Un escándalo sexual sacude Italia estos días después de que se conociera que 32.300 hombres participaban en una página de Facebook subiendo fotos de sus parejas, esposas, amigas, en actitudes íntimas, sin que ellas lo supieran. La página de Facebook se llamaba ‘Mia moglie’ (Mi mujer). Estaba abierta desde el 2019 y en la misma se subían fotos robadas de mujeres, en su mayoría inconscientes, durmiendo, en la playa, o en su casa. La foto era expuesta para recibir comentarios sexuales. “¿Qué os parece?”.
El grupo fue cerrado el miércoles pasado por Meta, propietaria de Facebook, después de la intervención de la policía italiana. Estas denuncias se produjeron después de que la influencer feminista Carolina Capria, que tuvo conocimiento de esta página, de acceso público, alertara a los usuarios de la red social para que denunciaran al grupo ante las autoridades. En dos días la policía recibió 2.800 denuncias.
“Tenemos tres hijos y 16 años de matrimonio, y descubro que mi vida ha sido expuesta como un objeto”
Y Meta actuó: “Eliminamos el grupo de Facebook por infringir nuestras políticas contra la explotación sexual de adultos. No permitimos contenido que amenace o promueva la violencia sexual, el abuso sexual o la explotación sexual en nuestras plataformas”, señaló la empresa.
Meta había advertido al grupo el pasado mayo de la prohibición de subir imágenes sexuales, aunque éste estaba activo desde 2019. Se cuestiona ahora la capacidad de la empresa para moderar el contenido en sus plataformas.
En la prensa y foros han empezado a visibilizarse testimonios de mujeres que descubrieron que habían sido expuestas sin su consentimiento. “Lo que leí sobre mí fue horroroso. Sentí una mezcla de asco, desesperación, decepción y miedo. Ahora él no quiere irse de casa, me grita y me acusa de destruir el matrimonio por algo trivial. Dice que exagero, que solo era un juego para presumir de mi belleza”.
Otra mujer describe sus sentimientos: “Me dijo que no significaba nada, que solo era un juego. Pero ¿cómo puede ser un juego tomar fotos privadas, momentos de la vida real, y compartirlos con desconocidos? Tenemos tres hijos y casi 16 años de matrimonio, y descubro que mi vida ha sido expuesta como si fuera un objeto. Me siento traicionada de una manera que apenas puedo explicar. No es solo dolor, es vergüenza, rabia, asco. Es como si toda certeza en mi existencia se hubiera derrumbado. Y lo peor es que él no lo entiende, no ve la gravedad del asunto, la minimiza”.
La policía pide que quien se reconozca, denuncie. Denunciar es esencial, ya que los delitos que podrían imputarse (por ejemplo, difamación o pornografía por venganza) solo se pueden procesar mediante una denuncia presentada por la víctima. Ésta tiene seis meses para firmarla desde el momento en que tiene conocimiento del incidente.
El grupo migra a Telegram
Pese a las consecuencias delictivas, el grupo no ha desaparecido. Miembros del mismo anunciaron hace unos días que migraban a Telegram, “un lugar más seguro, en la mierda de los moralistas”, según explica el corriere de la Sera.
El día del cierre del grupo, un canal de Telegram llamado 'Nuestras mujeres' era accesible (ahora ya no está disponible): 1007 personas se registraron en menos de 12 horas. Pero no está claro si el nombre y el canal se han mantenido igual o si el caos reciente y la amenaza de una investigación han alterado sus planes.
Otro caso en Portugal
Este escándalo se produce tres meses después de que en Portugal tres jóvenes influencers violaran presuntamente a una chica de 16 años y subieran el vídeo a las redes sociales. Unas 32.000 personas vieron la grabación y no la denunciaron. Los tres sospechosos, de entre 17 y 19 años, fueron detenidos pero más tarde puestos en libertad por el tribunal.
Y el caso de 'Mi mujer' se suma también al de Gisèle Pelicot cuyo marido, Dominique Pelicot, captó a través de internet a decenas de hombres para que abusaran sexualmente de su mujer mientras ésta se encontraba inconsciente por efecto de los tóxico. En total, hasta 72 hombres la violaron mientras su marido grababa las agresiones, de las que la policía francesa encontró más de 20.000 vídeos y fotografías.