El presidente estadounidense, Donald Trump, provocó un fuerte revuelo al afirmar que España debería ser expulsada de la OTAN por no alcanzar el compromiso del 5% del PIB en gasto militar. Sin embargo, Paul Vargués, investigador del Centro de Investigaciones Internacionales de Barcelona, aclara que “no existe un mecanismo formal dentro de la OTAN para expulsar a un país, un Estado miembro”. Además, subraya que aunque puede haber presiones diplomáticas, “expulsar no está contemplado” pues la organización está formada por miembros soberanos.
Respecto a la historia de la Alianza, Vargués señala que “no recuerdo algo tan directo y grosero, de una forma tan irrespetuosa con otro Estado”, refiriéndose a la contundencia de las palabras de Trump. Destaca que la OTAN es una alianza diversa con tensiones entre países miembros, como las de Turquía y Grecia, pero que la diplomacia suele prevalecer para resolver conflictos internos.
Sobre las posibles consecuencias de una hipotética expulsión de España, el experto indica que perderían “un miembro fiable, un país con peso estratégico y geográfico dentro de la alianza”, y que España es “la potencia número 17 del mundo” según el Global Firepower Index. Esto supondría una gran pérdida para la OTAN, aunque insistió en que la Alianza sobreviviría sin las bases estadounidenses en territorio español si estas se retiraran.
Vargués también aporta un contexto importante sobre la polémica con el gasto militar, reconocida por España y otros países. “El 5% es muchísimo. Yo lo dudo mucho que la mayoría de estados de la OTAN puedan cumplirlo”, ya que pondría en riesgo servicios sociales y transiciones tecnológicas. España, recalca el investigador, ha sido clara en comprometerse con “aumentar sus capacidades” y considera suficiente el 2,1% del PIB, apuesta alineada con las necesidades reales según la propia Alianza.
Finalmente, sobre el estilo diplomático utilizado por Trump, Vargués sostiene que “la diplomacia está por encima de todo. El respeto a la soberanía y a los compromisos es fundamental en la OTAN”. En contraste, critica las “amenazas y juego sucio” del presidente estadounidense, que podrían deteriorar relaciones entre aliados. “Esto se benefician otros que no quieren la supervivencia de esta Alianza”, concluye.