Bezos quiere parte del pastel de Musk en la carrera hacia la Luna y Marte
La carrera espacial
Blue Origin manda dos sondas al planeta rojo, cosa que Space X aún no ha logrado, y se postula como la gran competidora de esta en la pugna por los grandes contratos de la NASA
Despegue del cohete New Glen, el pasado jueves desde Cabo Cañaveral
El pasado 20 de octubre, el entonces administrador interino de la NASA, Sean Duffy, le daba un tirón de orejas a Space X, propiedad de Elon Musk, al considerar que “se está retrasando” con respecto a China en la carrera espacial para regresar a la Luna, y aseguró que el gobierno estadounidense abrirá a otras compañías espaciales el contrato que tenía firmado con la empresa de Musk.
Seguramente cuando, el pasado 5 de noviembre, Donald Trump nombró administrador de la agencia espacial estadounidense al amigo personal de Musk, Jared Isaacman, el multimillonario debió respirar un poco más tranquilo. Pero si la alegría en casa del pobre dura poco, a veces en la del rico también.
Lucha de titanes
El planeta rojo es el gran objetivo y la obsesión confesa de Elon Musk, y Bezos le acaba de adelantar por la derecha y a toda velocidad
El pasado jueves, Blue Origin, propiedad de Jeff Bezos, lanzó con éxito su cohete New Glen (NG-2) –una bestia de 98 metros de altura– y lo recuperó con éxito nueve minutos después, para ser reutilizado en próximas misiones. Hasta aquí nada nuevo, pues este es un hito que Space X fue la primera en conseguir, con sus propulsores Falcon y Starship. La gran diferencia no es, tampoco, que Blue Origin también sea capaz de poner en órbita cápsulas y satélites; lo logró el pasado 16 de enero. Eso es algo que la compañía de Musk hace, de forma rutinaria, casi cada semana. Lo que puede preocupar a Musk es que Blue Origin el jueves mandó dos sondas espaciales en dirección a Marte, por encargo de la NASA.
El planeta rojo es el gran objetivo y la obsesión confesa de Elon Musk, y Bezos le acaba de adelantar por la derecha y a toda velocidad, demostrando que su empresa espacial tiene, como mínimo, la misma capacidad técnica que Space X.
Queda claro que Bezos va a por su parte del pastel de los grandes contratos con las agencias espaciales gubernamentales, especialmente con la NASA, hasta ahora se había dedicado solo al turismo espacial, y se postula como competencia directa de Space X. Y ha decidido hacerlo apuntando directamente al gran objetivo de Musk, enviar lo que sea a Marte, algo que hasta la fecha solo lo han logrado cohetes de la NASA y el cohete Atlas V, fabricado por Lockheed Martin y operado por la ULA, una compañía formada por Lockheed Martin Space Systems y Boeing Defense, Space & Security en 2006, que trabaja para el gobierno estadounidense, que en febrero de 2021 transportó el rover Perseverance hasta Marte.
Haciendo buenas las advertencias de Duffy, ahora el siguiente destino de Blue Origin es el satélite terrestre, a tenor de los gritos de “próxima parada, la Luna” que coreaban sus empleados después del éxito del jueves. La compañía de Bezos tiene previsto también plantar cara en este aspecto a la de Musk, y en enero de 2026 quiere llevar su cápsula Blue Moon 1 a la superficie lunar, y si todo va bien, los primeros astronautas en 2030.
El cohete New Glenn, durante el transporte a la torre de lanzamiento para su primera misión
En enero de 2025, Space X lanzó, en un cohete Falcon 9, los alunizadores de dos compañías privadas, pero, como tal, no ha posado en la Luna ninguna aeronave propia. Tiene previsto transportar los primeros astronautas a la Luna en 2027, como parte de la misión Artemis III de la NASA, que ya ha sufrido varios retrasos.
La batalla está servida. Ahora falta ver quién tiene el cuchillo más largo.