La plaga de tecnología inútil: deje de comprar estos productos que solo generan desperdicio

Compras ‘inteligentes’

Una avalancha de dispositivos mal planteados está vaciando los bolsillos de los consumidores y llenando las arcas de las grandes tecnológicas sin aportar casi nada útil

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Una mujer con un gorro de Papá Noel entre la basura electrónica de un vertedero de Nairobi, en Kenia

EFE

Si supiéramos exactamente cuántos aparatos acaban en un cajón o en una tienda de segunda mano poco después de ser comprados, seguramente nos echaríamos las manos a la cabeza. Esto se debe al auge de lo que podríamos llamar tecnología inútil.

Hagamos un repaso a las cosas que no deberíamos adquirir. Empecemos por los teléfonos. Hay un detalle que debemos mirar con mucha atención: la memoria RAM del aparato. Y, ojo, nos referimos a la memoria RAM real, la de los chips físicos que contiene el dispositivo.

¿Qué RAM tiene tu móvil?

Cómo nos engañan los fabricantes de tecnología

Smartphone DOOGEE Blade 20 Ultra

Publicidad de un teléfono DOOGEE Blade 20 Ultra que promete 32 GB de ram cuando realmente solo tiene 8 GB reales 

Amazon

Es importante tener esto en cuenta porque hay fabricantes que están prácticamente engañando al comprador al indicar la suma de la RAM virtual más la RAM física (que es la que realmente tiene el aparato). La RAM virtual apenas se deja notar y básicamente lo que hace es usar parte de la memoria de almacenamiento del dispositivo para funcionar; sin embargo, es mucho más lenta que un chip de memoria RAM real.

Es el caso, por ejemplo, de los teléfonos de la empresa Doogee. En su publicidad se indican cantidades tan descomunales de memoria como 24 GB, pero al mirar la letra pequeña descubrimos que la memoria real es de solo 4 GB. Un ejemplo claro es el Doogee Blade 10 Energy.

Es muy recomendable que el dispositivo tenga al menos 8 GB de memoria RAM si usa el sistema operativo Android; es lo que recomienda la propia Google. Aunque este sistema puede arrancar con 4 GB, ya adelantamos que los teléfonos con una capacidad menor van a ofrecer un funcionamiento frustrante, incluso aunque pensemos dedicarlos a tareas simples.

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Una memoria RAM insuficiente puede provocar, además, otro problema: que el teléfono tenga una vida útil más corta. Por eso, los teléfonos que en su momento incorporaron una memoria RAM más alta para su época han tenido una longevidad superior.

Un ejemplo. El OnePlus 5 contaba con 8 GB de memoria en 2017. A pesar de tener ocho años, es plenamente funcional en 2025. Otras cosas que deberíamos tener en cuenta son la antigüedad y potencia del procesador. Y también si es posible cambiar fácilmente la batería, pues si esperamos que el teléfono tenga una larga vida útil, este aspecto es clave. Todo esto sirve también para las tabletas Android.

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El OnePlus 5 es un teléfono de 2017 que es plenamente funcional en 2025

Propias

En el caso de los iPhone, hay que tener en cuenta que Apple se encuentra aún en pleno proceso de integrar su inteligencia artificial. En su momento ya dio la sorpresa de que solo los teléfonos a partir del iPhone 15 Pro iban a contar con Apple Intelligence.

Es muy probable que esto repercuta en la vida útil de estos aparatos y que los iPhone anteriores a ese modelo, que aún se pueden comprar reacondicionados, tengan un ciclo de actualizaciones inferior a lo que Apple acostumbra a ofrecer.

Memoria y procesador

Portátiles ‘viejóvenes’

Pero veamos muchos otros productos que pueden acabar siendo frustrantes si no cumplen unos requisitos. En el caso de los ordenadores con Windows o macOS, la memoria recomendada en 2025 es de 16 GB. En el peor de los casos deberían tener 8 GB; cualquier cantidad inferior a eso es muy probable que nos dé problemas.

Windows 11 ejecutándose en un ordenador Asus Vivobook Pro 16X.

Windows 11 ejecutándose en un ordenador Asus Vivobook Pro 16X, un ordenador pensado para durar.

Ramón Peco

También es clave que el almacenamiento interno sea generoso, sobre todo porque en él se aloja el sistema operativo y los programas que instalamos. Un disco lento o de escasa capacidad puede suponer un problema muy serio, incluso aunque pensemos que vamos a usar pocos datos.

Veamos un ejemplo de lo que no hay que comprar. Resulta casi inexplicable que se vendan ordenadores como la versión del portátil HP 15-fd0186ns, que solo cuenta con 4 GB de RAM y con una capacidad de almacenamiento de solo 128 GB. A pesar de que cuesta unos 350 euros, una cifra económica, la realidad es que apenas podemos hacer nada con esta máquina.

Entre otras cosas porque incorpora un procesador demasiado modesto, el Intel N100, y, para sorpresa de muchos, lleva Windows 11 de serie. Este ordenador cumple por los pelos con los requisitos de Microsoft, pero nos tememos que con él apenas podremos hacer algo más que navegar por Internet, y quizá con dificultades si pretendemos abrir demasiadas pestañas.

Discos duros, robots de limpieza y dispositivos de sonido

Los discos duros magnéticos son la mejor opción y la más barata en muchos casos

Si nos centramos en el almacenamiento de datos, últimamente los discos duros de estado sólido (SSD) están de moda por su velocidad. Pero no son para nada la mejor solución. Si eliges un disco duro magnético de alta capacidad para guardar los datos que no usas a diario estás apostando por algo pensado para aguantar muchos años. Y, sobre todo, estás ahorrando.

Los discos duros magnéticos de calidad, como los Toshiba de la MG10, tienen un coste menor frente a los SSD.

Los discos duros magnéticos de calidad, como los Toshiba de la MG10, tienen un coste menor frente a los SSD.

Toshiba

Veamos un caso extremo. Un modelo de disco duro de 20 TB, como los de la serie MG10 de Toshiba, ronda los 400 euros, y con una carcasa externa compatible de entre 20 y 40 euros lo conectas a cualquier ordenador sin más misterio. Si quisieras llegar a esos mismos 20 TB con discos SSD, la cosa se dispara. Tendrías que montar varias unidades. Por ejemplo, cinco SSD de 4 TB y cada uno cuesta bastante más por terabyte que un disco mecánico. La broma fácilmente se te iría a más de entre 700 y 900 euros solo en SSD, y eso siendo conservador. Por eso, para almacenamiento bruto y a largo plazo, el HDD grande sigue siendo el rey.

Existen más aparatos que pueden crear una enorme frustración: los robots de limpieza más económicos pueden ser muy desaconsejables. Encontraremos que apenas hacen algo más que aspirar (y no de la mejor manera posible), se enredan con cualquier cable, se desgastan rápido y acaban funcionando mal antes de lo esperado.

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Por eso, si no andamos bien de presupuesto, puede ser mucho mejor comprar un buen aspirador manual. Un modelo como el Dreame H15 Pro cuesta 399 euros, un precio en el que seguramente los robots que adquirimos nos van a resultar decepcionantes. Pero se trata de un aspirador bastante competente. Sobre todo porque nos va a permitir usarlo en seco y con agua, siendo esta última una de las principales carencias de muchos robots baratos. Cuenta con batería para usar sin cables y, lo que es mejor, permite llegar a zonas de difícil acceso, algo que también sería complicado para un robot de gama básica.

Paquetes de seguridad y programas de software que no valen lo que cuestan

Otro aspecto donde podemos patinar al comprar es el sonido. En un momento en el que abundan los altavoces Bluetooth, muchos pueden adquirir uno para usarlo con su ordenador, un televisor o cualquier otra cosa. Pero lo que muchos no saben es que, dependiendo del altavoz y del equipo al que lo vayamos a conectar, encontraremos un retardo entre las imágenes que vemos y el sonido. Además, la calidad de audio puede ser impactante a primera vista para, poco a poco, comprobar que es decepcionante.

Los Creative Pebble Nova incorporan dos unidades de altavoc, lo que obviamente mejora como se distribuye el sonido estéreo.

Los Creative Pebble Nova incorporan dos unidades de altavoc, lo que obviamente mejora como se distribuye el sonido estéreo.

Creative

Tomemos como ejemplo dos modelos: el Harman Kardon Onyx Studio 8 y los Creative Pebble Nova. Aunque ambos presumen de Bluetooth moderno (protocolo 5.3 en los Creative), si los compramos para jugar sin cables nos llevaremos una decepción mayúscula por el retardo del audio.

Para evitar esta frustración, ambos nos obligan a volver al cable, pero aquí los Pebble ganan la partida: su conexión USB-C permite audio digital directo y sin lag desde el PC o consola, mientras que el costoso Onyx nos fuerza a depender de la vieja entrada auxiliar analógica, algo anacrónico para un dispositivo de su precio.

Pero el problema no es solo la conexión. Gastar más dinero en el potente Onyx puede ser un error para un gamer o para alguien que quiere disfrutar de vídeos no emitidos en plataformas de streaming ( donde hay corrección automática de latencia), porque se trata de un sistema mono: todo el sonido sale de un único punto, haciendo imposible saber si un enemigo se acerca por la izquierda o la derecha.

Irónicamente, los Pebble Nova resultan muy superiores para este fin a pesar de ser más modestos; al ser dos altavoces separados ofrecen un estéreo real, vital para la inmersión, demostrando que a veces comprar el aparato más caro y potente es la forma más rápida de tirar el dinero.

La lista de gastos en tecnología inútil puede ser mucho mayor: servicios online que apenas sirven para nada, como algunos paquetes de seguridad; herramientas de software que cuestan mucho y de las que hay alternativas gratuitas muy buenas, como es el caso de Photoshop desde que Canva hizo gratuito su software Affinity; etcétera.

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