¿Es justa la doble exigencia para los becados en la universidad? Muchos no llegan a segundo de carrera

Los vulnerables y la educación

 Un estudio de EsadeEcPol hace un análisis de las ayudas económicas para estudios superiores. Obtienen más chicas y para carreras de menor dificultad

Un estudiante realiza uno de los exámenes de la convocatoria extraordinaria de la Evaluación para el Acceso a la Universidad (EvAU), en la Facultad de Matemáticas de la Universidad Complutense de Madrid, a 5 de julio de 2022, en Madrid (España). Más de 6.000 alumnos de la Comunidad de Madrid se presentan del 5 al 7 de julio a la convocatoria extraordinaria de la EvAU. Una de las principales novedades de la EvAU de este año, que ya se aplicó en la convocatoria ordinaria, son las medidas y adaptaciones puesta en marcha para los estudiantes con dislexia con el fin de garantizar la equidad en la educación.

Un 68 % de los estudiantes que acceden a la universidad con peor nota, pierden la beca

Eduardo Parra - Europa Press / Europa Press

Obtener una beca universitaria en España es a menudo la única puerta de entrada para acceder a estudios superiores en el caso de alumnos vulnerables o con pocos recursos y también puede acabar siendo el motivo para abandonar. Porque en España los becados universitarios se acaban convirtiendo en un grupo selecto: muchos no llegan a segundo de carrera o deben seguir sin beca dadas las exigencias para mantenerla. Las chicas son las que obtienen más becas y sirven para cursar carreras de menor dificultad. Son algunos de los datos más significativos del análisis descriptivo ¿Quiénes son los beneficiarios de las becas y cómo avanzan a lo largo del periplo universitario? elaborado por EsadeEcPol.

La mayoría de becados universitarios en España opta por carreras pertenecientes al ámbito de las Ciencias Sociales y Jurídicas y tienen menor presencia en titulaciones más exigentes, apunta el estudio. Así, apenas el 28 % de los alumnos que se benefician de una beca universitaria accede a titulaciones de mayor dificultad frente al 40 % de los no becarios.

Proceso de recomposición

Si del alumnado con peor nota en primero un 42 % está becado, en los siguientes cursos pasa a ser el 27 %

La investigación pretende un primer análisis descriptivo para ver si las diferencias en rendimiento existentes entre becarios y no becarios se deben a la beca, a otros factores o a una combinación de ambos, señala la investigadora Lucía Cobreros, que firma el análisis junto con José Montalbán Castilla.

Una estudiante repasa antes del inicio de un examen, el primer día de la Evaluación de Acceso a la Universidad (EvAU), en la Politécnica de la Universidad de Alcalá de Henares, a 3 de junio de 2024, en Alcalá de Henares, Madrid (España). Cerca de 40.000 alumnos de la Comunidad de Madrid se enfrentan a partir de hoy, y hasta el próximo jueves 6, a las pruebas de la Evaluación de Acceso a la Universidad (EvAU), que llega con cambios en las asignaturas a examen como novedad. Para el correcto desarrollo de la EvAU, la Comunidad de Madrid activa desde hoy el refuerzo en el transporte público que garantice a todos los participantes sus traslados durante toda la semana. Los estudiantes de Madrid son los primeros en enfrentarse a estas pruebas junto a los de La Rioja.

Hay más chicas entre las personas que obtienen una beca universitaria

Jesús Hellín - Europa Press / Europa Press

Pero si en primer curso hay más becados con peores notas de acceso, en los siguientes cursos esta proporción se reduce. Así, si del alumnado con peor nota en primero un 42 % está becado, en los siguientes cursos pasa a ser el 27 %. Es lo que los investigadores llaman “proceso de recomposición”. Una evolución salpicada por varios factores en la que algunos abandonan y otros se emplean a fondo para no perder la beca. Por ello, los investigadores se preguntan si es “eficiente” aplicar requisitos académicos mínimos solo al alumnado más vulnerable cuando para el resto de estudiantes la subvención pública de la matrícula es del 80 % “sin prácticamente exigencias”.

De primero a segundo de carrera hay una recomposición de los becados porque las exigencias académicas tienen lugar para los becados, pero para el resto no

Lucía CobrerosInvestigadora

Así, en segundo de carrera hay una recomposición de los becados que hace que haya muchos menos de los que tienen peor nota o bien porque han abandonado la universidad o bien porque han perdido la beca. De hecho, un 68 % de los estudiantes que acceden a la universidad con peor nota, pierden la beca, advierte Cobreros. Todo esto, amplifica las diferencias entre becados y no becados porque los becados son un grupo que a partir de segundo está muy “seleccionado positivamente”. Los que no cumplen los requisitos académicos han sido expulsados del sistema de becas porque o dejan de ser becados o directamente no pueden seguir estudiando. Así, hay menos estudiantes con beca entre los que registraron un mejor rendimiento previo, pero en los cursos siguientes los papeles se invierten y el porcentaje de becados aumenta entre los que sacan mejores notas.

“El punto más relevante es ver cómo de primero a segundo hay una recomposición de los becados porque las exigencias académicas tienen lugar para los becados, que son los más vulnerables, pero para el resto no”, apunta la investigadora. A Cobreros le parece interesante destacar el rol que tienen los requisitos académicos a la hora de que los becados puedan seguir siéndolo.

Resilentes

Un 86 % de los estudiantes becados se gradúa en tiempo previsto frente al 62 % de los que no tienen beca

“Si no tienes beca y no cumples el X por ciento de los créditos que se necesitan no tienes ninguna consecuencia”, apunta la investigadora, que considera que parte de las diferencias están en que son perfiles diferentes, pero porque “los becados pasan a ser un grupo muy selecto”, ironiza la investigadora.

La resiliencia y aplicación de los becados parece quedar patente con los datos: un 86 % se gradúa en tiempo previsto frente al 62 % de los no becados. Con todo, los investigadores apuntan a la importancia de reflexionar sobre el papel que desempeñan los requisitos “en términos de equidad” y se preguntan si tiene sentido que no se exijan los mismos criterios académicos mínimos para los alumnos que no cuentan con beca, pero que sí que disfrutan de tener subvencionado el 80 % del coste de la carrera si estudian en un centro público. 

El informe deja en el aire para abordar en un futuro cuestiones como si contar con beca tiene efecto directo sobre los resultados académicos y si cumple su función de herramienta para fomentar la continuidad en el sistema universitario.

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