El apagón de Amazon, otro caos provocado por el oligopolio mundial de la nube

La caída de AWS

Junto con Google y Microsoft, la empresa es una de las que gobierna una gran parte de los datos a nivel mundial

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Imagen tomada con un dron que muestra las unidades de manejo de aire en el techo de un centro de datos de Digital Realty en Ashburn, Virginia (EE. UU.), este estado alberga la mayor concentración de centros de datos del mundo

JIM LO SCALZO / EFE

La caída de la nube de Amazon ha provocado este lunes un caos mundial, con efectos de mayor o menor gravedad según el país y el grupo afectado. Un ejemplo claro: Coinbase, la segunda mayor plataforma de compraventa de criptomonedas del mundo, no permitía esta mañana el acceso a sus usuarios.

Imaginen los ataques de nervios que habrá causado ver cómo el dinero fluctúa sin control, sin poder vender un activo incluso aunque su precio se desplome. No sería raro que algunos inversores hayan perdido fortunas en cuestión de minutos, o que más de uno haya acabado en urgencias con una crisis de ansiedad.

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El problema no es nuevo. Ya lo vimos cuando se produjo la caída generalizada de los servicios Azure, la nube de Microsoft. El mercado de la computación en la nube está dominado por un oligopolio de facto formado por Amazon, Microsoft y Google. Tres empresas que concentran buena parte de la infraestructura digital del planeta y de las que depende, literalmente, el funcionamiento de miles de servicios.

Debemos tener en cuenta que este problema tiene en algunos casos una solución técnicamente sencilla. Este periodista por ejemplo está testeando un servidor de Synology para almacenar años de fotografías y vídeos sin depender de un servicio externo en la nube. Pero cualquier institución o empresa dispone de opciones similares.

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Un centro de datos privado de una institución científica permite acceder a los datos directamente (Martin Schutt/dpa via AP)

AP

Un ejemplo: el NAS RS4021xs+ de Synology está pensado para garantizar que los datos críticos estén siempre disponibles sin depender de una gran empresa de almacenamiento online, incluso ante desastres. Podemos colocarlo directamente en la propia empresa o institución en la que se almacenen los datos.

La mejor forma de medir la magnitud del fallo de este lunes es observar lo que ocurre a nuestro alrededor. Este periodista ha comprobado que en una panadería de barrio, esta misma mañana, no podían cobrar con tarjeta: el datáfono no funcionaba. El motivo, según les habían comunicado, era un fallo en la nube de Amazon.

Una de las claves de su expansión

Los data centers de Amazon suelen estar cerca y eso garantiza velocidad de acceso

Cajeros automáticos, datáfonos y servicios como Bizum también han quedado fuera de servicio. Y no solo eso: plataformas de mensajería como WhatsApp, Signal o Snapchat se han visto afectadas parcialmente. Solo con esto basta para entender el riesgo que supone depender de unos pocos proveedores globales.

Imaginen por un momento, que gran parte de la red eléctrica mundial dependiera de tres o cuatro empresas las consecuencias que tendría que una de ellas cayese. El apagón que España sufrió hace unos meses sería una broma comparado con eso. Pues eso sucede en gran medida con los servicios de Internet.

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De Amazon Web Services dependen miles de servicios y empresas. Es la mayor compañía de almacenamiento y gestión de datos del mundo, y también la más veterana en el sector: llegó antes que Google y Microsoft. Sus centros de datos, repartidos por todo el planeta, varios de ellos en España, le permiten ofrecer baja latencia, lo que mejora la velocidad de acceso a los contenidos y servicios.

Otro de sus puntos fuertes es el modelo de pago por uso, que facilita a pequeñas empresas acceder a sus servicios sin realizar grandes inversiones. Amazon incluso ofrece soluciones físicas para mover grandes volúmenes de datos: envía discos duros o incluso camiones completos para transportar información de sus clientes.

Uno de los eventos de Amazon Web Services

Uno de los eventos de Amazon Web Services

AWS / Propias

La compañía ha explicado que el fallo se originó en la región US-EAST-1, situada en Virginia (Estados Unidos), donde se encuentra uno de sus centros de datos más antiguos e importantes. Aunque la estructura de AWS no está completamente centralizada, algunas infraestructuras críticas sí lo están, y su caída puede tener repercusiones globales.

Amazon ha reconocido que los problemas afectan a servicios como DynamoDB, SQS y Amazon Connect, y que el origen del fallo está en la red interna de EC2, el servicio que permite ejecutar aplicaciones y sitios web en máquinas virtuales sin servidores físicos propios. Cuando EC2 falla, puede arrastrar a un enorme ecosistema de plataformas que dependen de él.

Un antecedente similar

El apagón de Amazon recuerda al vivido a nivel mundial por Microsoft

Algo similar sucedió con Microsoft Azure cuando una actualización de seguridad defectuosa provocó un apagón global. En este caso, Amazon aún no ha descartado que el problema haya sido causado por un ciberataque, aunque determinarlo con precisión podría ser técnicamente muy complejo.

A media tarde del lunes, Amazon publicaba este comunicado en su web de soporte de AWS: “Seguimos investigando la causa raíz de los problemas de conectividad de red que afectan a servicios de AWS como DynamoDB, SQS y Amazon Connect en la región US-EAST-1. Hemos identificado que el problema se originó en la red interna de EC2. Seguimos investigando e identificando soluciones”. 

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