Manuel Pérez Bella
Belém (Brasil), 19 nov (EFE).- Las negociaciones de la cumbre climática de Naciones Unidas (COP30) se trabaron este miércoles, a pesar de los intentos de la presidencia brasileña de acelerarlas y del empuje que trató de imprimirle en persona el mandatario anfitrión, Luiz Inácio Lula da Silva.
La presidencia de la COP30 había sorprendido a todas las delegaciones con la presentación el martes de un primer borrador de la declaración política y con el anuncio de que se sometería a votación este mismo miércoles, para resolver los temas más delicados incluso antes de la clausura de la conferencia, prevista para este viernes.
Pero Brasil no logró ni siquiera cumplir con el paso previo a la votación, que habría sido presentar un segundo borrador, con una versión definitiva del documento, lo que se esperaba que hubiera sucedido en la mañana del miércoles.
La vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica de España, Sara Aagesen, al hablar con los periodistas, incluso adelantó el horario concreto en el que estaba prevista la presentación del documento: las 11:00 hora de (14:00 GMT).
Pero diez horas después de ese plazo, el segundo borrador seguía escondido en un cajón, sin explicación clara por parte de la presidencia brasileña más allá del reconocimiento de que “los puntos más complejos” son las medidas de adaptación al cambio climático, la financiación y la propuesta de una hoja de ruta para el fin de los combustibles fósiles.
El presidente de la COP30, el diplomático André Corrêa do Lago, que este miércoles no respondió preguntas de la prensa y solo ofreció una breve declaración al lado de Lula, también aseguró que “fue un día muy bueno” de negociaciones.
La presión de Lula
El presidente brasileño trató de contribuir a las conversaciones regresando este miércoles a Belém en un viaje de menos de 24 horas, en el que mantuvo reuniones con los negociadores de China, Indonesia, India, así como con los grupos de países latinoamericanos y árabes.
Al final de la jornada, exhortó a los líderes del mundo a “tener actitud” para llegar a acuerdos e, invitándoles a ser flexibles, dijo que cada país es libre para decidir cómo cortar sus emisiones “en su tiempo” y “sin imponer nada a nadie”.
“Si los combustibles emiten mucho, tenemos que empezar a pensar cómo vivir sin ellos”, apostilló en defensa de su propuesta para impulsar una hoja de ruta sobre el fin de los combustibles fósiles, quizá el punto más delicado de las conversaciones.
En un intento de ayudar a suavizar posturas, la Unión Europea presentó en la noche del miércoles una lista de cinco sugerencias para incorporar al borrador.
El comisario europeo de Acción Climática, Wopke Hoekstra, dijo a los periodistas que esta nueva propuesta “podría ayudar a la presidencia brasileña a ampliar la alianza detrás de ella”.
Según datos ofrecidos el martes por la Alianza Más Allá del Petróleo y del Gas (BOGA, por sus siglas en inglés), más de 80 países ya se han sumado a ella, pero el documento enfrenta resistencias principalmente por parte de los grandes productores de petróleo de Oriente Medio.
Al margen de las negociaciones, Brasil logró este miércoles sumar un nuevo anuncio de inversiones en el Fondo Bosques Tropicales para Siempre (TFFF), que es una de sus propuestas estrellas en la COP.
Se trata del anuncio de un aporte de 1.000 millones de euros por parte de Alemania, con lo que el fondo, lanzado oficialmente en la cumbre de jefes de Estado previa a la COP, ya supera los 6.500 millones de dólares en compromisos de inversión.
La ministra brasileña de Medio Ambiente, Marina Silva, afirmó que esto demuestra que el fondo está “muy bien estructurado” y “empieza a dar sus respuestas”.
La conferencia de la ONU proseguirá las negociaciones hasta el viernes y, si no se logra llegar a un acuerdo, podrían extenderse varias jornadas más, como ocurrió en las últimas COP. EFE
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