“Estados Unidos con quien tiene un problema de narcotráfico es con México”

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Mientras Washington despliega su armada contra narcolanchas, la realidad es que el verdadero enemigo no está en Caracas, sino al norte, y la política exterior estadounidense se revela como un espectáculo vacío

“Estados Unidos con quien tiene un problema de narcotráfico es con México”
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Mientras Washington despliega su armada contra narcolanchas, la realidad es que el verdadero enemigo no está en Caracas, sino al norte, y la política exterior estadounidense se revela como un espectáculo vacío

En la tensa atmósfera de las relaciones internacionales en América Latina, la reciente operación de la Marina estadounidense para hundir una narcolancha en aguas caribeñas ha sido presentada como un golpe contra el narcotráfico en Venezuela. Sin embargo, Félix Flores, redactor de internacional de La Vanguardia, desmonta esta narrativa: “Mover una flota con cruceros, destructores y un submarino para acabar con una narcolancha es sencillamente absurdo, ridículo, una barbaridad”. Para Flores, la supuesta lucha antidrogas no es sino “parte del gran espectáculo Trump”, que busca justificar acciones políticas bajo un pretexto que no se sostiene.

El argumento de que Estados Unidos enfrenta un problema serio de narcotráfico con Venezuela es también puesto en entredicho por el periodista, quien afirma que “Estados Unidos tiene un problema real con México, su frontera, no con Venezuela”. La presión militar de Washington sobre el gobierno mexicano, incluso con amenazas de intervención armada, contrasta con la realidad venezolana, donde, según Flores, “no tiene ningún sentido querer acabar con el régimen de Maduro con cuatro barcos”.

Respecto a la posible implicación de actores internacionales como Rusia o China, que podrían apoyar a Venezuela frente a esta ofensiva, Félix Flores hace una lectura crítica: “Hacer algo como en Panamá o Ucrania con Venezuela me parece una auténtica barbaridad. Trump no quiere guerras; quiere ser galardonado con el Nobel de la Paz”. Añade que, aunque Trump no es confiable en sus palabras, “con los gobiernos y regímenes hay que fijarse en las acciones, no en las palabras”, y hasta ahora, lo que se observa es “más espectáculo que otra cosa”.

Flores también señala que, al menos por ahora, Nicolás Maduro “no es un objetivo prioritario”. Subraya que la petrolera Chevron ha vuelto a operar en Venezuela y que las relaciones con la administración Trump “no han sido especialmente malas”. Sobre las declaraciones de Maduro responsabilizando a Marco Rubio y buscando desgastar la imagen de Trump, Flores remata: “Es un mensaje infantil, pero Maduro tampoco puede estar seguro de que no le vayan a atacar. Cuidado”.

Finalmente, el periodista describe la maniobra estadounidense como un acto de marcaje territorial: “El cono sur sigue siendo el patio trasero de Estados Unidos. Es como los animalitos cuando marcan territorio con la orina”. En esta lógica, la operación naval y la retórica antidrogas serían una manera de consolidar la influencia de Washington en la región, mientras la sombra del conflicto real se desdibuja tras el grandilocuente espectáculo político.

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