La guardia más temida por los profesionales del hospital del Mar, situado a pie de paseo marítimo, en Barcelona, es la de la noche de San Juan, por la cantidad de lesiones ocasionadas por la explosión de pirotecnia, que en no pocas ocasiones conducen a la amputación de dedos. Esa noche del 23 de junio supone la inauguración oficiosa de la temporada de verano en las urgencias sanitarias, que son más numerosas y de tipología diferente a las del resto del año.
Precaución y sentido común son las recomendaciones para no acabar en el hospital en una época estival en la que el cambio de costumbres, el calor, la práctica de actividades deportivas sin la preparación adecuada y el incremento de la cifra de accidentes derivado del aumento de la movilidad están en el origen de enfermedades y lesiones evitables.
Datos de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes) cifran en un 10% el incremento de las urgencias hospitalarias en este periodo, lo que supone un incremento de la presión asistencial, en unos centros –los que están situados en zonas que registran un aumento de población en verano– más que en otros.
“Se nota un cambio del invierno al verano”, apunta Berta Aymerich, enfermera de urgencias en el hospital Josep Trueta, en Girona. Además de cuantitativa, este cambio es también cualitativo: “Los pacientes de base siempre están, pero en invierno atendemos más paciente respiratorio y ahora se nota que la gente está más con el coche arriba y abajo. Este año hay muchos más accidentes de tráfico. Además, son característicos de nuestro veranos muchas picaduras de insectos que provocan reacciones alérgicas, intoxicaciones alimentarias o ahogamientos”.
El incremento de la práctica deportiva sin preparación técnica y física origina fracturas y luxaciones
Las urgencias estivales se caracterizan por un fuerte componente territorial. Por ejemplo, es muy diferente la tipología atendida en un hospital situado en una zona urbana, como el caso del Clínic, en Barcelona, de la que llega a un centro como el hospital del Mar, a escasa distancia del anterior pero instalado en un área con mucha actividad turística, nocturna, deportiva y playera. “A nivel de traumatología los veranos son movidos, tenemos más trabajo y cada vez vemos más casos que para nosotros son un reto”, explica Albert Fontanellas, traumatólogo de urgencias del hospital de Mar.
A este centro llegan numerosos lesionados por accidentes de bicicleta, patines o patinetes, muchas veces con traumatismos que podrían haberse evitado con protecciones. También destacan los anzuelos clavados en manos o dedos y muchas lesiones ocasionadas por la práctica de deportes de pelota como el voley playa: capsulitis, luxaciones o fracturas en dedos... Por la noche no hay descanso. “En la zona hay mucha discoteca y en verano hay más actividad de vida nocturna, una combinación que se traduce en más posibilidad de peleas, con fracturas, contusiones y alguna herida por arma blanca”, relata el doctor Fontanellas. En su opinión, los casos más impactantes son las grandes heridas producidas por arma blanca. “Hay algún corte de catana que impresiona, son cortes muy limpios y muy aparatosos”, afirma, y matiza que este verano no se han registrado lesiones de este tipo.
Urgencias pediátricas
Los niños, especialmente vulnerables
“Los niños son especialmente vulnerables durante el verano, por lo cual es fundamental extremar las medidas de precaución para evitar problemas que, aunque comunes, se pueden complicar si no se tratan adecuadamente y a tiempo”, afirma José Luis Reyes, jefe de urgencias del hospital HM Nens. En verano aumentan las consultas en las urgencias pediátricas coincidiendo con la aparición de patologías estacionales como la gastroenteritis, otitis, conjuntivitis, quemaduras solares, infecciones por hongos, golpes y lesiones, entre otros. Los especialistas recomiendan una buena higiene de manos (antes de comer y después de ir al baño), consumir alimentos bien cocinados; secar bien los oídos después de nadar y evitar el exceso de auriculares; no compartir toallas y usar gafas de natación en las piscinas; mantener secos los pies y los pliegues cutáneos y usar calzado transpirable y calcetines de algodón.
Coinciden los especialistas en que el aumento de la práctica deportiva en verano sin la base técnica y física adecuadas alimenta las consultas de traumatología. En julio y agosto estos casos representan el 20% de los atendidos en el hospital Quironsalud de Marbella. Allí, las de mayor gravedad son las causadas por un deporte acuático como el kitesurf. “La falsa sensación de seguridad que produce el agua hace que muchos infravaloren el riesgo, sin embargo, las lesiones producidas a gran velocidad en el mar pueden ser tan graves como las que ocurren en carretera”, afirma el jefe del servicio de cirugía ortopédica y traumatología, Francisco Rodríguez.
También numerosos accidentes de motos acuáticas acaban en el hospital. “En manos inexpertas, suponen un peligro tanto para quienes las conducen como para los bañistas que tienen alrededor”, afirma el doctor Rodríguez.
Las urgencias ginecológicas incrementan un 50% en verano por el calor y los cambios de comportamiento
En otro orden, apunta a las actividades recreativas como las camas elásticas, los castillos hinchables o los parques acuáticos, donde ocurren lesiones craneales, abdominales y fracturas. “Siempre insistimos en la prudencia: son actividades lúdicas, pero no estan exentas de riesgo”, advierte el traumatólogo.
Capítulo aparte merecen las patologías de las zonas íntimas, que durante el verano aumentan un 50% y llegan a representar un tercio de las consultas anuales de los especialistas, según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO). El calor, la humedad y la subida de relaciones sexuales esporádicas son las principales causas de las urgencias ginecológicas estivales. Infecciones vulvovaginales (vaginosis bacteriana, candidiasis o tricomoniasis), la enfermedad inflamatoria pélvica, el dolor pélvico o las infecciones de herida quirúrgica son las más comunes, debido a que las temperaturas elevadas contribuyen a la proliferación de hongos y bacterias. “Los problemas se producen fundamentalmente tanto por motivos como cambios en el comportamiento estival (sexualidad, ocio, viajes) como por efectos fisiológicos del calor (deshidratación, vasodilatación, inflamación)”, explica María Dolores Gómez, ginecóloga miembro de Top Doctors Group.
Por otra parte, las quemaduras solares, las picaduras o reacciones alérgicas provocan en verano un aumento de las consultas urgentes de dermatología de entre un 20% y un 30% con relación al resto del año. Evitar la exposición solar en las horas cnetrales del día, usar fotoprotector de amplio espectro y reaplicarlo cada dos horas” son los principales mandamientos de los dermatólogos.