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iPhone Air, duro de doblar

A prueba

El modelo más fino de Apple tiene sorpresas escondidas, como su gran resistencia y una batería que dura más de lo que se podía esperar

Con una mancuerna de 10 kilos encima, el iPhone Air no muestra tendencia a doblarse 

F. Bracero

En el mundo de la tecnología de consumo, en ocasiones es difícil comprender los procesos por los que llega al mercado un determinado producto. La semana pasada, Apple presentó su nueva línea de móviles compuesta por modelos ya asentados en el mercado, con un iPhone 17 de entrada —aunque sería injusto calificarlo de básico, porque es muy completo—, el iPhone 17 Pro y el iPhone 17 Pro. Todo el mundo los sitúa muy bien en su segmento de mercado, pero la irrupción del iPhone Air —sin número— abre interrogantes sobre quién puede estar interesado en un comprometido ejercicio de diseño extremo como el de este teléfono, que guarda algunas sorpresas para llegar (quizás) a más público del que parece.

No hay periodista de tecnología que, cuando Apple anunció que el iPhone Air tiene sólo 5,6 milímetros de grosor, no pensara en el iPhone 6. Aquel modelo se presentó en el 2014 y, al poco tiempo de su llegada al mercado, algunos usuarios empezaron a reportar que el teléfono, en determinadas posiciones forzadas en el bolsillo, como cuando se viaja conduciendo, acababa por doblarse o combarse. El asunto, que se denominó el bendgate, llevó a Apple a alguna demanda colectiva de miles de usuarios. El año siguiente, los iPhone 6S resolvieron el problema. Sacar un móvil todavía más fino, como este iPhone Air parecía un riesgo

Nuevo iPhone Air, de solo 5,6 milímetros de grosor 

F. Bracero

En las presentaciones que Apple organizó para la prensa la semana pasada en Cupertino un día después del anuncio de los nuevos iPhone, se dedicó una especial atención a la robustez del nuevo modelo. Expertos de la compañía invitaron a periodistas a intentar doblarlo —no conozco a nadie que lo consiguiera— y mostraron con una prensa hidráulica como el nuevo dispositivo es capaz de resistir una presión puntual de 60 kilos en el centro de su pantalla sin doblarse.

Aunque a partir del viernes veremos algunos vídeos en redes sociales de gente intentando doblar el iPhone Air —quien sabe si lográndolo— lo que se puede decir en este aspecto es que, con un uso normal, e incluso forzándolo, el modelo más fino de la compañía puede curvarse ligeramente como un junco, pero vuelve a su posición firme original. Apple asegura que el iPhone Air es el teléfono más duro que ha construido. Cuesta creerlo ante ese aspecto frágil, pero de momento no se puede objetar nada a esa afirmación. Resulta bonito y agradable. En toda la nueva línea de móviles de Apple, ahora es el único que lleva biseles de titanio para reforzar esa resistencia.

El iPhone Air se puede guardar en un sobre 

F. Bracero

El segundo aspecto obvio en un móvil con tan poco espacio en su interior es que su batería es pequeña y, por tanto, en principio, de poca capacidad. En las pruebas realizadas en los últimos días, sin embargo, el iPhone Air no ha sufrido en ese aspecto. En un uso cotidiano normal, sin pasar horas con visualización de vídeos o videojuegos, al final del día le sobra alrededor de un 25% de batería. Como a casi todos los móviles, con una carga nocturna, le basta. Quien acostumbre a dar un uso intensivo a su teléfono, mejor que recurra a otro modelo o que se disponga a ir cargándolo al menos una vez más durante el día.

Para ahorrar espacio para la batería, el iPhone Air no lleva tarjeta SIM física. En su lugar, hay que utilizar una e-SIM, un procedimiento que la mayoría de las operadoras valida de forma rápida. Es el futuro. Poder cambiar de compañía o de línea telefónica sin necesidad de desplazamientos ni de piezas físicas. Apple está utilizando este modelo como rampa de salida para nuevos planteamientos.

Los 5,6 milímetros de grosor destacan en cualquier circunstancia 

F. Bracero

Otro aspecto esencial, el de la fotografía, ha sido resuelto por Apple con una sola lente y sensor de 48 megapíxeles que, gracias a la fotografía computacional y a los recortes, ofrece cuatro distancias focales distinta, así que la mayoría de los aficionados no van a echar en falta una o dos lentes más. No sólo eso.

Sin llegar a toda la potencia de los Pro, que no necesita, el iPhone Air tiene un chip muy poderoso, el A19 Pro, una pantalla sensacional —6,5 pulgadas y brillo de hasta 3.000 nits—con ProMotion, el sistema de refresco de imagen que las hace fluidas, un módem de comunicaciones propio C1X que dobla la velocidad del C1 del que estrenó hace unos meses el iPhone 16e y hasta graba vídeo en 4K (60 FPM). En resumen, no le falta de nada, aunque sea difícil creerlo cuando se sostiene algo tan fino en la mano.

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Su precio, a partir de 1.219 euros, puede ser un hándicap, pero se trata de un móvil que, además de sus funcionalidades, expresa un camino de futuro a través del diseño. Apple parece abrir una nueva senda con el iPhone Air. Quizás el resto de los smartphones vayan por ahí en el futuro. 

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