¿Qué fue del metaverso?
Hace cuatro años que Mark Zuckerberg le cambió el nombre a Facebook por Meta y nos dijo que íbamos a vivir con unas gafas de realidad virtual en los mundos del metaverso que su empresa nos iba a diseñar en la plataforma Horizon Worlds. El diario The Wall Street Journal ha calculado que, desde entonces, el invento de la vida inmersiva le ha costado a Meta unos 77.000 millones de dólares. Al cambio, unos 66.000 millones de dólares.
Zuckerberg llegó a mostrarse en una clase de esgrima en el metaverso
Otros medios estadounidenses, como Bloomberg, apuntan que, en el presupuesto del 2026, Meta recortará alrededor del 30%. Parece poco teniendo en cuenta que ya se puede afirmar que el metaverso es uno de los fracasos más graves de la historia de la tecnología.
La suerte de Zuckerberg, que ahora quiere volcar todos los esfuerzos de la compañía en la inteligencia artificial, es que ninguna junta de accionistas puede pedirle explicaciones por su colosal metedura de pata. Aunque el fundador de Facebook sólo tiene el 13% de las acciones de Meta, conserva más del 50% del poder de voto, porque en el 2006 creó una estructura de acciones de doble clase. Unas valen por un solo voto y otras permiten diez votos cada una. Adivinen quién dispone de la mayoría de las acciones de este tipo. La democracia con minúsculas de algunos multimillonarios de Silicon Valley,
Claro que tener el control accionarial y haber sido quien fundó Facebook y compró Instagram y WhatsApp no garantiza que tengas el talento suficiente para planificar cambios de rumbo como el del metaverso. Suerte tiene Zuckerberg de que la división Reality Labs que se encargaba de esa traslación de la vida real a la virtual se guardaba algún as en la manga. Les están funcionando las gafas para videojuegos y espectáculos inmersivos. Te las pones un rato y basta. Y por otra parte, las gafas conectadas, que permiten escuchar música, traducir textos y obtener información del entorno han tenido buena acogida.
Después de escapar del metaverso nada garantiza a Meta que su nueva apuesta por la IA sea la correcta. Esta vez, no por la tecnología, que claramente es una de las grandes tendencias con más futuro, sino por lo que está dispuesto a gastarse Zuckerberg. La compañía ya ha anunciado que invertirá 600.000 millones de dólares –unos 515.000 millones de euros– en Estados Unidos durante los próximos tres años. Esa cifra tan descomunal, ¿Cuándo tendrá un retorno, si es que lo tiene?
La olla llena de oro que supondrá la llamada inteligencia artificial general aguarda al final de ese arco iris que muchos persiguen como si no hubiera un mañana, pero está claro que ahora Google va en cabeza y OpenAI tiene muchos recursos y talento a su alcance como para esperar que siga estando arriba del todo. Hay tantos para repartirse el pastel que quién sabe si habrá que irse al metaverso a pillar un trozo.