Los servicios médicos de emergencia extrahospitalaria de uno y otro lado de la frontera catalana entre España y Francia se coordinarán para intervenir conjuntamente, con la finalidad de mejorar la respuesta sanitaria en las urgencias. La medida se ha establecido mediante un acuerdo internacional administrativo entre el Servei Català de la Salut (SCS) y la Agence régionale de santé Occitanie.
La portavoz del Govern de la Generalitat, Sílvia Paneque, ha dado a conocer hoy la autorización gubernamental al SCS para formalizar el acuerdo con las autoridades sanitarias francesas. El modelo permitirá la intervención y coordinación transfronteriza del Servei d’Emergències Mèdiques (SEM) y su homólogo francés, el SAMU.
Compartimos un lenguaje más allá del idioma, podemos ser más rápidos en las decisiones”
La colaboración se extenderá a lo largo de toda la franja fronteriza entre España y Francia, que en el sur abarca las comarcas de la Val d’Aran, Pallars Sobirà, Cerdanya, Ripollès y Alt Empordà. Al principio esta alianza se prevé más intensa en el área de la Cerdanya, donde los equipos del SEM y SAMU ya comparten base en el hospital de Cerdanya, en Puigcerdà, el primer centro sanitario transfronterizo de Europa.
Hasta ahora, acuerdos bilaterales permiten la actuación de profesionales y ambulancias a ambos lados de la frontera, pero el nuevo modelo va más allá. “Nos permite dar un paso más en la atención urgente extrahospitalaria”, explica a Guayana Guardian la directora general del SEM, Anna Fontquerni. “El nuevo modelo debe darnos un marco jurídico más amplio para coordinarnos desde los dos lados y además contempla la posibilidad de realizar programas conjuntos de formación”, precisa.
Helicóptero medicalizado del Servei d'Emergències Mèdiques
El protocolo contempla facilitar la comunicación entre la central de coordinación sanitaria del SEM y el centro regulador del SAMU y activar los recursos más adecuados en cada situación, así como una descripción del os medios disponibles a cada lado de la frontera, que incluyen ambulancias, helicópteros medicalizados y hospitales de referencia.
Un grupo de profesionales ha trabajado en la confección de lacuerdo durante más de cuatro años. “Al principio nos dimos cuenta de que no se trata de traducir palabras sino de tener el mismo lenguaje. Dos sistemas sanitarios y de emergencias diferentes necesitan un tiempo para hacer un lenguaje común, que no es el idioma, sino los conceptos”, apunta Fontquerni.
Así, los dos servicios han decidido, por ejemplo, que se transmitirán coordenadas en lugar de nomenclaturas de mapas, que pueden ser diferentes. En virtud del nuevo modelo de coordinación, en cada emergencia sanitaria se definirá cuál de ellos ostenta el liderazgo y los profesionales dispondrán de un marco normativo que les permitirá trabajar con seguridad al otro lado de la línea fronteriza.
Un ejemplo de actuación transfronteriza se produjo a comienzos de diciembre del 2024, cuando un autocar de l’Hospitalet de Llobregat sufrió un accidente en Porté-Puymorens (Francia) que se saldó con tres víctimas mortales y numerosos heridos graves. De noche y en condiciones climatológicas desfavorables, el SEM atendió a 32 personas y activó 21 ambulancias, un helicóptero medicalizado y tres psicólogos.
El objetivo consiste en que los ciudadanos puedan tener una asistencia homogénea a ambos lados de la frontera
“Las dificultades que teníamos eran grandes porque en cada caso teníamos que ponernos de acuerdo en cómo intervenir y cómo coordinarnos”, rememora Fontquerini: “Ahora este acuerdo nos permite sumar los recursos, mayor facilidad de respuesta si se dan dos situaciones de emergencias simultáneas y definir un teléfono único y un flujo de comunicación efectiva, lo que permite tener preparada la coordinación y el seguimiento de las ambulancias. Compartimos un lenguaje más allá del idioma; podemos ser más rápidos en las decisiones”.
El objetivo consiste en que los ciudadanos de ambos lados de la frontera puedan tener una atención sanitaria extrahospitalaria homogénea. El escenario va desde la alta montaña hasta zonas con un gran flujo de personas, como es el caso de la Cerdanya, y áreas de enorme flujo de personas y mercancías, como el Alt Empordà.


