuevo juicio.
En el informe enviado al tribunal se adjunta una declaración jurada de este testigo “en la que se asevera que la persona que intervino en los asesinatos que se cometieron en 1994 en la localidad de Miramar, próxima a Miami, no fue Pablo Ibar sino ese otro individuo, plenamente identificado”.
Se espera que esta sea la prueba definitiva tras tres juicios en los que se consiguió conmutar la pena de muerte por cadena perpetua
El letrado de Pablo Ibar confía en que este sea el paso definitivo para demostrar la inocencia de su cliente. Espera “un giro radical del caso”. Asegura, además, que su cliente vuelve a estar “esperanzado” con el vuelco que acaba de dar el caso.
Si el tribunal admite esa prueba, sería como volver a 1994, “con un Pablo Ibar al que nuevamente le ampararía el principio de presunción de inocencia”, añade su letrado.
Llegados a este punto la asociación que siempre ha creído en la inocencia del español vuelve a pedir ayuda ciudadana, “a fin de reunir los fondos económicos que serán necesarios para hacer frente a la nueva fase procesal que ponga fin a la injusticia que vive Pablo Ibar”.
Un atroz triple crimen
El dueño de un club y dos modelos
En la nota de prensa difundida esta mañana se recuerda el relato de los hechos. Dos individuos armados irrumpieron en un chalet propiedad de Casimir Sucharsky, dueño de un local nocturno, y acabaron con las vidas del titular de la vivienda y de las jóvenes Sharon Anderson y Marie Rogers, ambas de 25 años, que se encontraban en el lugar. Los asaltantes, uno de ellos con gorra y el otro con el rostro cubierto con una prenda, accedieron con gran virulencia y agredieron a las víctimas, a las que obligaron a permanecer tumbadas en el suelo. Después dispararon contra ellas. En los minutos siguientes, los perpetradores recorrieron varias dependencias de la residencia y llegado un momento acabaron con las vidas de las tres personas retenidas. Todo fue grabado por una cámara de vídeo vigilancia situada en el salón de la vivienda. El dispositivo captó el momento en el que se consumaron los crímenes y también grabó el rostro borroso de uno de los asaltantes, un joven al que la Policía identificó como Pablo Ibar Y así empezó una pesadilla que dura 31 años.
Si se ha llegado hasta aquí, se recalca en la nota de prensa difundida hoy, ha sido gracias al trabajo, sin ánimo de lucro, desplegado estas últimas dos décadas por la Asociación Pablo Ibar-Juicio Justo. Ha impulsado “múltiples iniciativas para denunciar la situación en la que se encuentra el preso así como las irregularidades que ha tenido que soportar en las diferentes fases del sumario”.
Sus miembros, añade ese texto, “desarrollan una intensa labor al fin de dar visibilidad a esta situación y a lo largo de este periodo ha estado informado a la ciudadanía de anomalías en el procedimiento, a la vez que ha conseguido algo que parecía imposible: reunir los fondos económicos necesarios para afrontar los elevados gastos de la defensa en las múltiples apelaciones que ha tenido”.
Y ha sido precisamente ese canal el utilizado por este testigo que ahora entra en escena al asegurar que sabe quién es el verdadero criminal. Ahora solo cabe esperar la respuesta del tribunal a esa nueva prueba.