El reciente ataque de Israel en Doha, Qatar, dirigido a altos líderes de Hamas refugiados en la capital, ha provocado un impacto grave en la dinámica regional y en las negociaciones de paz, según Helena Pelicano, corresponsal especial de La Vanguardia en Oriente Medio. “Israel atacó con municiones de precisión a altos líderes de Hamas refugiados en la capital Qatarí, causando la muerte de seis personas incluidos miembros del equipo negociador de Hamas”, detalló Pelicano desde Beirut, subrayando que este hecho supone “un duro golpe para el proceso de mediación que estaba facilitando Qatar”.
Sobre la singularidad del ataque, Pelicano explicó que “nos encontró a todos por sorpresa”, puesto que Qatar nunca había sido escenario de un bombardeo de este tipo, a pesar de ser un aliado militar de Estados Unidos y sede del Comando Central estadounidense en la región. Sin embargo, anticipó que “Israel perseguiría a los líderes de Hamas allá donde estuviesen”, una estrategia que ahora ha sentado un precedente de violación de soberanía nacional, incluso en territorios tradicionalmente seguros para la organización.
Preguntada sobre la reacción de Qatar, Pelicano apuntó que “Qatar ha condenado muy fuertemente el ataque” y lo calificó de “un ataque cobarde” y de “absoluta barbarie”, aunque reconoció que “a efectos prácticos, Qatar no tiene capacidad militar de responder”. La corresponsal agregó que Israel “ya no va a respetar ningún espacio aéreo o territorio de ningún país árabe a la hora de buscar y asesinar a los líderes del movimiento”.
El bombardeo ha producido también un importante efecto en el papel mediador de Qatar, que ahora se ve cuestionado. Pelicano recordó que “Qatar ya ha anunciado que por lo pronto sale de las negociaciones”, lo que implica una interrupción forzosa del proceso de paz que el país había auspiciado hasta entonces. Ante la incertidumbre, añadió que “habrá que ver la reacción del Gobierno de Egipto y si está dispuesto a continuar con estos diálogos”.
Finalmente, Pelicano señaló que esta operación podría abrir un nuevo y peligroso capítulo en la guerra regional, incrementando la inestabilidad en una zona ya convulsionada. “Ya no sabemos qué nuevo frente se puede abrir”, afirmó, mencionando que, además de los conflictos en Yemen, Siria o Líbano, “esto abre un nuevo capítulo” que dependerá en gran medida del respaldo y estrategia que Estados Unidos otorgue a Israel en adelante.