En el Día Mundial del SIDA, Emma Fernández, enfermera especializada en VIH del Hospital Clínic de Barcelona, alertó sobre los 3.340 nuevos diagnósticos en España en 2024, una cifra en descenso pero insuficiente para erradicar una infección prevenible. Destacó los diagnósticos tardíos, especialmente en mayores de 50 años, por fallos del sistema sanitario que ignora riesgos sexuales en este grupo, y subrayó vías de transmisión como relaciones sin protección o intercambio de jeringuillas. La PrEP (profilaxis preexposición) es un tratamiento preventivo que consiste en la toma diaria de una pastilla para reducir el riesgo de infección por VIH, con una efectividad superior al 99%, según Fernández.
Sin embargo, el éxito de la PrEP, instaurada en 2019, se ve lastrado por listas de espera de hasta años en ciudades como Barcelona y Madrid. “Hay personas que están en lista de espera durante años, que se están infectando esperando a la PrEP”, denuncia Fernández, quien relata casos de infecciones justo antes de la primera visita. Esto genera frustración en el personal sanitario y subraya un error de priorización.
La enfermera hace un llamamiento claro a la Administración: invertir en PrEP es más rentable que tratar infecciones crónicas. “Si una persona se infecta con 29 años y tiene que tomar tratamiento toda su vida, nos va a salir mucho más caro a la población que no el que podamos darle una profilaxis preexposición que es barata y además es temporal”, argumenta, proponiendo su uso solo en fases de mayor actividad sexual. Esta estrategia no solo previene contagios, sino que optimiza recursos sanitarios y económicos.
Las vías de transmisión principal siguen siendo las relaciones sexuales sin protección anal o vaginal, el intercambio de jeringuillas y, en debate, la leche materna. Fernández rechaza hablar de “grupos de riesgo” y aboga por la prevención combinada: preservativos (con eficacia hasta el 80%), lubricantes, PEP y, sobre todo, la PrEP, que a su juicio debe ser accesible sin demora para frenar la incidencia.