Perder la pareja o el empleo se relaciona con cambios en el cerebro asociados al alzheimer

Salud cerebral

Un estudio de ISGlobal sugiere que los sucesos vitales estresantes elevan el riesgo de desarrollar la enfermedad en personas que ya tienen predisposición biológica

Placas de proteína beta-amiloide en el exterior de las neuronas (en rojo) y de proteína tau en el interior (morado) en una imagen virtual de tejido cerebral con alzheimer

Placas de proteína beta-amiloide en el exterior de las neuronas (en rojo) y de proteína tau en el interior (morado) en una imagen virtual de tejido cerebral con alzheimer 

Getty Images/Science Photo Library

Acontecimientos vitales tan estresantes como la pérdida de la pareja, el desempleo o las dificultades económicas tienen relación con cambios en el cerebro asociados a la enfermedad de Alzheimer. En concreto, enviudar se relaciona con niveles más altos de las proteínas amiloide y tau, cuya acumulación es característica del alzheimer, mientras que quedarse en paro o sufrir pérdidas económicas se asocia con una reducción del volumen cerebral en áreas clave para compensar patologías como el alzheimer.

Así lo asegura un estudio realizado por investigadoras del ISGlobal -centro impulsado por Fundación la Caixa- en colaboración con el BBRC, el centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall, y publicado en la revista Neurology. El estudio se ha realizado con la participación de 1.200 personas, de las que tres de cada cuatro tenían al menos un progenitor diagnosticado de alzheimer, de modo que ya tenían mayor predisposición biológica a la enfermedad.

Lee también

El alzheimer ya se puede diagnosticar precozmente con un análisis de sangre

Josep Corbella
Acumulaciones de la proteína beta-amiloide (color rosado), características del alzheimer, entre neuronas

“Nuestro estudio se realizó en un grupo de individuos que ya tienen un riesgo elevado de padecer alzheimer y lo que queríamos era entender cómo el estrés vital podía relacionarse con los cambios cerebrales previos a la aparición de síntomas”, justifica en declaraciones a La Vanguardia Eleni Palpatzis, investigadora predoctoral de ISGlobal y primera autora del estudio.  

Por ello, admite que sus resultados podrían no ser los mismos en la población en general, puesto que el alzheimer es una enfermedad multifactorial (“contribuyen la edad, los genes, el estilo de vida y el entorno”, apunta Palpatzis) y en personas con menos riesgo que las estudiadas el cerebro podría ser más resistente al estrés. 

Los sucesos estresantes pueden desempeñar un papel, pero sería demasiado rotundo afirmar que causan el alzheimer

Eleni PalpatzisInvestigadora predoctoral ISGlobal

Pero, incluso entre quienes tienen familiares diagnosticados, los resultados del estudio no significan que aquellos que pierdan la pareja o el trabajo o pasen situaciones de mucho estrés vayan a desarrollar alzheimer, porque la relación que establecen los investigadores es de asociación, no de causa-efecto.

“Los acontecimientos vitales estresantes pueden desempeñar un papel, sobre todo si ocurren repetidamente, pero sería demasiado rotundo afirmar que causan directamente el Alzheimer”, dice la investigadora.

Con todo, recuerda que se ha demostrado que el 45% de los casos de demencia tienen que ver con factores relacionados con el estilo de vida -desde el nivel educativo hasta la actividad física o el nivel de estrés-, lo que significa que la persona puede reducir su riesgo llevando un estilo de vida saludable, cuidando su salud mental y abordando factores de riesgo cardiovascular, entre otros.

Diferente impacto en hombres y en mujeres

Otro de los hallazgos del estudio es que el estrés del duelo o de los problemas económicos afecta de forma distinta a hombres y mujeres, lo que puede aumentar la vulnerabilidad de unos u otras frente al alzheimer. 

Así, la muerte de la pareja sentimental se ha asociado a una mayor acumulación la proteína beta amiloide en hombres -”que es la que primero se acumula en la enfermedad de Alzheimer”, explica Eider Arenaza-Urquijo, la investigadora que ha liderado el estudio- y a niveles más altos de la proteína tau en mujeres -”que es uno de los síntomas que llega más tarde pero que en ellas se acumula más rápido”, apunta-. Y esas alteraciones son mayores, tanto en hombres como en mujeres, en el caso de personas con un nivel educativo más bajo.

Por lo que respecta al desempleo y las pérdidas económicas, que se relacionan con una reducción del volumen de materia gris en las regiones cerebrales clave para la regulación emocional y cognitiva, la investigación constata que quedarse en paro afecta más al cerebro de los hombres mientras que las pérdidas económicas impactan más en las mujeres. 

Algunos factores de riesgo de alzheimer se pueden prevenir

Algunos factores de riesgo de alzheimer tienen que ver con el estilo de vida  

Freepik

Tanto Arenaza-Urquijo como Palpatzis creen que estas diferencias por sexo pueden estar relacionadas con los roles culturales de género. “El cerebro de los hombre parece verse más afectado por la pérdida de la pareja y del empleo y una posible explicación es que suelen tener menos relaciones de proximidad en las que apoyarse y quedan más aislados al enviudar, al tiempo que el paro lo viven con más estigma social”, dice Arenaza-Urquijo. 

Por contra, las mujeres que experimentan dificultades económicas parecen ser más vulnerables a cambios en el cerebro que los varones, “lo que podría responder a que ellas tienden a tener niveles más bajos de seguridad económica, viven más tiempo y tienen más probabilidades de enfrentarse a dificultades de dinero en etapas posteriores de su vida, sobre todo si han asumido funciones de cuidado no remuneradas”, apunta Palpatzis.  

En todo caso, y dado que uno no elige verse inmerso en situaciones estresantes como perder a la pareja o el puesto de trabajo, las investigadoras sostienen que la clave está en desarrollar resiliencia ante el estrés y afrontarlo de la forma más saludable posible. “La actividad física regular, las relaciones sociales, la gestión del sueño, la salud mental y la búsqueda de apoyo en los momentos difíciles pueden ayudar a proteger la salud cerebral”, resume Palpatzis, que remarca que todo esto es aún más importante para quienes antecedentes familiares de enfermedad de Alzheimer.

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...