Presión de la ONU: la senda climática es una “sentencia de muerte para muchos”
Conferencia del clima de Belém
El desacuerdo sobre el abandono de la energía fósil domina la negociación
Un oficial de seguridad indica a una mujer que abandone el lugar de celebración de la conferencia al declararse un incendio
El tono grave y dramático empleado ayer por el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, delataba la preocupación por la marcha de las negociaciones sobre el cambio climático en la cumbre de Belém (Brasil). Cuando las conversaciones enfilan la recta final, continúa la controversia que enfrenta a los países en torno a la propuesta sobre un progresivo abandono de los combustibles fósiles, para dar paso a las energías renovables.
“¿Cuánto más debemos sufrir?”, se preguntó António Guterres antes de alertar de que las comunidades más afectadas por la crisis climática ya habían escuchado suficientes excusas y exigen resultados. Con su intervención quiso urgir a las naciones a alcanzar nuevos compromisos y acelerar la acción climática. Recordó que las reducciones de emisiones prometidas hasta la fecha por los países –contribuciones determinadas a nivel nacional, según la jerga de la ONU– provocarían un aumento de la temperatura global de más de 2°C. “Eso es una sentencia de muerte para muchos… debemos actuar con mucha más rapidez, con una reducción drástica de las emisiones”.
“No queremos imponer nada a nadie” ni “fijar plazos para dejar de quemar combustibles fósiles”, dice Lula
La cumbre no logró alcanzar un acuerdo en el autoimpuesto plazo autoconcedido hasta este miércoles para lograr el consenso. La alusión al futuro de los combustibles fósiles se ha convertido en un punto central de la negociación. Siguiendo la invitación de Brasil, más de 80 países han venido reclamando una hoja de ruta para definir cómo debe ser ese abandono progresivo de los combustibles fósiles.
Pero otros países, incluidos los productores de combustibles fósiles, se resisten, aunque no se manifiestan en público. La cumbre del clima del 2023 en Dubái (COP28) ya acordó emprender ese camino, pero los países no han definido cómo ni cuándo se llevará a cabo, ni cuáles serán esos hitos intermedios para valorarla.
El problema se complica porque ese acuerdo no quedó revalidado el año pasado en la cita de Bakú (Azerbaiyán), mientras que las naciones petroleras se desmarcan de aquel pacto y se ven arropadas más por el negacionismo y la ausencia de Trump. “Estoy plenamente convencido de que es posible un compromiso”, añadió Guterres, quien instó a cerrar un “acuerdo equilibrado” que impulse el abandono de los combustibles fósiles, y triplique entre el 2025 y el 2030 la financiación en adaptación para los países vulnerables a los impactos climáticos. También se mostró a favor de que se atiendan las demandas de las naciones ricas para que las potencias emergentes aumenten la ambición en reducir las emisiones de CO2.
La ciencia considera ya “inevitable” un aumento de temperaturas por encima del umbra de los 1,5ºC respecto a los niveles preindustriales a más tardar a principios de la década del 2030.
“Sabemos lo que esto significa: más calor y hambre, más desastres y desplazamientos, y un mayor riesgo de alcanzar puntos de inflexión climáticos, lo que provocará daños irreversibles, incluso aquí en la Amazonia. Pero aún podemos reducir las temperaturas por debajo de 1,5°C antes de que termine este siglo”, agregó Guterres.
Lula da Silva, en una breve intervención ante la prensa, declaró que la propuesta de una hoja de ruta para el fin del uso del petróleo no implica “imponer nada a nadie” ni “determina plazos para que los países dejen de quemar combustibles fósiles”. “Necesitamos reducir las emisiones de gases de efecto invernadero”, añadió. Y si los combustibles fósiles son una fuente importante de emisiones, debemos empezar a pensar en cómo vivir sin ellos y construir un futuro sin esa dependencia”, dijo.
Finanzas, asunto polémico
Las finanzas son un asunto espinoso. El año pasado, en Bakú (Azerbaiyán, COP29), la conferencia acordó que los países desarrollados movilizarían 300.000 millones de dólares para el año 2035 para ser destinados a las naciones en vías de desarrollo, con el fin de que pudieran hacer frente a la mitigación y adaptación al cambio climático. Pero esa suma queda lejos de las estimaciones hechas sobre las verdaderas necesidades, cifradas en 1,3 billones anuales. Por ello, algunos grupos de países en desarrollo han propuesto reabrir este debate. Numerosas voces recuerdan que “no se está cumpliendo” el compromiso de los países ricos de duplicar este año la financiación para la adaptación en comparación con el 2019”, un objetivo pactado en la COP26 de Glasgow.
El comercio también es otro motivo de controversia, ya que China y muchos países en desarrollo rechazan los “aranceles” verdes de la UE. Se trata del llamado mecanismo de ajuste del carbono en frontera, que impondrá a partir del 1 de enero del 2016 un cargo a las importaciones de bienes con altas emisiones de carbono ( hierro, acero, aluminio, los fertilizantes y el cemento), cuando provenga de países con escaso control ambiental.
China argumenta que el precio del carbono de la UE es demasiado elevado, y los países más pobres temen verse injustamente perjudicados por esta barrera.
Incendio
Un incendio interrumpió ayer las negociaciones y obligó a evacuar a las decenas de personas que estaban en el recinto en ese momento. Las llamas se desataron en la llamada “zona azul”, administrada por las Naciones Unidas y donde se encuentran las salas de reunión y los diversos pabellones de los países y organizaciones internacionales, aunque los bomberos lograron controlarlas rápido sin lamentar heridos. El incendio empezó sobre las 14.00 hora local (17.00 GMT) en el pabellón de la Comunidad del Este Africano. El personal de seguridad aisló la zona del incendio y ordenó la evacuación por las salidas de emergencia de las decenas de personas presentes. Las causas del incendio son desconocidas, así como el alcance de los daños, aunque se pudo observar que calcinó una parte del techo de la estructura.