El dato impresiona. El 24% de las chicas de entre 17 y 21 años acude a la inteligencia artificial (IA) para contarle “sus cosas”. Prefieren a ese sistema tecnológico para confiarle sus dudas, angustias, miedos o dolencias, antes que a un humano, ya sean sus padres, hermanos o amigos. “Yo a veces pregunto a la IA porque, aunque con mi familia sí puedo hablar de eso, prefiero no hacerlo”, dice una joven de 18 años y residente en Madrid.
Así lo indica el estudio Así somos. El estado de la adolescencia en España publicado hoy por Plan International, una investigación basada en las 3.500 encuestas realizadas a chicas y chicos de entre 12 y 21 años, cubriendo a la generación Z y Alfa. Este trabajo incluye un análisis transversal de su relación con la IA.
Y los resultados, repetimos, impresionan. Porque hay un nutrido grupo de adolescentes que están recurriendo a las máquinas para afrontar su día a día, sin que las personas que las rodean tengan conciencia de lo que les ocurre realmente.
Y eso, que buena parte de los adolescentes tienen claro que la IA les puede hacer daño. De hecho, la creación sin permiso de contenido sexual falso es una de sus principales preocupaciones, así como la publicación de fake news (82% en ellas y 71% en ellos). También son conscientes del uso indebido para diagnósticos de salud mental, algo que temen el 78% de ellas y el 70% de ellos.
El uso de la IA está completamente extendido entre los jóvenes (sólo el 14% de los encuestados dice no haberla utilizado durante el último mes), tanto que el 68% de las chicas temen desarrollar dependencia de la IA, siete puntos más que los chicos.
¿Qué hacer? Para la directora general de Plan International, Concha López, “en un mundo en el que la IA tiene cada vez más impacto, incluso en las esferas más íntimas, es indispensable una apuesta por la inteligencia y la educación emocional para proteger a los y las adolescentes, que están expuestos, sobre todo en el caso de las chicas, a nuevas formas de violencia y control”.
Este estudio también aborda la salud mental; el 15% de las chicas declara tener problemas de este tipo, el doble que los chicos (7%). Además, casi 4 de cada 10 chicas dicen haber sufrido ataques de ansiedad o pánico, frente al 23% de los chicos.
La percepción de haber sufrido depresión también es más frecuente en ellas (26%) que en ellos (17%). Lo mismo ocurre con los pensamientos suicidas (23%) y los trastornos de la conducta alimentaria (22%), cuya prevalencia entre las chicas es casi el doble. Casi dos de cada diez dicen presentar signos de adicción tecnológica (el 18% de ellas y el 17% de ellos).
El estudio refleja que la violencia sexual afecta más a las chicas, con una incidencia que aumenta con la edad. El 22% de las jóvenes de 17 a 21 años ha sufrido acoso o violencia de este tipo mientras que más de un tercio de ellas conoce a alguien cercano que ha sufrido una experiencia de este tipo.
Algunos chicos expresan preocupación ante una eventual “pérdida de privilegios” y, aunque la mayoría rechaza la violencia de género, aún persisten situaciones que no se rechazan con firmeza. En los chicos se perciben ciertas situaciones de ambivalencia frente a algunas formas de violencia de género y de control en la pareja.
Preguntados por su opinión sobre que un chico revise el móvil de su novia, solo el 53% de los chicos lo considera inaceptable. Además, la mitad considera aceptable en algún caso que un chico quiera saber dónde está su novia en todo momento.