Los primeros robotaxis de Tesla ya circulan por Austin, la capital de Texas

Inteligencia artificial

Las pruebas se hacen en un sector del centro de la ciudad de una forma muy controlada y con una veintena de vehículos Model Y

A Tesla robotaxi drives on the street along South Congress Avenue in Austin, Texas, U.S., June 22, 2025. REUTERS/Joel Angel Juarez TPX IMAGES OF THE DAY

Un Robotaxi sin chófer en Austin, con el Capitolio de Texas al fondo

Joel Angel Juarez / Reuters

Elon Musk cumplió lo prometido, aunque a medias. Tesla puso en marcha el domingo de una forma muy controlada su servicio de taxis sin conductor Robotaxi, que utiliza de momento el Model Y, un modelo que ya está en el mercado, y no el Cybercab, un vehículo exclusivo para hacer de taxi y que no llegará hasta el año próximo. Los taxis eléctricos empezaron a rodar en un área muy delimitada del centro de Austin, la capital de Texas.

El lanzamiento de Robotaxi es una prueba muy controlada por parte de Tesla. La compañía ha puesto en el centro de Austin 20 coches que llevan el anagrama del servicio en un lateral. El accesos a los coches, mediante una app, solo pueden hacerlo las personas autorizadas por la empresa mediante una invitación. En general, son influencers que elaboran vídeos y artículos sobre Tesla.

La prueba se limita a un área muy reducida, aunque cada invitado puede llamar un coche tantas veces como quiera. En el asiento del copiloto viaja una persona como seguridad para accionar la detención del vehículo ante cualquier problema.

Varios invitados a usar el Robotaxi explicaron que los empleados de seguridad que viajan como copilotos no responden a las preguntas que se les hace. Como si no estuvieran ahí.

El procedimiento para acceder al Robotaxi comienza con la app, donde se reclama un vehículo de forma similar a como se hace en otras aplicaciones de taxis o de VTC (Uber, Cabify...). Cuando el vehículo llega, el monitor de seguridad que va de copiloto pide a los pasajeros que muestren su app para verificar su identidad. En el interior, una pantalla en la parte trasera insta a los pasajeros a colocarse los cinturones de seguridad.

Después, para iniciar el trayecto, los pasajeros tienen que cliquear esta opción en un gráfico animado en la pantalla o en la propia aplicación.

Como los invitados son todos usuarios de Tesla y ya tienen un perfil propio, la pantalla trasera les ofrece sus propias apps y listas de reproducción de música.

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El precio por cada carrera es de 4,20 dólares, un guiño de Elon Musk a la cultura de la marihuana en EE.UU., donde el número 420 es una especie de código popular, procedente de los años 70, que significa algo así como “vamos a fumar”.

Los pasajeros disponen de un teléfono de asistencia para pedir que un operador les responda cualquier duda o problema.

La conducción autónoma de Tesla (FSD) está activa en Estados Unidos, donde tiene alrededor de 400.000 usuarios. Funciona mediante el sistema de cámaras de los coches. En Europa, está en pruebas.

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