“El Amazonas debe ser libre de extractivismos”
Entrevista a Irene Vélez, ministra de Medio Ambiente de Colombia
Colombia pide una declaración ambiciosa de la COP30 respecto al fin de la era del petróleo
Irene Velez Torres, ministra de Medio Ambiente de Colombia, en la COP30 celebrada en Belém estos días
Pese a ser un país productor de petróleo y gas, Colombia es uno de los impulsores de una declaración ambiciosa desde la COP30 de Belém respecto al camino hacia la superación de los combustibles fósiles. Esto tiene que ver con la decisión —excepcional para un país latinoamericano— del gobierno de Gustavo Petro de abandonar la explotación de nuevos yacimientos de petróleo y de gas en Colombia, así como de ir reduciendo el papel de la minería.
Son reivindicaciones históricas del movimiento indígena en América Latina y de activistas medioambientales a escala mundial, pero han sido fuertemente criticados en la clase empresarial colombiana. Esto marca una fuerte diferencia con el aliado de Petro, Luiz Inácio Lula da Silva, que defiende el uso de los ingresos del petróleo para financiar el crecimiento económico y la transición energética. Son dos filosofías opuestas dentro del proyecto de la izquierda latinoamericana.
Irene Vélez, la ministra de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia, es uno de los cerebros del anti extractivismo colombiano. Defiende en esta entrevista la estrategia de Petro y, en un sutil reto a Brasil, que inicia la explotación de yacimientos offshore cerca del delta del Amazonas, reivindica una Amazonia libre de hidrocarburos.
¿Cuál es el propósito de la nueva coalición dentro de la COP30 en favor de una declaración fuerte para iniciar el camino hacia el fin de los combustibles fósiles?
Yo comenzaría diciendo que el lugar donde hoy estamos es el producto de un trabajo que ha liderado Colombia desde la pre-COP. Y que, por supuesto, Colombia en previas COPs ha sido muy vocal. Por sus propias decisiones de política nacional, es decir, de no abrir nuevos frentes de exploración, Colombia es un ejemplo de acciones concretas. Comenzamos a hacerle eco al presidente Lula y a la ministra Marina Silva, en relación con el llamado roadmap (hoja de ruta) de superación de los combustibles fósiles. Lo que queremos es que no haya solamente un anuncio, sino que hay que tomar medidas y las medidas son urgentes.
¿Cuáles son estas medidas?
Colombia está yendo un poquito más allá junto a los otros países que se han sumado a la declaración. Estamos diciendo cosas que creemos que son bastante audaces. Estamos hablando del desmonte de los subsidios a los combustibles y a su extracción, de la necesidad de reemplazar las economías, sustitución de economías extractivas, que es una un tema particularmente importante para los países productores del sur global. Estamos hablando de la penetración de renovables, que digamos, tal vez es el punto de acuerdo entre todos. Y hasta ahí vamos y de financiamiento, de cómo vamos a financiar los países. A Colombia le interesa, por ejemplo, hablar de la sustitución de fuentes fósiles, no de adición de fuentes renovables, sino de sustituir las fósiles. Eso significa una gran penetración de renovables, y de sistemas de almacenamiento que sean sustentables, y que poco a poco podamos reemplazar las termoeléctricas a base de gas y de carbón. Pero ese no es lo que habrá en un acuerdo entre todos los países. La idea de la declaración es llegar a un término, un consenso. Por el momento, la coalición son aquellos que están de acuerdo en que haya una hoja de ruta y que quede señalado directamente en lo que resulte de la COP.
¿Cuál es la condición mínima para lograr un consenso?
Que la hoja de ruta tenga un claro mecanismo que incluya dos cosas: temporalidad, o sea, de aquí a cuándo vamos a tener una hoja de ruta para todo el país. Y que tenga un espacio, es decir, quiénes nos reunimos para evaluar la construcción de esa hoja de ruta. Me preocupa mucho tener al final de la COP30 una mención demasiado ligera, demasiado ambigua, que sea como una cebolla, que uno le va quitando capas y al final no queda nada.
Habla usted de la iniciativa de Lula y Marina Silva (la ministra de medioambiente brasileña). Pero si seguimos el refrán de que las acciones son más importantes que las palabras, Lula está dando luz verde a la exploración de petróleo cerca de la costa amazónica. ¿Puede hacerme su valoración?
Yo te puedo hablar de cómo lo que hemos hecho. En Colombia que es la eliminación progresiva de los combustibles fósiles.. Este gobierno en su primer año decidió que no iba a otorgar nuevos contratos de exploración y explotación de hidrocarburos, De hecho, uno de los anuncios que trajimos a esta COP es que decidimos que la Amazonia colombiano va a estar libre de extractivismos. Entonces, no vamos a dar nuevos contratos ni nuevos títulos mineros. Son decisiones que son muy arriesgadas cuando uno va a ver las tensiones internas en el país. Porque sabemos que hay sectores económicos e incluso élites políticas que estarán siempre defendiendo un estatus extractivista. Ahora, eso tiene también un efecto en el gobierno. Los gobiernos tienen también dualidades, y en esas dualidades, los gobiernos y el líder máximo, que es el presidente, tiene que tomar decisiones. No sin desconocer que hay las tensiones, porque un gobierno nunca es homogéneo. El mediador y el conciliador, pues, es la cabeza de gobierno. En el caso de Colombia, el presidente Petro tomó la decisión de apostarle a la vida. U consenso es con los pueblos, su defensa es la defensa de la vida.
¿Y en el caso de Brasil?
En el caso de Brasil, yo creo que Marina es una mujer muy vocal, su historia, su la vida, para hacer un poco la analogía, y yo creo que el presidente Lula tiene que entrar a tomar también un punto. Yo sé que ellos como presidencia tienen un rol distinto, O sea, una cosa sea el presidente de la COP, otra cosa es el la posición país, y ahí les toca tejer unos puentes, asegurar unos diálogos. No siempre son diálogos fáciles. No siempre son diálogos fáciles, me puedo imaginar. Pero yo creo que también por eso, desde Colombia y, por ejemplo, desde la Asociación Independiente de Latinoamérica y el Carie (AILAC) - Chile, Colombia, Guatemala, Panamá, Paraguay, Perú, y Costa Rica- estamos diciendo, aquí soportamos que haya una hoja de ruta de eliminación de los combustibles fósiles, y somos un grupo de países latinoamericanos que queremos que esto siga adquiriendo momentum y que esta obtenga ese gran resultado.
¿Se ha reunido con Marina Silva en Belém?
Sí, nosotros nos reunimos con Marina el día que estábamos lanzando la declaración de Belém. Porque por supuesto queremos que también la presidencia de la COP 30 en cabeza de Brasil conozca abiertamente dónde estamos, cuál es nuestro apoyo absolutamente decidido a que esta presidencia salga bien, pero también a que un resultado sea la hoja de ruta. Entonces, nosotros estamos de esta manera apoyando a la presidencia y que la presidencia tenga aliados
Y, en términos de estrategia y de ideas de dos gobiernos vinculados con la izquierda, ¿cree que Colombia está más cerca de la visión de Marina Silva que de otros elementos en el gobierno brasileño, incluso del propio Lula, respecto al uso de los recursos naturales para impulsar el crecimiento?
Yo creo que lo peor que puede pasar es que nos dividamos en la región latinoamericana. Somos un bloque de gobiernos progresistas y con las diferencias que tengamos entre nosotros, somos sobre todo unos aliados por la vida y por la justicia. Este reconocimiento mutuo no desdice de las diferencias que hay internas. Yo quiero hacer una reflexión, porque aquí ya pasó a principios del 2000, que hubo varios países progresistas Y ninguno de ellos logro superar el extractivismo Con Chávez, con Evo, con Correa, con el mismo Lula. En ese momento, lastimosamente, Colombia estaba en otro lugar de la política. ¿Qué pasa 20 años después? Que sabemos que la dependencia frente al sector minero y el sector de hidrocarburos, ha pesado terriblemente en la política venezolana. Hoy les hace absolutamente dependientes de unos terceros, y digamos, la incapacidad de diversificarse, les ha costado mucho a muchos de estos países. Yo creo que hoy el llamado de Colombia y el ejemplo que quiere dar, es que podemos ser progresistas y, a la vez, tener una decisión de superación del extractivismo y de cuidado de la naturaleza. Es una es un trade off -elección- difícil. Porque nosotros llevamos décadas y siglos de dependencias. Entonces, dar ese giro no es fácil, pero la determinación es importante y yo creo que la dependencia extractivista tiene unos riesgos económicos, Por ejemplo, lo sabemos, baja el precio de una commodity como el petróleo y se desestabilizan todas nuestras economías nacionales. Por ejemplo, hay un bloqueo económico comercial como el que le impusieron a Venezuela y queda completamente fuera.
Colombia por la naturaleza de su petróleo es diferente de Brasil...
Colombia tiene crudos pesados. Y los crudos pesados van a ser los primeros en salir del mercado, porque son los más costosos de extraer y son los menos apetecidos en el mercado internacional. Entonces, nosotros no somos como cualquier otro país, y yo creo que ahí cada país tiene que hacer su análisis interno de cómo lo hace y de cuál es el riesgo que corre también. Hoy por hoy el coste de la exploración en Colombia es demasiado alto respecto a los precios internacionales de un posible hallazgo petrolero. Le he escuchado a Lula decir que está acelerando la penetración de energías renovables, que está acelerando la construcción de líneas de transmisión, incluso se ha metido en temas de hidrógeno verde. O sea, lo importante es que seguimos siendo aliados por la justicia y la soberanía de América Latina.
Lula dice que quiere financiar la transición energética con ingresos del petróleo. ¿Esto no podría decirse en Colombia también?
Nosotros no hemos parado en este momento la explotación. Lo que está explotándose sigue, y con esos recursos estamos financiando la transición. Lo que estamos en desacuerdo es de abrir nuevos frentes de exploración, y eso tiene una racionalidad básica, y es de aquí a tu frente de exploración, que en Colombia puede tardar hasta ocho años, tenga un hallazgo para ese momento nuestro petróleo pesado ya se desvaloró. La lógica económica no da, y es un falso argumento.