España deberá rehabilitar su parque de viviendas para lidiar con el calor extremo

Adaptación al calor

El 90% de los edificios que habrá en 2050 ya están construidos sin aislamiento

España deberá rehabilitar su parque de viviendas para lidiar con el calor extremo
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España deberá rehabilitar sus viviendas para lidiar con el calor extremo

El clima en España puede pasar de ser mediterráneo a estepario en 2050, con escasas precipitaciones y un aumento de la temperatura media anual que pasaría de los 15,8ºC actuales a 18 ºC. En este escenario, los termómetros superarían en verano los 45ºC en gran parte de la península, según proyectan los profesores del Centro de Política del Suelo y Valoraciones de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) Josep Roca Cladera y Blanca Arellano, en la investigación España: hacia un clima más seco y cálido .

Para ese entonces, la mayoría de los españoles vivirá en edificios construidos entre finales del siglo XX y las primeras décadas del siglo XXI, en una realidad climática totalmente distinta. María Teresa Verdú, directora general de Agenda Urbana y Arquitectura del Ministerio de Vivienda, da esta cifra: más del 90% de los edificios que existirán dentro de 25 años ya están construidos, muchos de los cuales se levantaron sin medidas de aislamiento térmico y de eficiencia energética.

Los expertos dicen que las construcciones españolas no tienen sistemas para adaptarse al calor

Los expertos dicen que las construcciones españolas no tienen sistemas para adaptarse al calor

Mané Espinosa

“Esto provoca que el calor entre a sus anchas por los edificios. Las construcciones españolas no tienen sistemas ni activos ni pasivos para poder adaptarse al calor. Y la situación irá a peor en los próximos años. Por eso urge acelerar las políticas de rehabilitación”, explica Cecilia Foronda, directora de energía y personas de la organización Ecodes, ingeniera Química especializada en Medio Ambiente por el Centro Politécnico Superior de la Universidad de Zaragoza.

El gran desafío, agrega, es conseguir que los hogares sean “más resilientes” ante los extremos climáticos y, al mismo tiempo, “menos contaminantes” para no seguir alimentando el origen del problema: las emisiones de gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento global. “Lamentablemente vamos tarde”, advierte.

El diagnóstico es compartido por la mayoría de los arquitectos e ingenieros especializados en sostenibilidad. En mayo, se reunieron en Madrid en un foro sobre descarbonización de edificios, organizado por el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid y el Green Building Council España. Dolores Huerta, la directora de esta plataforma, llamó a abordar la problemática del calor “de forma sistémica y a gran escala”.

Hay quienes piden volver a los edificios con balcones grandes, voladizos y ventilación cruzada

Foronda señala que para tener confort térmico una vivienda debería tener, en verano, una temperatura de entre 20ºC y 27ºC . En la actualidad, más de la mitad de los hogares –el 53%, detalla la experta– llega a esta cifra con sistemas de aire acondicionado. El porcentaje se derrumba en la familia que sufren pobreza energética. Sólo dos de cada diez viviendas vulnerables tiene aparatos de refrigeración.

Al problema desigual del acceso a estas tecnologías, se le suma su insostenibilidad. Por un lado, porque los aires acondicionados expulsan al exterior el calor que quitan de las viviendas, generando un aumento de la demanda de energía. Y, por el otro, porque aumentan la huella de carbono de los hogares. “Es la pescadilla que se muerde la cola. Por eso hay que insistir que se trata de una solución a corto plazo. Lo fundamental es el aislamiento, esa es la mayor apuesta: crear hogares más habitables, accesibles y resilientes ante el nuevo clima”, subraya Foronda.

Climate-ADAPT, la Plataforma Europea de Adaptación al Clima, coordinada por la Comisión Europea y la Agencia Europea de Medio Ambiente ( AEMA), propone una lista de soluciones para la “protección climática de los edificios” con respecto a las temperaturas excesivamente altas, que involucra a los cimientos, los envolventes (techos, paredes externas, puertas, ventanas y vidrios) y el diseño. “A nivel técnico, disponemos de herramientas para maximizar la dispersión del calor interno y minimizar la absorción de calor a través de la radiación solar”, se explica en el instructivo de esta plataforma.

Por tanto, elementos arquitectónicos como toldos, voladizos, persianas, pórticos, paredes exteriores y techos blancos, y la orientación solar de los edificios pueden minimizar la exposición diaria del edificio a la luz solar. Los techos verdes, por ejemplo, enfrían naturalmente las superficies de los edificios a través de la acción del agua y la vegetación. Pintarlos de blanco, una opción más económica, también ayuda, al ser muy reflectantes y al rebotar la radiación solar.

La guía de Bruselas también pone el énfasis en la “organización del espacio en la proximidad de edificios”. No es lo mismo una vivienda rodeada de cemento que una “protegida” por árboles, que aumentan el flujo de aire, reducen el impacto de la radiación solar y el efecto de la isla de calor típica de las ciudades modernas.

El aire acondicionado expulsa el calor que quita de la vivienda, aumentando la demanda de energía

Ante lo oneroso de rehabilitar una vivienda, una factura que en España puede alcanzar los 35.000 euros, Foronda afirma que la “meta de adaptación es imposible sin políticas públicas”. Celebra las dos iniciativas que prepara el Gobierno, el Plan Social para el Clima, que contará con contará con 9.000 millones para rehabilitación energética de viviendas, calefacción y refrigeración sin emisiones; y el Plan Nacional de Renovación de Edificios, con una inversión estimada de más de 15.000 millones de euros. “Todas las ayudas deberían ser al 100% y por adelantado. Vamos tarde y se necesita ambición”, resume.

La adaptación depende de los territorios. En Alicante, son cada vez más los diseños que apuestan por “las ideas tradicionales”, ventilación natural y cruzada, por ejemplo, en lugar de las ventanas herméticas, muy utilizadas en muchos proyectos de aislamiento térmico. Hay un grupo de arquitectos que pide volver “a los principios de los edificios antiguos”, con balcones grandes, voladizos y ventilación cruzada, es decir, ventanas en los dos extremos para que circule el aire, clave para mantener el confort térmico.

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