¿Qué se ha dicho?
Que la temperatura de los océanos se enfría, y que el hielo de los polos no se está deshaciendo. Que en la Antártida, además, el hielo del océano se recupera contra todo pronóstico y se sitúa en récords históricos de superficie.
¿Qué sabemos?
Que, según observaciones satelitales, en 2025 la extensión combinada del hielo marino ártico y antártico están en el rango más bajo de los últimos años. Que se han abierto nuevas rutas comerciales en el mar del Ártico, evidenciando que el deshielo permite navegar por ellos en barcos comerciales.
Circulan por las redes diversas publicaciones que aseguran que los océanos se están enfriando y que hielo marino en los polos se recupera contra todo pronóstico. Estas publicaciones, que van acompañadas de un gráfico con datos del hielo antártico del 2022 al 2025 y acumulan decenas de miles de visitas, afirman que el hielo de la Antártida sigue recuperándose y que el océano se está enfriando después de unos años de calentamiento súbito, que atribuyen a la erupción del volcán submarino Hunga Tonga en 2022.
Es FALSO. Según los últimos datos del Copernicus Marine Service, en 2025 la extensión combinada del hielo marino ártico y antártico se ha situado en el rango más bajo observado de los últimos años, y la extensión global del hielo marino sigue en descenso . Por lo que se refiere a las temperaturas de los océanos, han aumentado globalmente una media de más de 0,4 °C desde 1993, una tendencia que se espera que continúe, también según Copernicus.
El hielo marino de la Antártida sigue recuperándose, desmintiendo los pronósticos”
Mercator Ocean International (MOI), el centro europeo de análisis y previsión oceánica global que gestiona el Servicio Marino Copernicus, informa en su último boletín que, durante los últimos tres años, la extensión mundial del hielo marino (sumando los datos del Ártico y la Antártida) ha mostrado un déficit neto de alrededor de 1 millón de km² en comparación con el mismo periodo de décadas anteriores. Como ya hemos explicado en otras ocasiones, el aumento puntual de hielo marino en la Antártida no es una prueba válida para negar el calentamiento global. En declaraciones a Verificat, Marta Marcos, investigadora del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA) y colaboradora del Copernicus Ocean State Report, apunta que es normal que haya una variabilidad climática si se consultan solo dos años, pero la tendencia es muy clara. «Hay datos por satélite desde los años ochenta, por lo que no es válido fijarse solo en dos años. Es cuando observamos un período más largo de años que se puede ver el efecto del calentamiento global», señala Marcos, quien asegura que las observaciones han marcado mínimos históricos en los últimos años.
El hielo marino retrocede tanto en la Antártida como en el Ártico
Antártida y Ártico son geográficamente opuestos, porque se encuentran en extremos opuestos del globo y también porque tienen disposiciones opuestas de tierra y mar. Mientras que la Antártida es un continente rodeado de océanos, el Ártico es un océano rodeado de continentes. Estas diferencias en la disposición de la tierra y del agua contribuyen a las diferencias en el clima, los patrones de circulación oceánica y atmosférica y el hielo marino de cada región polar. Pero en ambos casos, las observaciones por satélite evidencian una disminución del hielo marino en ambos polos.
Según los datos de MOI, la extensión de hielo marino en la Antártida alcanzó su tercer valor más bajo en época invernal en septiembre de 2025. Los datos obtenidos por satélite permiten comparar los momentos en los que hay más hielo de todo el año, que es durante el invierno austral. Y este año, el pico fue de 17,31 millones de km², un 8% menos respecto a la media del período 1993-2010.
Extensión del hielo en la Antártida en septiembre de 2025
En el otro extremo del planeta, en el Ártico, se han registrado cuatro mínimos históricos entre diciembre de 2024 y marzo de 2025, según el último informe Copernicus Ocean State Report 9. La extensión del hielo marino en esta región está un 25% por debajo de la media del período 1993-2010.
Extensión del hielo en el Ártico en septiembre de 2025 en comparación con el periodo 1993-2010 (en rojo)
Una evidencia de este hecho son las nuevas rutas comerciales que atraviesan el Ártico. Según los datos del Consejo Ártico, el número de barcos que han entrado en la zona ha aumentado un 37% entre 2013 y 2024. Este mes de octubre, el buque Istanbul Bridge inauguró la ruta China-Europa a través del Paso del Nordeste. Hasta ahora, su uso había sido limitado debido a las condiciones extremas, pero como recoge el Artic Portal, “el cambio climático permite que los barcos puedan operar con mayor facilidad entre Europa y Asia”, aunque no existe ningún acuerdo que establezca bases legales sobre el uso internacional de esta ruta, hasta ahora limitada a trayectos regionales.
Con bandera de Liberia y más de 4.000 contenedores, el Estambul Bridge zarpó de Ningbo (China) el 23 de septiembre y llegó a su primer destino europeo, Felixstowe (Reino Unido), el 13 de octubre, en solo 20 días. Un tiempo comparable o incluso inferior al del tren de mercancías China-Europa, que tarda unos 25 días, según explica el gobierno chino. El barco, operado por Sea Legend Line, continuó con paradas en Alemania, Polonia y Países Bajos, y la compañía planea establecer viajes regulares en verano a lo largo de la ruta antes de 2026.
“El envío de barcos portacontenedores a través del Ártico enciende todas las alarmas”, denuncia en un comunicado Sian Prior, asesora principal de la Clean Arctic Alliance, la agrupación de 24 organizaciones que trabajan para proteger al Ártico.
Las temperaturas del océano, al alza
Un año y medio después de que terminara el calentamiento repentino del 2023, […] cuya causa más probable fue la erupción del volcán submarino Hunga Tonga, la superficie de los mares sigue enfriándose”
Según el último informe Copernicus Ocean State Report 9, en 2023 y 2024 se han registrado “temperaturas récord en los océanos globales, superando los récords anteriores de 2015 y 2016 en 0,25 °C”, y no son datos puntuales que se deban al Ton2 el 2 erupción. «No tiene ningún impacto en absoluto. Erupciones ha habido siempre, se ven muy claras y muy pequeñas en la tendencia global de calentamiento», explica Marcos. Lo corrobora también un reciente estudio de la Universidad de California, que muestra que la erupción volcán submarino situado cerca de Tonga, en el océano Pacífico sur, en 2022 no solo no calentó el planeta, sino que en realidad redujo las temperaturas de manera temporal en el hemisferio sur en 0.
«El retroceso del hielo marino se debe claramente al calentamiento del agua», señala Marta Marcos. En el Ártico, la tasa de calentamiento media anual es más de tres veces superior a la media mundial (fenómeno que se conoce como amplificación ártica) y esto provoca que se pierda más hielo marino, ya que prácticamente todo el hielo del Ártico está en contacto con el agua. En la Antártida, en cambio, la mayoría del hielo es continental (hielo situado sobre el continente que se llama cubierta de hielo o indlandsis en danés). “El agua que se infiltra por debajo de las costas es más caliente y hace que el hielo de los glaciares costeros se desestabilice, se suelte y se derrita”, explica Marcos, que alerta de las consecuencias catastróficas de esta desestabilización de los glaciares. A diferencia del hielo marino, que cuando se deshace no provoca que aumente el nivel del mar, el hielo continental que se encuentra mayoritariamente en la Antártida puede mutar las costas de todo el mundo si se deshace. «El hielo continental puede ser muy rápido alcanzar si hay un retroceso de los glaciares costeros, y entonces estaremos hablando de metros de subida al nivel del mar», concluye Marcos.
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