¿Un nuevo olvido garrafal? Es, en estos momentos, la principal hipótesis manejada en la investigación abierta por los Mossos pasadas las tres de esta tarde tras morir, en plena ola de calor, un niño de dos años y medio en el interior de un vehículo, aparcado en el polígono industrial de Valls (Tarragona). El padre, que tenía que llevarlo por la mañana a la guardería –algo que no solía hacer de forma habitual– lo ha subido al coche, lo ha colocado en su sillita y ha emprendió la marcha desde su casa. Pero no en dirección a ese centro de infancia.
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