La red social X, anteriormente conocida como Twitter, está oficialmente violando el reglamento europeo sobre Servicios Digitales, más conocido como DSA (por sus siglas en inglés). Así lo han determinado las autoridades comunitarias, que han impuesto una multa de 120 millones de euros a la compañía de Elon Musk por tres comportamientos concretos de la plataforma, comenzando por las prácticas engañosas de su famosa marca azul (o blue check), un símbolo que antes señalaba aquellas cuentas verificadas por su relevancia pública pero que Musk sustituyó como un distintivo de aquellos usuarios que simplemente tienen una versión de pago. La sanción supone casi el 5% de la facturación anual de la compañía del fundador de Tesla. La administración de Donald Trump se ha tomado mal la sanción. El secretario de Estado, Marco Rubio, afirmó que la sanción no sólo va contra X, sino contra todas las tecnológicas de su país “y el pueblo estadounidense”.
Además, los técnicos comunitarios han determinado que la compañía de Musk también infringe las obligaciones de transparencia a las que están sujetas las grandes plataformas en cuanto a su política publicitaria —en particular, su carencia de una base de datos de acceso público en la que consultar todos los anuncios que se publican en las plataformas, importante para detectar los anuncios fraudulentos o los anuncios políticos falsos que circulan en campañas electorales— y tampoco cumple con el acceso a datos públicos por parte de los investigadores acreditados.
Los guardianes de la red
Se trata de la primera multa que se aplica bajo la DSA, que entre otras cosas vigila contra los discursos de odio
Se trata de la primera multa que se aplica bajo la DSA, la nueva normativa comunitaria para vigilar a las plataformas online y proteger a los usuarios comunitarios de contenidos ilícitos. Es decir, que Bruselas ya está comenzando a implementar el nuevo marco jurídico comunitario impuesto a los grandes operadores considerados los guardianes de acceso a la red, que entre otras cosas vigila que no se esparzan discursos de odio o se manipule para alterar procesos electorales. En abril, la Comisión también comenzó a imponer multas con el estreno del reglamento de Mercados Digitales (DMA, por sus siglas en inglés), que busca unas condiciones de competetencia equitativas, con una multa de 500 millones de euros a Apple y 200 millones a Meta.
En este caso, la sanción económica, de 120 millones de euros, es más alta a proporción de la empresa, ya que la DSA permite sanciones económicas de hasta el 6% de la facturación anual global a las grandes plataformas digitales. Teniendo en cuenta que en el 2024 X facturó unos 2.500 millones de dólares, los técnicos comunitarios le han castigado con alrededor del 5% de su facturación anual. En concreto, se trata de 45 millones por la violación de las garantías de la marca azul, 35 por la falta de una base de datos de nauncios y 40 millones para impedir el acceso a los datos a los investigadores. En el caso de la marca azul, los técnicos de la UE lo consideran una infracción particularmente grave, ya que “los usuarios son engañados y no pueden determinar libremente si detrás de una cuenta concreta hay una persona real o no”.
La reacción del gobierno de Estados Unidos ha sido muy airada. En una publicación precisamente en X, el secretario de Estado, Marco Rubio, ha manifestado que “la multa de 140 millones de dólares impuesta por la Comisión Europea no es solo un ataque a @X, es un ataque de gobiernos extranjeros a todas las plataformas tecnológicas estadounidenses y al pueblo estadounidense”. Ha añadido que “se acabaron los días de censurar a los estadounidenses en internet”, sin concretar nada más sobre esta amenaza.
Fuentes comunitarias reiteran que el objetivo final de Bruselas no es recaudatorio, sino forzar a los gigantes digitales a que cambien sus comportamientos en la UE. También aclaran que el cálculo de la multa se realiza mediante “una evaluación de la proporcionalidad”, basada en criterios como la gravedad o la duración de la infracción. Ahora X tiene sesenta días para proponer cambios y después la Comisión estudiará si estas propuestas se adaptan a las necesidades. De persistir el problema, la Comisión podría aplicar pagos de multas periódicas.
“Engañar a los usuarios con marcas de verificación azules, ocultar información en los anuncios y excluir a los investigadores no tiene cabida en la red en la UE”, ha declarado la vicepresidenta de Soberanía Tecnológica, Henna Virkkunen. “Con la primera decisión de incumplimiento de la DSA, responsabilizamos a X por socavar los derechos de los usuarios y eludir su responsabilidad”, ha reiterado.
Este paso de Bruselas no gustará en Estados Unidos, donde la Administración de Donald Trump está presionando sin tapujos para que la UE relaje sus regulaciones digitales para las grandes tecnológicas estadounidenses. La semana pasada estuvo en Bruselas el secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick, quien chantajeó a Europa diciendo que si quiere si quiere que Washington reduzca los aranceles al acero del club comunitario, la UE deberá analizar sus normativas digitales para ser más equilibradas. Todo, pese a que la Comisión Europea acaba depresentar un paquete de simplificación en materia digital que ya fue criticado por los activistas como un gran favor a las grandes tecnológicas de Silicon Valley.
Otras posibles multas
Las otras investigaciones de la Comisión sobre X siguen abiertas
Pero sobre todo, la decisión de hoy no gustará a Elon Musk, que tiene más de 105 millones de usuarios en el continente. El magnate arrancó el año pasado una cruzada abierta contra la Unión Europea cuando era asesor presidencial de Donald Trump en la Casa Blanca, y llegó a favorecer abiertamente a la candidata de extrema derecha en las elecciones alemanas, entrevistándola en directo. Y el castigado hoy por la UE no es el único comportamiento de su red social que Bruselas mira con lupa, ya que hay más investigaciones contra X contra otras posibles violaciones de la DSA relacionadas con el sistema de recomendación de la plataforma o con la difusión de contenido ilegal, que según los técnicos de la comisión siguen abiertas.
En cambio, en un caso parecido, la Comisión ha logrado que TikTok presente compromisos vinculantes para garantizar que tiene una base de anuncios con plena transparencia y que cumple los estándares de la Unión Europea. Es decir, que en este caso, no ha terminado en multa sino en una adaptación de la empresa china a las peticiones comunitarias.


