China deja a los estancos españoles sin habanos

Consumo

Tabacalera raciona los envíos de los puros más vendidos y dispara el precio de sus marcas más preciadas

Elaboración artesanal de los habanos Montecristo en una fábrica de La Habana

Elaboración artesanal de los habanos Montecristo en una fábrica de La Habana 

 FERNANDO GARCÍA / LV

“Los Partagás tampoco no me los han traído. ¿Porqué no prueba estos?” Y a continuación el estanquero de un céntrico establecimiento de Barcelona ofrece a su cliente una marca de puros de Nicaragua. Esta es la situación habitual ahora en los estancos españoles: no hay habanos.

“Hace tiempo que Tabacalera sirve mucho menos habanos que los que le pedimos, pero ahora es un drama” reconoce Josep Maria Sitges, presidente d’Estanquers de Barcelona, la asociación que agrupa a los establecimientos de venta de tabaco de la provincia. Entre las marcas que más faltan cita Cohíba, Partagás (especialmente las vitolas 898, D4 y D6), Montecristo (especialmente las vitolas 2, 4 y 6) y Romeo y Julieta Wide Churchill. No solo faltan ya los grandes formatos: incluso los pequeños, como mini y club, a menudo no llegan.

Sitges, que en febrero asistió en Cuba al último Festival del Habano, señala que en este país ha caído fuertemente la producción por el deterioro económico: “Hay cortes de luz que paran las máquinas, y problemas de suministro de agua, pesticidas y fertilizantes. Y también faltan torcedores. Los que hay son mayores y los jóvenes buscan otros trabajos”.

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El factor clave, sin embargo, ha sido el aumento de la demanda de habanos, especialmente en los países de Asia Pacífico y en China, que ha desplazado a España como primer mercado de los puros, según explicaron en el Festival de La Habana los directivos de Habanos SA, la empresa mixta de Tabacalera y el gobierno cubano que comercializa los puros de ese país.

El cambio de foco responde también al cambio en el accionariado de la compañía: desde 2021 la sociedad que comercializa los puros, Tabacalera SLU, es propiedad de un grupo inversor asiático, Allied Cigar Corporation. Altadis la vendió por 1.040 millones de euros y aunque mantiene su sede en Madrid, Tabacalera no tiene ya accionistas españoles.

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“La demanda de habanos es alta en todo el mundo y sigue creciendo” señala Juan Girón, director de comunicación de Tabacalera, que recuerda que “solo hay problemas de suministro de habanos, no de cigarros en general. Sucede como con las Denominaciones de Origen de los vinos: el tabaco cubano es el más reconocido del mundo”.

Así, el directivo señala que Tabacalera ha aumentado sus envíos de cigarros a los estancos españoles, hasta un 16% en el mes de junio. Pero estos envíos incluyen la amplia cartera de cigarros del grupo, el primer distribuidor del mundo, que tiene fábricas propias en la República Dominicana y Honduras y comercializa además tabacos de otros orígenes.

“Los consumidores más jóvenes se muestran más abiertos a probar cigarros de otros orígenes” reconoce Sitges. Y, con independencia de la edad, todos han tenido que adaptarse a la subida de precios. “Un Cohíba ha pasado en poco tiempo de costar 19 a 60 euros”, señala el presidente de los estanqueros, mientras la mayoría de los consumidores buscan cigarros de menos de 10 euros.

Elaboración manual de habanos en Cuba, bajo denominación de origen

Una trabajadora sostiene hojas de tabaco con las que elabora los puros 

LV

En España, según los datos del Comisionado de Tabacos, el año pasado se vendieron 18,7 millones de puros “premium” (los de fabricación artesanal), con un precio medio de 7,7 euros.

Desde que cuenta con nuevos accionistas, Tabacalera ha optado por homogeneizar el precio mundial de sus cigarros de gama más alta, que son Cohíbas y Trinidad, ya que la demanda es mucho mayor que la producción. Esto ha frenado además el “contrabando” de habanos: según Sitges, ciudadanos chinos compraban grandes cantidades de habanos en España para llevárselos a su país cuando iban por trabajo o vacaciones. La subida de los precios y la misma escasez ha acabado con esta práctica. “Con lo poco que nos llega, los estancos guardamos los puros para que no les falten a nuestros clientes habituales”, asegura.

Cupos de suministro

Ante la falta de habanos, Tabacalera ha establecido cupos de suministro: distribuye solo a estancos especializados en habanos o que tengan un Habanos Point, siempre con cava, “para enfatizar la calidad de su producto y dar imagen de lujo. A los precios actuales definitivamente un habano lo es”, señala Sitges. Incluso estos establecimientos reciben muchos menos cigarros de los que piden.

Tabacalera ha conseguido en los últimos años dar un giro al perfil del fumador. “El fumador de habanos de hace años, que se fumaba un habano jugando la partida después de comer ha desaparecido”, señala Girón. “Las leyes antitabaco han hecho que no sea posible fumar en todas partes, y el puro se asocia a momentos específicos, a un disfrute de una experiencia especial, como beber un buen vino”. Así, aunque ha caído la producción y la venta de habanos ha aumentado el negocio, que alcanzó los 827 millones de dólares el año pasado, un 16% más.

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Un torcedor de habanos en una fábrica de La Habana   

Fernando García / LV

“En todo el mundo se han incorporado al consumo profesionales de 35 a 60 años, y fumar se asocia a encuentros de relax después del trabajo o a momentos especiales. Buscan información por Internet, ediciones limitadas, y prueban nuevas marcas. No es un consumo compulsivo, sino selectivo, gourmet diríamos. Son consumidores muy sofisticados, que valoran que es un producto artesano y único. Y hay incluso blogueros especializados”, señala Girón.

Algunas personas que han dejado de fumar cigarrillos también se han pasado a los puros. “Como se suele decir, ‘fumar cigarrillos es un vicio; fumar puros es un placer’. Así que mantienen el hábito de fumarse un puro los fines de semana, por ejemplo”, asegura Sitges.

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La escasez de habanos y la subida de su precio ha hecho aparecer un nuevo fenómeno: las falsificaciones. “Hay tramas especializadas: compran puros de cualquier origen y cambian las vitolas. Colaboramos con los cuerpos de seguridad del estado para identificarlos pero es un fenómeno difícil de controlar”, explica el directivo de Tabacalera. Girón parafrasea el refrán y recuerda “que ‘nadie da puros a pesetas’. Si alguien le dice que ha encontrado un chollo, o que un amigo le trae los habanos de no sé donde, a un precio muy por debajo del que tienen en el estanco, no lo dude: son falsos”.

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