La jornada fue un auténtico espacio de inspiración, un lugar donde se compartieron aprendizajes y visiones de futuro. Porque cuando se habla de quienes cultivan la tierra, cuidan del ganado o trabajan en el entorno rural se está hablando de vida, de identidad, de sostenibilidad y de la manera en la que queremos alimentarnos como sociedad.
Desde el primer minuto, el encuentro puso en valor la transformación que vive el sector agroalimentario en España. Como explicó María Eugenia López, responsable de Negocios Especializados Pymes de BBVA en España, este es precisamente el sentido de estos premios, “reflejar la gran diversidad del sector en nuestro país, con premiados de ocho comunidades distintas”.
María Eugenia López, responsable de Negocios Especializados Pymes de BBVA en España, durante una de sus intervenciones en el coloquio
Una diversidad que, además, conecta con la propia forma de trabajar de BBVA. “El arraigo y la capilaridad que compartimos desde BBVA son fundamentales”, subrayó López, recordando que la entidad cuenta con cerca de 500 oficinas en entornos rurales y con gestores especializados que conocen en profundidad la realidad agroalimentaria. Esta cercanía permite acompañar a autónomos, pymes y empresas que impulsan el medio rural, generan empleo y apuestan por un modelo de negocio responsable y sostenible.
La entidad cuenta con cerca de 500 oficinas en entornos rurales y gestores que conocen la realidad del sector agroalimentario
Tal proximidad se suma a la escala global de BBVA, que le permite hacer frente a las inversiones necesarias para ofrecer soluciones diferenciales a un sector que demanda digitalización, financiación, formación y apoyo en los procesos de innovación.
Raíces, innovación y futuro
No hay duda de que el campo, la ganadería y la industria agroalimentaria en general son un motor económico y social prioritario que, en este momento, vive un proceso de profunda renovación. Un cambio, por otro lado, marcado por la llegada de nuevas generaciones, la apuesta por la innovación y un firme compromiso con la sostenibilidad.
En este reconocimiento al valor del campo coincidió un chef del prestigio internacional de Joan Roca, copropietario de El Celler de Can Roca y colaborador del proyecto. El cocinero quiso poner el acento en la importancia de los productores, sin los cuales no sería posible la excelencia gastronómica que él y otros tantos grandes chefs españoles tan bien representan.
El chef Joan Roca, en uno de los momentos del coloquio
“Es muy importante esa idea de mirar en las raíces, el entorno y la tradición, sin olvidar la innovación y la evolución”, señaló Roca. Para él, cada uno de los premiados representan tres valores que hoy buscan tanto los grandes restaurantes como los nuevos consumidores: autenticidad, territorio y ética del trabajo.
El reto generacional: atraer a los jóvenes al campo
Atraer a las nuevas generaciones al sector es uno de los grandes desafíos en la actualidad. Un dato es el mejor reflejo de esta realidad: solo el 12% de las explotaciones agrícolas y ganaderas en la Unión Europea están en manos de menores de 40 años. Consciente de ello, BBVA ha puesto en marcha iniciativas para dar visibilidad a los jóvenes agricultores y ganaderos, como una reciente propuesta que busca estimular su labor en municipios de menos de 5.000 habitantes, contribuyendo de ese modo a fijar población y evitar la despoblación.
Precisamente, con objeto de apoyar y dar visibilidad al compromiso de los más jóvenes con el campo, en esta edición se ha establecido un galardón extraordinario a la mejor iniciativa joven, que ha recaído en Mireia Pujol- Busquets, fundadora de Celler de les Aus, la bodega radical de Alta Alella especializada en vinos naturales sin sulfitos. Mireia tiene muy claro su papel en el campo. “Es esencial que los jóvenes se sigan dedicando al mundo agrícola”, observó durante la charla. “Las nuevas generaciones también debemos poner el foco en el relevo generacional”, afirmó.
Las nuevas generaciones también debemos poner el foco en el relevo generacional”
El coloquio continuó conociendo la experiencia de los otros nueve galardonados: Carlota Pena, de Vinyes d’Olivardots (Girona); Francesc Font, de Can Font (Girona); Noemí Pezuela, de Valle y Vega (Granada); Sandra Viñas, de Mare Monte (Pontevedra); Óscar Paz, de Entrecabritos (Teruel); Sergio Riudavets, de Productes Ecològics Santo Domingo (Baleares); Aitor Lobato, de La Lleldiría (Cantabria); Toño García, de Arándanos La Peña (Asturias), y Carolina Marhuenda, de Agrícola Marvic (Alicante).
Sandra Viñas, de Mare Monte
Tres productores catalanes, premiados por su innovación y sostenibilidad
Cada productor compartió su visión sobre el legado que quieren dejar. Para los tres premiados catalanes, todos ellos con un fuerte arraigo familiar en sus proyectos, esa herencia se traduce en innovación y sostenibilidad. Para Carlota Pena, de Vinyes d’Olivardots, “estamos en el momento de demostrar que la viticultura puede hacerse de otra manera, más sostenible y arraigada al origen”. Una afirmación con la que se coincidió Francesc Font, de Can Font, al defender que “desde el sector primario se puede mejorar la calidad de vida del planeta”. En ese mismo sentido, la ganadora del premio joven, Mireia Pujol- Busquets, destacó la necesidad de “centrar la atención como sociedad en el sector primario y en el futuro de las próximas generaciones”
Y es ahí donde el apoyo de BBVA cobra pleno sentido, acompañando esos proyectos que generan empleo, impulsan la economía local y protegen el entorno. Como señaló Noemí Pezuela, de Valle y Vega, “estamos consiguiendo que nuevas generaciones de padres y madres estén concienciadas y que la comunicación llegue más lejos que antes”. Una idea reforzada por Sergio Riudavets, de Productes Ecològics Santo Domingo, que tiene muy claro el legado que desea dejar con su labor: “concienciación en el consumidor, calidad y salud”. “Queremos”, nos dijo Aitor Lobato, de Lleldiría, “que nuestro legado sea recuperar el paisanaje que protege el paisaje”.
Noemí Pezuela, de Valle y Vega
Todos los premiados coinciden en que la innovación y la creatividad deben estar en el corazón de cualquier proyecto. Un buen ejemplo es el de Sandra Viñas, de Mare Monte Setas, que decidió ir más allá de la comercialización de setas frescas y apostó por las setas envasadas, una propuesta que destaca, como nos explicó, por ser “una conserva totalmente artesana y sin ningún tratamiento”. Esa misma vocación de superación la comparte José Antonio García, de Arándanos La Peña, que tenía otra profesión y decidió emprender en el mundo rural y afirma que tomó “la mejor decisión: vivir del campo”.
Para BBVA, dar visibilidad a estas voces es fundamental. Por lo que hacen, pero también por lo que enseñan, por su capacidad de concienciar a toda la sociedad. “Sin actividad primaria”, afirmó Óscar Paz, de Entrecabritos, “no hay comida; y hoy todo debe ser ecológico y sostenible para poner remedio al daño que hacemos al planeta”, aseguró. Carolina Marhuenda, de Agrícola Marvic, incidió en ello: “lo importante es volver a la esencia de las cosas y al respeto a todo lo que nos rodea”. Para conseguirlo, insistió Carolina, se necesitan “muchísimas más iniciativas” como los Premios BBVA a los Mejores Productores Sostenibles.
Óscar Paz, de Entrecabritos
Lo que quedó patente tras el encuentro es una verdad incuestionable: el campo no mira hacia atrás, camina hacia adelante. Es presente y, sobre todo, futuro. Un futuro lleno de jóvenes con talento, de innovación y de productores que, desde su tierra, están escribiendo una nueva forma de entender la alimentación. Y en ese camino, BBVA seguirá acompañando al sector agroalimentario. La razón es muy sencilla: en la fortaleza de sus raíces se encuentra también el futuro de todos.
