Bad Bunny desafía a Trump y boicotea Estados Unidos por sus políticas migratorias
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Lorena Montón destaca la autenticidad y compromiso social del artista puertorriqueño, ícono global de la música urbana y voz de la comunidad latina
Lorena Montón destaca la autenticidad y compromiso social del artista puertorriqueño, ícono global de la música urbana y voz de la comunidad latina.
Bad Bunny se ha consolidado como uno de los artistas más influyentes de la música urbana a nivel global, un fenómeno musical que, según Lorena Montón, colaboradora de La Vanguardia, “despierta pasiones y también odios”. La autenticidad, el compromiso social y la conexión con su público han convertido al puertorriqueño en una referencia mundial. En su reciente residencia en el Coliseo de Puerto Rico, agotó entradas para 30 conciertos consecutivos con precios accesibles, una muestra de su compromiso con su gente que ha generado más de 3,600 empleos directos.
Para Montón, el éxito de Bad Bunny es también “una oda a la cultura de Puerto Rico y a su folclore”, reflejado en su último disco, para el que incluso consultó con expertos en historia de su país para que sus canciones tengan “un mensaje detrás” más allá de lo musical. Su música, que mezcla reguetón, trap latino y otros géneros, representa además los valores de la comunidad latina en Estados Unidos, un mercado clave con 65 millones de hispanohablantes.
El artista, que es un firme defensor de los derechos sociales, ha cruzado la línea de la masculinidad tradicional, mostrando apoyo a la comunidad LGTBI sin necesidad de ser parte de ella, como relata Montón: “No hace falta que pertenezcas a la comunidad para apoyar a la comunidad”. Bad Bunny incluso protagonizó la primera portada masculina en la historia de Harper’s Bazaar vistiendo un vestido de novia, una clara provocación cultural y reivindicación de nuevas identidades.
La reciente controversia con Donald Trump también revela la influencia política del cantante. Montón explica que Bad Bunny decidió no incluir fechas en Estados Unidos en su gira mundial, motivado por “las políticas migratorias que está llevando a cabo Donald Trump y expulsando a tantas personas”. El artista también ha afrontado las amenazas de Trump de detener a seguidores sin permiso de residencia que asistan a la Super Bowl, evento para el que Bad Bunny fue elegido para el show del medio tiempo.
Finalmente, Montón destaca que la autenticidad y conexión son claves: “Bad Bunny es un tipo que hace un estilo de música muy concreto... sabe apelar a los temas que a la generación actual les interesan y sobre todo a este sentimiento de tus propias raíces.” Más allá de la música, su impacto cultural sigue creciendo, con un futuro prometedor ante la creciente música en español en el mundo.