Investigadores del Hospital del Mar en Barcelona, junto con el Institut Català d’Oncologia (ICO) de l’Hospitalet de Llobregat, han creado una herramienta que puede pronosticar la probabilidad de padecer un ictus isquémico mediante el examen de las grasas presentes en una pequeña muestra de sangre.
“Es como cuando vas a medirte el nivel de glucosa. Con una gota de esta sangre podemos hacer análisis y tener una fotografía de la calidad de la dieta y evaluar a las personas que estén en riesgo, de manera que se puede modificar la dieta como prevención”, explica Iolanda Lázaro, investigadora del grupo de Riesgo Cardiovascular y Nutrición del hospital del Mar y del Ciberobn.
Tu dieta y tus posibilidades, revelados a través de un análisis de sangre.
La obstrucción de una arteria cerebral por un coágulo da lugar al ictus isquémico, que constituye el 85% de los accidentes cerebrovasculares. Los ictus hemorrágicos, que implican la ruptura de un vaso sanguíneo cerebral y son más severos, conforman el porcentaje restante. La alimentación es un factor relevante en todas las afecciones cardiovasculares.
En esta situación, los investigadores han vinculado la composición de los lípidos dietéticos con la probabilidad de sufrir un ictus isquémico, examinando la concentración de nueve clases de grasas en el torrente sanguíneo. Seis de estas grasas se vinculan con una dieta beneficiosa y provienen de pescados grasos, productos lácteos, nueces o aceites de semillas. Las tres restantes se originan por el consumo de alimentos ultraprocesados, azúcares y bebidas alcohólicas.
“Estos ácidos grasos son biomarcadores objetivos de los elementos de nuestra dieta”, explains Doctor Lázaro. Researchers devised a scale from zero to eight to gauge dietary fat quality, ranging from poor to excellent.
Posteriormente, emplearon datos de la cohorte española EPIC y eligieron a 438 individuos que habían experimentado un accidente cerebrovascular isquémico, junto con otros 438 que no. Tras examinar su perfil de ácidos grasos en muestras de eritrocitos (los glóbulos rojos), concluyeron que quienes obtuvieron la puntuación más alta (8) enfrentaban un 14% de probabilidad de sufrir un ictus isquémico. Al segmentar a la población investigada en tres categorías (puntuación alta, media y baja), establecieron que los individuos con una dieta rica en grasas de alta calidad tenían un 36% menos de posibilidades de padecer este evento cardiovascular en comparación con aquellos del grupo de baja puntuación.
Cada año 120.000 personas sufren un ictus isquémico en España
Con el objetivo de confirmar la fiabilidad del índice, los científicos analizaron un grupo adicional con un conjunto de participantes distinto; en este caso, el Framingham Offspring Study, de EE. UU. Y verificaron que el peligro entre los individuos con una dieta superior era un 17% menor. Asimismo, que entre el grupo elevado y el bajo la disparidad asciende al 51% (un 36% en el grupo de España).
“Con un análisis de sangre podemos determinar si realmente se come bien, como mínimo por lo que hace a algunos aspectos de la dieta”, indica Lázaro en referencia al estudio, difundido en la publicación European Stroke Journal.
Científicos en un grupo de Estados Unidos confirmaron los hallazgos previos de un conjunto de España.
La aplicación de la herramienta de predicción en el ámbito médico puede ser bastante directa, ya que únicamente se requiere una pequeña muestra de sangre para analizar los lípidos. “Entendemos que puede ser una herramienta que permite ver el estado en un momento determinado y qué cosas se pueden modificar para reducir el riesgo de sufrir un ictus isquémico”, señala Aleix Sala, integrante del equipo de investigación.


